La Font Roja cumple este 2021 su 34 aniversario desde que se proclamara parque natural. El espacio abarca alrededor de unas 2.300 hectáreas y es uno de los espacios naturales mejor conservados del territorio valenciano.
La composición del bosque con variadas especies de árboles y arbustos, dotan a la Font Roja de una belleza y riqueza paisajística que atrae a multitud de visitantes cada año. De hecho, Andreu Bonet Jornet, coordinador de la Estación científica Font Roja Natura UA, comenta que el comité científico tuvo que hacer la recomendación de controlar el aforo. Se ha visto un incremento de visitantes una vez pasado el confinamiento.
Flora y fauna
La sierra tiene una ubicación que facilita que se produzcan lluvias, gracias a los vientos fríos y húmedos mayoritarios en el parque. También se produce un fenómeno llamado ‘criptoprecipitación’, por la condensación de la niebla. Esto lo que hace es facilitar la aportación hídrica sobre el terreno y la humedad. Por supuesto esto tiene una repercusión directa sobre la vegetación, produciéndose espacios sombríos y húmedos donde se encuentra el bosque caducifolio.
Pero el parque cuenta también con zonas de distinta composición vegetal. El carrascal de umbría, que le da el nombre de ‘Parque Natural del Carrascal de la Font Roja’, está enriquecido también por plantas caducifolias como el fresno o el arce, y con otras especies de flora como la hiedra, madreselva o el espino albar. Y además hay dos zonas de vegetación adaptada a condiciones de mayor sequedad o sol como son el matorral de solana y la vegetación rupícola, esta última situada en la zona alta del pico del Menejador con escasez de suelo.
Las condiciones del parque favorecen una riqueza y variedad de presencia animal importante. Hay especies autóctonas como el petirrojo, el carbonero común, etc. y también mamíferos como el jabalí, la comadreja, el gato montés o el tejón, entre otros.
Hongos y líquenes
Las condiciones de la zona facilitan la aparición de hongos, por la elevada humedad. Se han identificado hasta 455 especies de hongos distintos que crecen entre octubre y enero.
Aunque uno de los organismos de mayor valor ecológico son los líquenes. Son alimento y refugio de muchas especies de animales y se ha demostrado científicamente que son un claro indicador de la calidad del aire, es decir, perfecto indicador de la contaminación atmosférica, pues solo pueden crecer en espacios limpios.
«Ha habido un crecimiento del jabalí por la ausencia de depredadores» A. Bonet
El jabalí
La Font Roja sigue siendo un entorno natural único, pero no está exento de amenazas. Bonet explica que ha habido un crecimiento muy importante de la población de ungulados como el jabalí. “Se notan mucho los efectos sobre la regeneración del parque, sobre todo del suelo y de las bellotas. Vemos que cada vez hay menos plantas juveniles y esto tiene unos efectos claros en la biodiversidad. El principal problema es que el jabalí no tiene depredadores como sí tenía años atrás, por ejemplo, el lobo”.
Asegura que es un problema que surgió hace años pero que ahora es más grave porque han colonizado todos los espacios. No es algo que solo se observe en la Font Roja, sino que es un problema generalizado en la zona mediterránea. Además, tiene consecuencias sobre los cultivos y la seguridad vial.
La temperatura de la zona ha incrementado un grado en los últimos cincuenta años
Cambio climático
La temperatura de la zona se ha incrementado un grado en los últimos cincuenta años. Esto ha tenido efectos directos sobre la precipitación: “Hemos detectado mayor irregularidad en las lluvias y períodos de ‘sequera’ más prolongados. Esto repercute sobre la vegetación. Hace que, por ejemplo, la carrasca tenga poca disponibilidad de agua y sea más fácil que le afecten algunos hongos o patógenos, y llegar incluso a la muerte súbita”, narra Bonet.
La apariencia física de esta dolencia en las carrascas es como si el árbol se hubiese quemado. Fueron detectados dos eventos distintos de estas características gracias a imágenes aéreas tomadas por drones en 2004 y 2017.
«El cambio climático ha producido modificaciones en el comportamiento de algunas especies» A. Bonet
Impacto sobre especies
El cambio climático también ha empezado a provocar una modificación en el comportamiento de algunas especies animales como las aves migratorias. En concreto se ha detectado menor cantidad de una especie de ave llamada ‘mallerenga pequeña’ como consecuencia de las primaveras más largas y calurosas.
Los ritmos de los organismos también se han visto afectados. Algunas plantas han visto adelantada o retrasada la salida de hojas o la floración. “Son cambios desapercibidos pero que tienen efectos. Por ejemplo, que florezcan antes hace que no haya insectos que puedan polinizar o que los frutos de algunos árboles no salgan cuando toca puede hacer que no haya animales todavía que se los coman”, explica el científico. Esto es un desajuste en los ritmos biológicos del ecosistema.
Especies invasoras
Otra amenaza para el parque es la presencia de especies invasoras tanto vegetales como animales. “La ‘pudorosa’ es un árbol procedente de la China que se usa como elemento de ornamentación principalmente. Crece y ocupa mucho espacio y rebrota si lo cortas. Tiene la capacidad de colonizar en barrancos y ríos. Necesitamos controlarlo y erradicarlo”, asegura el coordinador científico del parque.
Esto ya ocurrió hace años en algunas zonas de río con la presencia del cangrejo americano, que acababa por desplazar al autóctono.