Entrevista > Pedro García Calvo / Presidente de la Junta Central de Comparsas de Moros y Cristianos de Elda
Corría la segunda semana de junio del pasado 2019 cuando Elda disfrutaba la que quizá estaba siendo su conmemoración de Moros y Cristianos más emblemática. Después de setenta y cinco años de celebración, los eldenses tiraban la casa por la ventana, haciendo que la efeméride no fuera una simple cifra, provocando que fueran unas fiestas inolvidables. Pocos podían imaginar que serían las últimas en una temporada.
Entre aquellos días de jolgorio y estas líneas ha pasado una pandemia, desgraciadamente todavía en curso, pero también una declaración de Interés Turístico Nacional. Precisamente esta mención es algo que da esperanzas a Pedro García, presidente de la Junta Central de Moros y Cristianos de Elda, para mantener la energía y la ilusión intacta pensando en que, cuando sea posible, una de las fiestas con más tradición de la provincia de Alicante y de la Comunidad Valenciana, vuelva a brillar con todo su esplendor.
¿Qué balance puede hacerse de este año sin fiestas?
Cuando todo sucedió, el 14 de marzo, desde la Junta Central, siempre desde el desconocimiento que todos teníamos de la situación, intentamos ser muy previsores para, dentro de las posibilidades, realizar las fiestas o pensar en aplazarlas si era necesario. Eran momentos complicados por todo lo que pasaba, pero en apenas una semana tuvimos una reunión donde decidimos paralizar todo y retomar el año festero analizando mes a mes para ver cuál era la situación real en cada momento.
A finales de abril se decidió aplazar definitivamente las fiestas, lo cual no fue una decisión fácil, y en mayo movimos las fechas hasta octubre.
¿Hubo críticas a esta decisión?
Nosotros pensábamos en fiestas porque era nuestra obligación y porque tras meses negros, con desgracias, era una ilusión intentar que hubiera unos rayos de Sol. Ojalá lo hubiéramos podido hacer con todo el respeto, porque muchos hemos perdido familiares directos, pero no era ningún sacrilegio ni faltar a la memoria de nuestra gente, habría sido el momento en el que Elda hubiera abierto los corazones a todas esas personas.
«Comunicar la suspensión definitiva de las fiestas ha sido mi momento más crudo y duro»
Pero finalmente, como ha sucedido con la mayoría de los eventos en este año, no pudo ser.
A primeros de julio se decidió que se suspendían definitivamente las fiestas. Para nosotros fue un momento muy crudo. Esa rueda de prensa ha sido mi momento más duro, y afloraron todos los sentimientos de las desgracias que habíamos tenido durante el año. Ahí empezamos a tomar conciencia de lo que estaba pasando.
¿Cómo fue la reacción de los festeros ante el aplazamiento y posterior suspensión de los actos?
Nos encontramos con reacciones de todo tipo. Hubo momentos de muchísimas críticas injustas por decir que queríamos hacer unas fiestas por hacerlas cuando había una desgracia tan grande. Aquí hemos sufrido todos, yo he perdido a mis padres, pero mi obligación era que pudiéramos hacer las fiestas y teníamos ilusión por ello.
También hubo gente que no entendió que aplazáramos las fiestas a octubre. La Junta de Gobierno y los presidentes vieron que la forma de pensar era proteger a nuestra gente y nuestras fiestas, que también influyen en la economía de la ciudad y pensaban en lo bonito que habría sido poder realizarlas.
¿Con qué se queda de este año sin moros y cristianos en las calles de Elda?
Todas las comparsas se volcaron en intentar dar un punto de optimismo a los festeros mediante actos, vídeos y actuaciones que involucraron a terceros, demostrando que era cuando más unidos debían estar.
El acto más importante ha sido ver como se han involucrado todas las comparsas en los momentos más difíciles para tener material sanitario cuando más complicado era conseguirlo. Repartieron más de catorce mil mascarillas cuando estas escaseaban. En unos momentos en que no había en ningún lado conseguimos un reparto masivo que se destinó para las personas mayores, pero no sólo de Elda sino a todos aquellos geriátricos donde había gente de Elda, como Petrer o Monovar.
«Si se producen en octubre puedo garantizar que serán las mejores fiestas del mundo y las más apoteósicas»
¿Hay optimismo en que se podrán celebrar las fiestas en el 2021?
Tenemos ilusión de que podremos realizar las fiestas en junio, pero la cabeza te hace ser previsor y tener también la opción de que se celebren en octubre. Nos marcamos una fecha opcional que comunicaremos en febrero. Nuestra intención es hacerlas en junio por el bien de todos, festeros, comparsas y los cargos, que su año se ha visto truncado y han vivido la tensión que se ha generado, pero hay que buscar una opción en donde se celebren.
Si se producen en octubre puedo garantizar que vamos a tener las mejores fiestas del mundo y las más apoteósicas. Sobre todo porque es nuestra obligación celebrar esas fiestas tras este año y pico negro que estamos viviendo.
«Tenemos que mandarle a los festeros la ilusión de saber que en 2021 Elda va a celebrar sus fiestas de Moros y Cristianos»
Con esas declaraciones, ¿apuesta más por octubre que por la tradicional fecha de junio?
Ojala podamos en junio pero la cabeza te dice que será en octubre. Sea en junio u octubre, lo que tenemos que hacer es mandarle a los festeros la ilusión de que en 2021 Elda va a celebrar sus fiestas de Moros y Cristianos. Nuestra obligación es hacerlo de tal manera que celebremos no dos años de festividad, sino recordando todo lo que hemos pasado en ese tiempo.
Con suerte, el momento de celebrar que la vacuna va bien será en octubre, y esa será la gran victoria de la sociedad ante este mal bicho que nos ha truncado nuestras ilusiones y la forma de vivir. Hay que mandar el mensaje de ilusión de que en 2021 debe cambiar lo negro por los colores.