Joaquín Rocamora (Orihuela, 1986) se ha convertido en tiempo récord en el entrenador de moda del balonmano femenino español. Ha logrado, en apenas cuatro años, el sueño de todo director de un grupo: plasmar su sello personal en un colectivo, que juega a imagen y semejanza de su líder.
El oriolano es autodidacta y transversal, ya que es capaz de inspirarse y bucear en otras disciplinas deportivas en busca de mejorar su método de trabajo. Capaz de mezclar la filosofía de Pep Guardiola con el ajedrez y el balonmano, el técnico está marcando una era en el Elche Mustang, con el que ha conseguido un récord de victorias de otra época -diez triunfos en Liga- y la clasificación, de nuevo, para la fase final de la Copa de la Reina con un de los presupuestos más bajos de la categoría.
Adicto a su profesión
Rocamora es un adicto a su profesión. “La verdad es que entrenar es mi pasión y lo disfruto”, afirma el técnico, que además del primer equipo del Mustang ha entrenado con éxito al juvenil, al que hizo campeón de España, y a la selección autonómica de la Comunidad Valenciana, con la que también logró el título. “La verdad es que mi tiempo de ocio lo mezclo con el balonmano. Solo me tomo libres los domingos por la tarde”, confiesa.
Diplomado en Magisterio de Educación Física, Rocamora aparcó la docencia en las aulas para dedicarse en cuerpo y alma al balonmano, donde tiene un enorme futuro por delante. “Aún no le he dicho que no a ningún proyecto relacionado con el balonmano porque mi vocación es ser docente y me encanta enseñar”, desvela el oriolano, que también participa en clinics de formación y es profesor del curso de entrenadores.
Inicios
El innovador método Rocamora no se puede entender sin un viaje a su pasado. Alumno del colegio Santa Domingo, el entrenador del Mustang tuvo acceso a varias disciplinas deportivas, de las que fue absorbiendo conceptos.
“Probé fútbol, fútbol sala, baloncesto y hasta hockey hierba. Al balonmano llegué porque había pocos niños que jugaban y nos pasaron ahí a los del fútbol sala. Con ese equipo, en el que estaban muchos de mis amigos, fuimos subcampeones de los Juegos Escolares. Silvio Martínez, mi entrenador, me llamó para que formara parte de la escuela y así empezó todo”, relata Rocamora.
Jugador o entrenador
Joaquín no tardó en darse cuenta del entrenador que llevaba dentro. “Con 17 o 18 años ya apuntaba los entrenamientos que hacía y para qué servían. Con 20 años me di cuenta de que me gustaba más entrenar que jugar”, rememora el oriolano, a quien le llegó la oportunidad de formar parte del cuerpo técnico de un equipo de élite en Monóvar, con solo 24 años.
De Monóvar pasó a la cantera del Mustang, a la que siempre había admirado por su capacidad para producir buenas jugadoras, y en enero de 2016, tras la destitución de José Ignacio Prades, asaltó el primer equipo. “Cuando llegó la directiva y me lo propuso ni me lo pensé, a pesar de que el equipo estaba en una situación crítica. La verdad es que lo hice con cierta inconsciencia porque ni siquiera hablé de las condiciones. La apuesta por mí fue una apuesta por alguien que conocía a las jugadoras y la casa”, señala.
Balonmano masculino
Aquel equipo, herido de muerte, recuperó la forma y el espíritu de forma milagrosa, logrando la permanencia con solvencia. Rocamora, que por entonces alternaba el banquillo con su profesión docente en San Vicente del Raspeig, fue ganando crédito en el club y ya se ha convertido en algo más que un entrenador. Ha renovado recientemente hasta el 2020, a pesar de que el deseo de la entidad era prolongar el contrato hasta 2021. “Un año está bien, no hay que hipotecar el futuro”, señala el oriolano, quien no desea que su carrera se vincule siempre al balonmano femenino.
“Soy entrenador de balonmano. Las circunstancias me llevaron al femenino, pero estoy abierto a todo. Es más, me gustaría entrenar a hombres. He tenido alguna opción, pero no quiero dejar a mitad de camino este proyecto”, dice Rocamora, quien admite que, además, se siente “cómodo y a gusto en Elche”. “Estoy a 20 minutos de comer con mis amigos, de mi casa”, añade.
Admirador de Pep Guardiola, el técnico, cuyo trabajo no se limita a la táctica, reconoce que se inspira y pide consejo a otros colegas de banquillo
El entrenador más joven
Llegó tan rápido a la élite -era el entrenador más joven de España- que tuvo que tirar de reflejos y personalidad para no perderse. “Siempre he sido un buscavidas y una esponja. He tenido modelos próximos en los que inspirarme, como José Aldeguer, Juan Antón, José Luis Villanueva o mi amigo Tino Pérez Moreno, entrenador de fútbol sala”, confiesa.
