Durante la celebración de los Moros y Cristianos que tienen lugar cada año en el mes de octubre cuando se celebran sus fiestas mayores en honor a su patrón, San Francisco de Asís, se representan las Embajadas, eje central de esta festividad.
Las Embajadas de Crevillent son una obra literaria cuyo texto bilingüe, castellano para la embajada cristiana y valenciano para la embajada mora, relatan hechos acontecidos en 1265: el pacto de convivencia entre el Rey Jaime I y El Ra´is, señor de Crevillent. Se celebran en dos partes y en días diferentes.
Las Embajadas son el eje central de las fiestas en honor a San Francisco de Asís
Concordia y convivencia
El rasgo que las diferencia de otras representaciones de este hecho histórico en otras localidades, es que en Crevillent es en la única en la que la escenificación acaba en concordia y convivencia ente ambas culturas, tal y como aparece en el diario del Rey Jaime I.
Siendo Crevillent una población bilingüe, era lógico aprovechar esta doble posibilidad expresiva que, al mismo tiempo, encajaba perfectamente para el diálogo en valenciano y castellano antiguo.
Maite Pastor
Semanas antes de la fecha sus protagonistas se preparan y ensayan a conciencia para no cometer ningún fallo, algo que se toma muy en serio la directora del evento desde hace doce años, Maite Pastor, vinculada además desde niña a sus fiestas, que fue princesa de la comparsa de los Dragones en 2008.
¿En qué consiste su trabajo?
Yo dirijo las embajadas en todos sus aspectos, es decir, dirijo a los personajes, me encargo de revisar el vestuario, montajes, sonido, iluminación, etc. Mi objetivo es que las embajadas brillen como cada año para satisfacer a los festeros, a los crevillentinos en general y a los cientos de visitantes que vienen a vernos.
«Las embajadas están divididas en dos partes, con lo que los decorados también tenemos que hacerlos diferentes» M. Pastor
¿Qué complicaciones pueden surgir?
Las embajadas están divididas en dos partes, con lo que los decorados también tenemos que hacerlos diferentes ya que relatan episodios distintos. Aunque siempre parezca igual tenemos que cuidar todos los detalles por pequeños que sean.
¿También se encarga del vestuario?
El vestuario afortunadamente hace tres años que dejó de ser un problema, ya que los trajes fueron cedidos por antiguos capitanes moros y cristianos que han tenido a bien regalarlos para las representaciones. El resto del año están expuestos en el museo de la asociación.
Los textos están escritos en valenciano y castellano antiguo
¿Cuál es el papel que necesita más preparación y ensayos?
Sin duda el del embajador moro. No en cuanto a puesta en escena sino por la memorización. Es el que más texto tiene ya que interviene en las dos embajadas y tiene que estudiarse las dos. La primera en castellano antiguo y la segunda en valenciano antiguo, con las complicaciones añadidas que eso conlleva.
¿Quién se ocupa de la caracterización?
Nosotros tenemos un grupo de teatro dentro de la Asociación de Moros y Cristianos y ellos son los que me ayudan con todo el tema del vestuario y maquillajes. Las barbas, tanto del embajador moro como del resto de integrantes de las comparsas, suelen ser naturales para darle más realismo si cabe.
Antonio Ferrández
Antonio Ferrández representa al embajador castellano. Su papel es el menos conciliador, y es quien trama el secuestro del embajador moro. Lleva su personaje adelante con mucho orgullo desde hace cuatro años.
¿Qué destacaría de la personalidad del embajador castellano?
Sin duda yo represento el papel del malo. Mi objetivo es llevar a cabo el secuestro del Ra´is para gobernar la ciudad. Me comporto con un tono rudo y que se encara al resto de personajes para cumplir su misión, que finalmente llevo a cabo.
«El primer año me lo tome tan en serio que en la lucha con la espada tuvimos que parar, porque les estaba pinchando de verdad» A. Ferrández
¿Qué anécdotas recuerda?
Hay una que se repite cada año, y es que cuando me pongo a ensayar mi papel en casa que siempre echo mano de mi familia para hacerme la réplica, y al final se saben los papeles ellos también a la perfección.
Recuerdo que el primer año me lo tome tan en serio que en la lucha con la espada tuvimos que parar, porque les estaba pinchando con tanto realismo que les estaba haciendo daño de verdad.
Luego hay cosas que teniendo en cuenta que no somos profesionales son muy comprensibles, y es el hecho de quedarte alguna vez en blanco ante una distracción que venga del público. Afortunadamente, como conocemos nuestro papel, siempre salimos adelante aunque tengamos que inventarnos la frase. Nuestra directora nos tiene muy bien aleccionados en ese sentido.
Es la única localidad en la que la batalla acaba en concordia
Jaime Antón
Jaime Antón es el embajador cristiano-aragonés. Su papel es conciliador, y consigue que se llegue a un pacto y se libere al Ra´is para así vivir en concordia en Crevillent ambas culturas. De ahí que sea la única localidad que celebra unas fiestas de Moros y cristianos que acaba sin vencedores ni vencidos.
¿Qué le gusta de su personaje?
Me gusta sobre todo porque es quien pone paz y evita con su diálogo que estalle una batalla; es un personaje que me resulta apasionante interpretar.
Me encantan los preparativos, y sobre todo me gusta actuar, de hecho pertenezco a un grupo de teatro y disfruto con la interpretación.
«Alguna vez hemos tenido alguno de nosotros un despiste, pero entre todos nos apoyamos y lo subsanamos» J. Antón
¿Qué es lo más complicado?
Quizá los diálogos en valenciano antiguo. Lo bueno es que año tras año son las mismas frases, y a fuerza de ensayar semanas antes vuelvo a memorizarlos sin ningún problema. Alguna vez hemos tenido alguno de nosotros un despiste, pero entre todos nos apoyamos y lo subsanamos.
¿Cómo crevillentí como siente esta celebración?
Mi madre ya participaba en el 68 en los moros y cristianos. Con eso te quiero decir que yo he crecido viviendo estas fiestas y forman parte de mi vida y de mi historia familiar.
José Manuel Alfonso
José Manuel Alfonso es quien encarna el papel del embajador moro. Según palabras de la directora, Maite Pastor, es el papel más complicado por ser el que más texto contiene, y por lo tanto el más difícil de memorizar. Posiblemente estos momentos previos y de concentración son el motivo por el que no hemos podido hablar con él.
Las Embajadas crevillentinas se apartan de los cánones clásicos, y difieren bastante de otras que se celebran en muchas poblaciones de la Comunidad Valenciana. Posiblemente se escribieron pensando más en la historia que en la literatura.