Aunque hace ya muchos años que la pesca y la agricultura dejaron de ser los grandes motores económicos de la comarca de la Marina Baixa, los puertos de Altea y La Vila Joiosa siguen gozando de una gran actividad pesquera. Municipios marineros, como la Villa Blanca, no pueden ni quieren enterrar su historia y su flota sigue nutriendo de pescado a buena parte de los hogares de la comarca.
Pero el tiempo no pasa en balde para nadie y las artes tradicionales de pesca, las mismas que siempre garantizaron la sostenibilidad de los caladeros y a las que hoy en día se mira como una de las soluciones al enorme problema de la explotación de los mares, han ido desapareciendo.
La pesca industrial, a la que la flota de la Marina Baixa –sin llegar a los extremos de otras latitudes– no es ajena, ha permitido que la mayoría de las economías domésticas puedan acceder a un alimento tan básico y necesario como el pescado. Pero, a su vez, esa ‘democratización’ del menú diario ha traído consigo el fantasma del agotamiento de los caladeros.
Por una pesca sostenible
No existe, para este problema, una solución sencilla. Son muchos los flecos a tener en cuenta sobre cualquier acción por poner freno a la sobrepesca. Desde el impacto económico local, afectando a centenares de puestos de trabajo directos e indirectos, a cuestiones mucho más complicadas como la pérdida de competitividad de la flota.
La Marina Baixa no es ajena a esta realidad. Ya sucedió hace más o menos medio siglo cuando las almadrabas, de las que los arráeces de Benidorm eran los más reconocidos de todo el Mediterráneo, comenzaron a menguar hasta prácticamente desaparecer de nuestros mares.
Por ello, y aunque no supondrá la solución definitiva al gran reto que tiene ante sí la pesca, el Ayuntamiento de Altea y la Cofradía de Pescadores de la Villa Blanca han dado un primer e importante paso para, de alguna manera, tratar de proteger de su desaparición a aquellas embarcaciones que practican la pesca con artes tradicionales.
El convenio tiene una duración de cuatro años y una dotación de 2.000 euros
Sólo tres embarcaciones tradicionales
De esta manera, la concejalía de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca y la Cofradía tratan de potenciar la pervivencia y sostenibilidad de esas pequeñas embarcaciones que siguen practicando la pesca artesanal en su bahía, cuya flota ha quedado reducida hoy en día a sólo tres barcos.
El citado convenio, que ha arrancado con una duración inicial de cuatro años, conlleva una dotación presupuestaria de 2.000 euros, que el Ayuntamiento destinará para el mantenimiento de las redes y las propias embarcaciones que siguen faenando al trasmallo.
Un acuerdo que también cuenta con una vertiente medioambiental. Por ello, no fue extraño que al protocolario acto de firma del mismo acudieran, además de los representantes el consistorio y la Cofradía de Pescadores, los responsables de la vigilancia del ámbito marítimo del Parc Natural de la Serra Gelada.
En la actualidad quedan tres embarcaciones de trasmallo en Altea
Protección del medio ambiente
En este sentido, el convenio firmado entre las dos partes establece que las tres embarcaciones que sobreviven en el puerto de Altea practicando la pesca con artes tradicionales, colaborarán con las autoridades del Parc Natural de la Serra Gelada en el avistamiento de especies como cetáceos o tortugas marinas, que precisan de una especial protección.
Precisamente, uno de los grandes problemas a los que se ha tenido que enfrentar la pesca artesanal, y que ha sido uno de los muchos factores que le han hecho perder competitividad frente a la pesca industrial, han sido los daños que sus artes sufren cada vez que se encuentran, de forma accidental, con un cetáceo.
Así mismo, especies tan vulnerables como las tortugas marinas han sido víctimas habituales de las enormes redes de las flotas industriales, mermando enormemente su número en aguas del Mediterráneo. Aunque su encuentro con las embarcaciones tradicionales también es habitual, su mortandad en estos casos es muy inferior ya que se trata de métodos mucho más sostenibles.
Los pescadores colaborarán con el Parc Natural de la Serra Gelada
Colaboración con el Parc Natural
Así, serán las propias embarcaciones de pesca las que colaboren directamente con el Parc Natural de la Serra Gelada comunicando a sus responsables cualquier avistamiento de especies de cetáceos o tortugas marinas.
Con ello, se pretende no sólo una mejor y mayor protección de la fauna de este paraje protegido, sino la posibilidad de conocer en mayor medida la población y las costumbres de la misma.
Pesca al trasmallo
El trasmallo es un arte de enmalle fijo al fondo de forma rectangular, constituido por una o varias piezas unidas entre sí. Cada pieza está formada por tres paños de red superpuestos, que se arman conjuntamente entre dos trallas, con los sistemas adecuados para permanecer calado verticalmente. Los dos paños exteriores son de igual dimensión y del mismo tamaño de malla y diámetro del hilo. El paño interior, de malla de tamaño inferior, puede ser de mayor extensión.
La dimensión de mallas autorizada de los paños exteriores del trasmallo está comprendida entre 400 y 500 milímetros, y la del paño central entre 70 y 90 milímetros. Cada una de las piezas de red o paños que componen el trasmallo tiene una longitud máxima de 50 metros y una altura máxima, después de armada, entre trallas o relingas, de 2,5 metros.