Admite que ha acudido a ellos en ocasiones como oráculos “porque entrenar a un equipo no es solo una cuestión de táctica, sino también de gestión de grupo, comunicación y liderazgo”. “Me he dejado ayudar por gente fenomenal”, sentencia.
«Veo este deporte como si jugara al ajedrez porque hay que hacer los movimientos previendo los del rival» J. Rocamora
Método
Joaquín Rocamora ha sabido maridar como un alquimista conceptos, tácticas y filosofías deportivas de varios deportes para crear una fórmula original y revolucionaria. “Yo veo el balonmano de forma distinta y valiente. Me gusta liderar el juego y mandar en el partido, aunque sea en labores defensivas. Es como cuando jugaba al ajedrez, se trata de realizar tus movimientos previendo los del rival”, desvela.
Una fuente de inspiración para el entrenador del Mustang es Pep Guardiola, actual entrenador del Manchester City, al que admira por su capacidad para “comunicar y por el dominio de las situaciones espaciales en el juego”. “Es un ejemplo a la hora de explicar cómo se puede dominar el juego y atacar por las zonas que más te benefician”, señala Rocamora, técnico que ya ha marcado estilo sobre todo con sus defensas “pro activas”.
“Aunque no tengamos la pelota, intentamos ser las que marcamos el ritmo del rival y hacer que nos ataquen precisamente por dónde queremos. Podemos defender, además, de formas diferentes, con sistemas deformativos en lugar de los rígidos habituales”, explica.
Entramado defensivo
Su particular y complejo entramado defensivo ha provocado la admiración y curiosidad de sus colegas de banquillo, que piden consejo y permiso a Rocamora para estudiar más a fondo su trabajo. “Me encanta compartir estas cosas. Me llena de orgullo que se interesen y me pregunten. Mi mente y mi ordenador están abiertos a cualquiera. Sería tonto si no compartiera estas cosas con alguien que, a lo mejor, es capaz de hacer evolucionar la idea”, señala.
Prueba de esa filantropía táctica es que Rocamora llevó a su equipo a Petrer a realizar un entrenamiento, para enseñar en directo a las chicas de la cantera cómo defendía su equipo.
Para llevar a la práctica su revolucionario método admite que debe contar con jugadoras “convencidas de lo que hacen”, y para eso es una ventaja disponer de un equipo “joven”. “Las chicas sin experiencia en la élite son más atrevidas y valientes y tienen menos miedo a los nuevos conceptos tácticos que las que ya tienen su bagaje, que se hacen más conservadoras”, asegura.
Con el equipo enfilado hacia Europa, advierte al club que serán necesarios «más recursos» para seguir creciendo
El Futuro
Parece difícil imaginar con los mismos recursos económicos un Mustang Elche más potente que el actual, que está a punto de tocar su techo de cristal. Clasificado para la fase final de la Copa y con la proa puesta hacia Europa, Rocamora admite que el club debe dar un paso más en cuanto a poder adquisitivo para poder acompañar el crecimiento de su equipo.
“Si no disponemos de más recursos será imposible crecer y la directiva los sabe. Estamos así gracias a la implicación de las jugadoras, que se sienten atraídas por el modelo, pero están renunciando a ganar y tres veces más. Y esto no va durar siempre”, advierte el oriolano.
«Estamos sobrepasando los límites de lo que podemos hacer» J. Rocamora
Poder adquisitivo
“Tenemos 18 meses para ganar poder adquisitivo. Si no lo logramos, será difícil que este proyecto continúe porque estamos sobrepasando los límites reales de lo que podemos hacer. Estamos rozando la excelencia con los recursos y medios que tenemos, pero hay que ser más ambiciosos”, dice el entrenador, quien entiende que sus mejores jugadoras, como Ana Isabel, Ivet o Anita “cumplen años y necesitarán una motivación para seguir”.
De momento, el primer paso ya se está dando. El club tiene la intención de renovar a su columna vertebral lo antes posible, lo que para Rocamora supone “un golpe en la mesa y un aviso” a los rivales de cara al próximo curso.
Frentes abiertos
Y en lo que queda de temporada, el Elche Mustang tiene dos frentes abiertos en la Liga y la Copa de la Reina. “Ahora nos vemos capacitados y convencidos para subir un escalón y luchar por Europa. El equipo cree en lo que hace y está convencido de un modelo de juego, pero tiene los pies en el suelo y sabe que queda casi toda la segunda vuelta”, recuerda en cuanto al torneo de la regularidad.
Y en cuanto a la Copa, Rocamora lo tiene claro. “Es nuestro sueño y nuestro objetivo más ambicioso. A un partido todo puede pasar y el deseo es llegar hasta el último día de la competición”, concluyó el entrenador.