Jorge Espí Llopis y María Teresa Durán Azurduy. Abogados
En España se ha decretado cinco veces el estado de alarma. La primera vez fue en 2010 por la crisis de los controladores aéreos. En 2020, debido a la pandemia de coronavirus, se declaró el estado de alarma cuatro veces: a nivel nacional de marzo a junio, el estado de alarma en Madrid, el de Valencia y de nuevo el nacional del pasado mes octubre.
En España se ha decretado cinco veces el estado de alarma, de ellas cuatro veces este año
Dudas ante el estado de alarma
Estamos en estado de alarma y a partir de ahí empiezan a surgir las dudas, sobre que compete al Estado, las autonomías y que tienen que hacer los ayuntamientos. En el Derecho público, la idea de capacidad se sustituye por la de competencia, que es la medida de capacidad de cada órgano o ente público del estado, autonomía, diputaciones provinciales o los ayuntamientos.
La competencia supone una habilitación previa y necesaria para que la entidad o el órgano pueda actuar válidamente. Por ejemplo, el Gobierno de España, en la movilidad nocturna puso un horario, pero la Comunidad Valenciana puso otro, está prohibida desde las 00:00 horas hasta las 6 de la mañana. Esto no es una recomendación, es una obligación como llevar las mascarillas.
Llegó el momento de la política en mayúsculas, que debe de dar soluciones a los ciudadanos. Llevamos unos meses donde la política habitual es tirar balones fuera, en vez de asumir responsabilidades, y gestionar esos balones fuera en política es muy simples: no soy competente, el ciudadano piensa, no es capaz… Y en plena crisis se hace una moción de censura, que seguro que ‘solucionó y debatió los problemas de los ciudadanos’.
Gestionar balones fuera es muy simple: no soy competente, el ciudadano piensa, no es capaz…
Soluciones o balones fuera
Ponemos ejemplos claros, tenemos el sector de ocio nocturno que está cerrado, a las 00:00 no podemos salir de casa y volvemos como la cenicienta. Muchos ayuntamientos han decidido dar la oportunidad a estos locales reconvirtiendo su actividad, que puedan dar otros tipos de servicios, adaptándose como establecimientos de restauración temporal para poder sacar adelante estos negocios que tan afectados se están viendo por la crisis del coronavirus.
En Elche, seguramente en breve, se va a solucionar y están a la espera del decreto que les permite esta reconversión como ‘un balón de oxígeno’.
En Alicante, Barcala pide a la Generalitat que anule las restricciones de las terrazas del ocio nocturno. Es decir, siempre el culpable es otro. Pero es evidente que la Generalitat ya decretó el estado de alarma y por encima tiene el Estado, que también ha aprobado el estado de alarma. ¿A que espera para reconvertir las licencias?, estos negocios ya no pueden abrir.
Competencia municipal
Los ayuntamientos si son competentes para poder reconvertir estos sectores, que provisionalmente puedan dar servicios de hostelería o de cafetería, como ya ocurre en muchos municipios de España. En realidad, es que nos están acostumbrando cómo respuesta a los problemas de los ciudadanos, que la culpa es de otro.
No asumen sus funciones, ni sus competencias, ni gestionan, pero quien sufre esta falta de conciencia son los ciudadanos, los trabajadores y los empresarios que ven cerradas sus persianas. ¿Tan difícil es sentarse con este sector y proponer un plan de reconversión del ocio nocturno de Alicante?
El nuevo curso se está desarrollando de forma muy desigual, dependiendo de en qué comunidad autónoma se resida
Educación desigual
Hemos empezado por el ocio nocturno, pero también afecta a otras competencias como la educación y la sanidad. Los sucesivos Ministerios de Educación no han realizado una verdadera política de compensación de desigualdades autonómicas. Muchos centros educativos se han adaptado a la ‘nueva normalidad’ con programas de docencia que no permiten cumplir los estándares mínimos de calidad, lo que está provocando desmotivación en los alumnos y las familias, y a esto tenemos que sumar que los alumnos terminaron en sus casas el curso escolar.
El nuevo curso se está desarrollando de forma muy desigual, dependiendo de en qué comunidad autónoma se resida. Lo ideal, a parte de las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios, hubiera sido disponer de una contratación masiva de profesores. El resultado es que la calidad educativa se resiente. Estas diferencias se notan más en materias cómo historia, lenguas cooficiales, matemáticas… dependiendo de la comunidad autónoma. Con la pandemia se están agudizando estas diferencias, también con el miedo de contagios y de quedar de un momento a otro en cuarentena en casa.
La Sanidad se quedó sin mejoras
También ocurre en sanidad, dónde las competencias están delegadas a las autonomías, que no se ha producido la contratación de médicos y enfermeros, así como rastreadores o adquirido PCR.
El ejemplo más claro llegó hace unos días en una entrevista que le realizaron a Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. La presentadora, Silvia Intxaurrondo, le preguntó cuántos sanitarios había contratado para trabajar en el nuevo hospital de Valdebebas. Y Ayuso dijo. “Pues estamos ahora mismo en esa contratación. Lo que se está viendo ahora mismo es el refuerzo que venga de otros hospitales y con ello hacer ese operativo para que el hospital, que está ya a punto de entregarse, tenga ya todo dispuesto”.
Intxaurrondo, desconcertada ante esta declaración de la Presidenta, le dijo que si entonces iba a coger personal sanitario de otros hospitales. Ayuso, balbuceando y visiblemente nerviosa, afirmó que ella no es la competente de recursos humanos, sino el Ministerio de Sanidad. No me imagino a Barceló diciendo lo mismo cuando se sabe que el Gobierno ha permitido a las autonomías contratar a médicos sin el MIR.
Carlos Velayos, un médico de un hospital de Madrid cuestionó el plan de reordenar sanitarios que propuso Ayuso, y dijo: “¿Inauguración para el 30 de octubre? Si estamos a 25 de octubre y no conozco ni un solo médico asignado a ese hospital todavía. Estarán esperando que nos apuntemos de forma voluntaria, supongo…”.
Parece un ‘cuento’
Al final como cenicienta, algún día se nos convertirá el coche en calabaza de Halloween, por no llegar a casa antes de la media noche y mientras tanto Ayuso contratará a Mary Poppins para llenar de médicos y enfermeras los hospitales, ¡estaremos salvados!