Entrevista > Carlos Magariños / Escritor de ‘Sequía, amores y otros demonios’
Médico jubilado, y escritor de relatos cada vez más consolidado. Él es Carlos Magariños Ascone, nacido en Uruguay pero residente en Alicante. El pasado año se animó a publicar su primer libro ‘8 relatos’, que fue todo un éxito de ventas en Amazon y Smashwords.
Ahora saca a la venta su segundo libro ‘Sequía, amores y otros demonios’. Son diez relatos muy entretenidos de leer, algunos de ellos de apenas cuatro páginas. Las historias nos transportan a la profundidad de la selva, la Segovia de principios del siglo XX, las locuras de un adicto a los medicamentos y otra serie de escenarios tan dispares como intrigantes.
Tras ‘8 relatos’ ahora escribes este nuevo libro con otros diez cuentos muy diferentes entre sí, que suceden en distintos lugares y épocas del mundo. ¿De dónde te sacas tantas historias?
Dicen que hay dos tipos de escritores, los que hacen una planificación muy detallada y los escriben según les va saliendo. Yo soy claramente de los segundos. Algo brota dentro de mí, empiezo a escribirlo hasta que toma forma y acaba siendo un relato.
Aunque mis protagonistas suelen ser personas totalmente de mi invención, en algunos relatos me he basado en personajes históricos reales que por alguna razón me han fascinado. Es el caso del explorador Díaz de Solís, por ejemplo, sí bien luego le hago protagonista de una historia inventada.
«Mi estilo se inspira en algunos de mis escritores favoritos como García Márquez, Borges, Benedetti o Allan Poe»
Cuesta calificar tu estilo pues tus relatos son muy dispares e independientes entre sí, pero quizás yo te definiría como un escritor humanista. Tus historias siempre se suelen centrar en los sentimientos del protagonista.
Es cierto, en el fondo siempre me sale esa búsqueda de la humanidad. Trato de manifestar mi propio malestar interno que me causan las injusticias sociales, y cómo afectan a las personas. Desde luego estoy muy influenciado por escritores sudamericanos de este palo como García Márquez, Borges o Benedetti. Incluso también algunos de otros lugares como Edgar Allan Poe.
La crítica social es un sello de tus relatos. ¿Quizás en ‘Sequía, amores y otros demonios’ incluso más que en tu anterior libro?
Sí, muchos lectores se han quedado sorprendidos con estos diez nuevos relatos porque son un poco diferentes. He ido alcanzando cierta madurez como escritor y ahora voy más al grano, evitando irme por las ramas. Quizás estas historias tengan menos misterio y más mensaje.
«Me gusta escribir sobre situaciones cotidianas para denunciar que la sociedad nos trata como simples números para sacarnos dinero»
Hasta incluso sacas punta del hecho de viajar en avión…
Es un ejemplo perfecto de lo que quiero decir. Se supone que viajar en avión es un sinónimo de grandeza, cuando la realidad es todo lo contrario. Son una serie de humillaciones constantes, por las que encima presumes y das las gracias. Al final somos un simple número en la sociedad y nos tratan como tal. Quieren convertirnos en marionetas para sacarnos el dinero.
¿Cuál de estos diez cuentos dirías que es tu favorito?
Curiosamente ha pasado un poco desapercibido entre los lectores, pero me voy a quedar con ‘El rojo es su vida’. Es un hombre corriente que se siente irremediablemente atraído por una vecina muy atractiva. Te confieso que es un poco autobiográfico, pues yo estoy casado con una pintora mucho más guapa y joven que yo (risas).
Me gusta la metáfora de que el protagonista quiere compenetrarse de una forma tan intensa, que al final acaba sintiéndose dentro de la piel de la mujer. Sin embargo, para ella es solo uno más.
La magia y la fantasía aparecen en muchas de tus historias, a veces incluso de repente y sin previo aviso.
Es que la magia es algo inesperado en la vida. A veces parece que estás atascado y no te pasa nada interesante, y de repente suceden un millar de cosas a tu alrededor. Eso también es magia. Me gustan los personajes grises que se encuentran con situaciones sorprendentes.
«Estoy escribiendo ya mi primera novela, ambientada en un pueblo de la España profunda»
¿Lo tuyo solo son los cuentos, o te vas a atrever con una novela?
Estoy evolucionando hacia ello. Hace poco empecé a escribir un nuevo relato, sobre un pueblo del interior de España donde todos son personas mayores. Cuando me quise dar cuenta, ya llevaba 80 páginas escritas. Evidentemente eso ya no es un cuentecillo (risas). Ahora me falta darle un cuerpo de novela.
De momento lo próximo que quiero publicar es una recopilación de poesías. Muchas de ellas las escribí hace años, y tengo la espina de querer sacarlas del olvido.
Es difícil que tengas un éxito de lectores similar con un libro de poesías, ¿no?
Muy difícil. De hecho, mi idea es que este libro sea gratis. Lo cierto es que mis poesías no se parecen demasiado a las que se suelen escribir hoy en día. Si se me permite la crítica, creo que muchas son un sinfín de palabras rimbombantes que no están ni conectadas entre sí. Uno se acaba preguntando qué ha querido decir el poeta. A mí me gusta darles un mensaje más claro.
Tengo la teoría de que hay mucha gente que le encantaría la poesía, pero que aún no se han dado cuenta. Incluso he conocido personas que escriben sus propias poesías, pero luego no acostumbran a leer poemas. Es muy curioso. Hay que ayudarles a dar el salto.
El mes pasado también entrevisté a otro médico de Alicante que se puso a escribir, cuando se jubiló, con cierto éxito. Hablo de Andrés Botella. ¿Acaso es la Medicina un sector donde abundan los literatos?
No te sabría decir. Siempre ha habido médicos que han escrito, aunque no sean muchos casos. Es una profesión muy absorbente, y hasta que no te jubilas es bastante difícil sacar tiempo para escribir. Más aún si tienes familia. Quizás muchos tenemos la espinita clavada durante muchos años, y nos la sacamos al alcanzar la jubilación.