Guardamar acaba de inaugurar la Nueva Casa-Museo del Ingeniero Mira, en esta ocasión más auténtica y real que nunca. El encargado de mejorar la experiencia en el inmueble, recuperando su estructura original, ha sido el arquitecto Ángel Rocamora.
Conoceremos a continuación más detalles sobre el edificio, haciendo un repaso al ilustre huésped que habitó allí y lo que significó su obra para el municipio.
Su vida
Francisco Mira i Botella fue ingeniero inspector general de Montes de gran prestigio a nivel nacional. Nació en Aspe (Alicante) el 15 de octubre de 1863 a la una de la madrugada. En 1880 finalizaba el bachillerato y en 1887, a los 24 años de edad, se licenciaba en la Escuela de Ingenieros de Montes de El Escorial (Madrid), con el segundo mejor expediente de su promoción.
Se casó en 1902 con Consuelo Atienza, de Albacete, quien faltaría pronto, en 1908, quedando sin descendencia.
Dunas móviles
Se conoce que Guardamar, ancestralmente, poseía una espesa y protectora pinada, que fue talada durante el siglo XVIII para la construcción de barcos de guerra. Esto provocó que, a finales del siglo XIX, la arena alcanzara el interior urbano y los cultivos del municipio.
En la primavera de 1896, se llegó a la conclusión que la única forma de solucionar el problema era reforestando aquellas montañas de arena, una ambiciosa obra y de prioridad máxima, porque las arenas de las dunas avanzaban diez metros todos los años. La dirección de los trabajos se confió al ingeniero de montes Francisco Mira, y la supervisión a su superior, el murciano Codorniu.
Su obra en Guardamar
Mira dedicó más de 30 años de su vida a la repoblación forestal de Guardamar. Para ello se construyó primeramente una empalizada de agraves americanos, y luego repobló una extensión de 700 hectáreas con 600.000 pinos, 40.000 palmeras y 5.000 eucaliptos, entre otras especies.
Detuvo en la playa toda la arena que arrojaba el mar y fijó la extensión de las dunas, evitando con esta barrera natural que siguieran avanzando hacia el pueblo. La gigantesca obra de contención costo 647.000 pesetas y todos los vecinos participaron en las tareas de repoblación forestal.
Francisco Mira habitó la Casa-Museo durante todo el tiempo que trabajó en Guardamar
El municipio
Hoy en día Guardamar sigue recordándole y, aparte de que por su trabajo fue nombrado hijo adoptivo del municipio, se encuentran multitud de referencias a Francisco Mira en sus calles, como su nombre en plazas, estatuas, bustos o azulejos, y por supuesto la Casa-Museo donde habitó.
El inmueble pertenecía al cuerpo de guardias forestales y se le cedió al ingeniero todo el tiempo que estuvo trabajando en Guardamar. Sin duda visitar esta casa es la mejor forma de conocer su hazaña.
La casa de Francisco Mira
La casa fue construida en 1906 y se divide en dos espacios diferenciados: en uno residía el ingeniero jefe, con dos dormitorios, recibidor, despacho, comedor, cocina y despensa en la planta baja; y en la otra parte vivían los guardas forestales, que coordinaban y vigilaban las plantaciones. En esta parte había varias habitaciones, un aljibe, un gran patio interior, un corral y un almacén en la planta superior.
Con su última reconstrucción se ha recuperado una parte de la estructura original del edificio, y se han eliminado parte de las reformas que se habían llevado a cabo en la casa durante el siglo XX.
La exposición fotográfica muestra el antes, durante y después de los trabajos del ingeniero
Qué se puede ver
Allí se expone públicamente toda la información que poseía el municipio en el archivo histórico sobre el ingeniero: fotografías, documentos y videos. Un recorrido que muestra el antes, durante y después de la repoblación forestal.
Además también se exponen muebles y objetos del ingeniero, muchos de ellos obtenidos de su casa particular de Hondón de las Nieves donde se retiró al jubilarse en 1925. Los miembros responsables de la Casa-Museo que la visitaron expresaron su sorpresa al verla tan intacta, como si el ingeniero hubiese salido por la puerta y ya nadie hubiese entrado allí. Algunos objetos que alberga la exposición fueron comprados por el pueblo, y otros de ellos fueron cedidos por los familiares para ser expuestos.
Toda una experiencia
En la visita se atraviesan diversas salas preparadas para conocer detalles y curiosidades sobre el ingeniero, con objetos personales como su cámara fotográfica, máquina de escribir, paraguas, etc. o muebles como su cama y despacho, e imágenes de archivo.
También es posible una experiencia más íntima para los guardamarencos, pues uno de los pasillos está dedicado a los vecinos que participaron en la reforestación, con todos sus nombres e imágenes expuestos. Existe otra sala íntegramente dedicada a los guardas forestales y el patio, lugar ideal para conocer al detalle cómo se llevó a cabo la reforestación.
En la Fiesta del Árbol el municipio continúa reforestando su pinada
Fiesta del Árbol
Desde el año 1904, Guardamar celebra la Fiesta del Árbol, instaurada por los ingenieros de montes Ricardo Codorniu y Francisco Mira. Consistió en una actividad abierta a todo el pueblo pero centrada en los niños que, acompañados por maestros de escuela, plantaban árboles y cantaban himnos. El momento más esperado era el discurso de Francisco Mira.
Este día se sigue celebrando desde entonces. Cada año se eligen las zonas a repoblar y los escolares del municipio, tras unas charlas sobre la pinada y el medio ambiente, hacen una plantación de árboles. Se les da una etiqueta con su nombre que dejan junto al árbol, teniendo así el compromiso de acudir con sus padres o abuelos a la pinada a cuidar de él.