La Navidad tiene muchos ritos y tradiciones que cobran importancia para los más supersticiosos. Algo que nos ha rondado en la cabeza desde siempre es la tradición de besarse por donde veamos un muérdago en alto colgado. Esta escena la hemos visto en multitud de películas así como leído en las novelas más románticas.
Para conocer de verdad del origen de la costumbre, hay que empezar describiendo el muérdago. Se trata de un trozo del árbol verde que tiene por fruto una baya blanquecina que madura en otoño. Le llaman el símbolo de la fertilidad porque tiene una gran capacidad para reproducirse.
Árbol de la paz
Los escandinavos lo llamaban el árbol de la paz, puesto que se refugiaban en él durante los conflictos bélicos. Además, pensaban que resolvía conflictos de pareja porque al colocarse ambos debajo y besarse, se solucionaban los problemas y significaba que habían hecho las paces. Al extenderse la práctica, se empezó a pensar que besar bajo el muérdago traería a las relaciones amorosas fertilidad y compromiso de pareja.
En Inglaterra, se adoptó la costumbre de quemar la rama del muérdago cuando pasaban doce noches después del beso. Dice la leyenda que si no retiras el árbol tras ese periodo de tiempo, no te casarás jamás puesto que tendrás mala suerte.
El muérdago se incorporó como un elemento decorativo para el árbol navideño. Se considera especial puesto que representa el amor en todos los sentidos. Además, si lo encontramos colocado en las puertas de las casas significa que lo utilizan como símbolo de protección contra el mal.