El enorme iceberg flotante que se separó de la plataforma de hielo Larsen C de la Antártida en 2017 parece haber perdido otro gran trozo por el camino y se acerca peligrosamente a la isla de Georgia del Sur. Según los expertos, el trozo de más de 180 kilómetros cuadrados se desgajó cuando la estructura congelada golpeó la plataforma continental fuera de la isla, «generando un nuevo témpano».
Roto en dos pedazos
El enorme trozo de hielo se ha estado desplazando pesadamente hacia el norte desde 2017 e, incluso desde el agua, A-68a parece una isla en movimiento, con acantilados elevándose hasta 30 metros sobre el nivel del mar.
En abril de 2020 medía 5.100 kilómetros cuadrados y, ahora, esta tierra de hielo flotante se encamina en curso de colisión con la isla Georgia del Sur, un refugio de vida silvestre en el Océano Atlántico Sur que, hogar de millones de pingüinos, focas y otros animales salvajes. Ahora, tras haberse roto en dos, una pieza tiene el tamaño de una ciudad (unos 18 km de largo) y el otro trozo es mucho más grande (de unos 135 km de largo). El iceberg era anteriormente el iceberg más grande de la Tierra, pero ahora ha pasado a segunda posición. El primer lugar pasa ahora al iceberg A-23A, que actualmente está atascado en el mar de Weddell, con un tamaño de casi 4000 kilómetros cuadrados.
¿Por qué se ha roto el gran iceberg?
No está del todo claro, pero la Agencia Espacial Europea (ESA) cree que un choque contra el lecho marino poco profundo a varias decenas de kilómetros de la costa de Georgia del Sur pudo haber causado esta preocupante división. Así, las nuevas imágenes de satélite muestran que el iceberg ha girado en el sentido de las agujas del reloj, moviendo un extremo del témpano más cerca de la plataforma y hacia aguas poco profundas. Al hacerlo, el témpano podría haber raspado el fondo marino, de menos de 200 metros de profundidad, provocando que un enorme bloque de hielo se desprendiera de la punta norte del iceberg.
¿Chocará con la isla repleta de pingüinos?
En cuestión de días podría estrellarse contra ese lugar deshabitado pero repleto de vida silvestre. Al parecer, la colisión es casi inevitable. Los científicos que rastrean el progreso del témpano vía satélite advirtieron que el A68a, impulsado por la poderosa corriente circumpolar, podría llegar a Georgia del Sur en apenas unos días.
¿Supone una amenaza?
Así es. Es un peligro para la vida silvestre, ya que su impacto tiene el potencial de acabar con la vida marina en la plataforma oceánica de la isla y hacer que las aguas sean inhóspitas a medida que va derritiéndose y liberando agua dulce.
Si A-68a permanece en alta mar durante demasiado tiempo, podría bloquear las aguas cercanas donde se alimentan los pingüinos que viven en la isla. ¿Y su impacto en las aves? Habrá que esperar a las observaciones e imágenes próximas para calibrar cuáles serían las consecuencias para las aves.
Si se mantiene en su trayectoria actual, el iceberg, que tiene aproximadamente el mismo tamaño que la propia isla, podría alcanzar las aguas poco profundas de la costa este mismo mes y causar problemas reales para la vida silvestre de la isla y la vida que habita en el fondo marino.
Sarah Romero