Falta de limpieza, poca presencia policial, vehículos mal aparcados, okupas, alquileres turísticos ilegales, solares abandonados… Ésta es la realidad diaria de uno de los barrios más emblemáticos de Alicante.
Nos abren las puertas de la Asociación de Vecinos del Barrio de San Antón, en la calle Pozo, para contarnos todas sus reclamaciones. Ya se han cansado de promesas vacías y ahora quieren hacer ruido. El pasado mes de noviembre lograron incluso que el famoso programa ‘España directo’ de TVE hiciera una conexión desde aquí. Prometen que no se cansarán de protestar hasta que el Ayuntamiento al fin les escuche.
Un pueblo en una ciudad
Han pasado ya 32 años desde que fuera impulsado el último Plan del Barrio de San Antón por parte del Consistorio, coincidiendo con la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante que aún sigue vigente. Sin embargo, los vecinos nos indican que los problemas urbanísticos continúan estando muy lejos de resolverse.
“En general se han aplicado los mismos principios a este barrio que al resto de Alicante, lo cual es un grave error. San Antón es un lugar con calles estrechas y muchas peculiaridades, no nos sirven las mismas soluciones que en la avenida de Maisonnave” apunta Encarni Rodríguez, presidenta de la asociación.
“San Antón es como un pueblo dentro de Alicante: casas antiguas, población envejecida, calles pequeñas… El problema ha sido el continuo abandono por parte de las instituciones, y también el incivismo de algunos residentes” añade José Ramón Antón, secretario de la asociación.
Los coches mal aparcados dificultan la entrada de ambulancias y bomberos
Sin aparcamiento
Uno de los principales inconvenientes que sufren los vecinos es la incapacidad de atender una urgencia. Tanto las ambulancias como los camiones de bomberos habitualmente padecen muchas dificultades para llegar a los puntos de rescate, debido a la estrechez de las calles y sobre todo a los vehículos mal aparcados.
“No tenemos un gran parking cerca ni ninguna alternativa. Quien no tiene plaza propia, acaba aparcando ilegalmente. Esto es muy peligroso, ya nos ha pasado muchas veces que los vehículos de urgencias no pueden entrar. Es curioso que el Ayuntamiento venda Las Cigarreras como un gran centro cultural, pero que no le haya puesto ni un parking público” nos indican.
Las Cigarreras y el ADDA
De hecho cuando se organizan grandes eventos en Cigarreras o el Auditorio Provincial (ADDA) como conciertos o festivales, el número de vehículos que ronda el barrio de San Antón se multiplica. “Van dando vueltas durante un buen rato hasta que se desesperan y se acaban bajando del coche para mover contenedores de basura y aparcar en ese lugar. Así las calles y los pasos de peatones se quedan obstaculizados, lo cual dificulta que nuestros vecinos más mayores puedan pasear”.
Todavía peor se pone la circulación durante los grandes eventos de la ciudad, como las Hogueras, la Semana Santa o los desfiles. “Cada vez que cortan el centro, nos quedamos aislados. El Ayuntamiento no tiene ningún plan alternativo para que podamos acceder con los vehículos a nuestras viviendas”.
Precisamente el pasado mes de octubre se reunieron Adrián Santos, concejal de Urbanismo; y Javier Gutiérrez, diputado provincial; con el fin de abordar la construcción de un parque subterráneo en el ADDA. Se trata de un proyecto que en 2011, cuando fuera inaugurado el singular edificio, ya quedó plasmado en un convenio firmado entre Ayuntamiento y Diputación, pero que a día de hoy ambas administraciones siguen sin haber dado ningún paso en firme para ponerlo en marcha.
«No tenemos centros para mayores ni guarderías cercanos» Asociación de Vecinos de San Antón
Sin edificios públicos
“Vivimos en un lugar muy céntrico y privilegiado de la ciudad. Aparentemente estamos rodeados de muchas instituciones y nos queda todo muy cerca. Pero a la hora de la verdad, no es así” nos cuentan en la asociación vecinal.
Resulta que para ir al médico de cabecera los residentes de San Antón tienen que marcharse al Centro de Salud de Santa Faz-Ayuntamiento y para las urgencias al Hospital de San Juan, todo y a pesar de que el Hospital General de Alicante está ubicado a apenas un kilómetro de distancia. Igualmente los vecinos más mayores no pueden ir al centro social más cercano de Pío XII, pues están asignados al ubicado en Plaza Galicia.
“Cuando se realizó el plan general en los años 80 se proyectaron varias dotaciones de centros de mayores y guarderías para San Antón. No se han llevado a cabo ni una. Los mayores y los niños no tienen adónde ir” se lamentan.
«La EDUSI de 22 millones de euros no está beneficiando en nada a nuestro barrio» Asociación de Vecinos de San Antón
EDUSI no llega a San Antón
La falta de espacios públicos también ha afectado a la vida cultural del barrio. “El Ayuntamiento focaliza todo en Las Cigarreras, mientras que deja caer el resto. San Antón tenía una riqueza cultural enorme, pero todas las agrupaciones han ido desapareciendo. La última ha sido la Peña Lírica Alicantina”.
En contraste con todo esto, en 2016 Alicante resultó beneficiaria de una convocatoria de la Unión Europea para el desarrollo urbano sostenible, consistente en 22 millones de euros (Europa financia la mitad y el Ayuntamiento la otra mitad), para el proyecto EDUSI Las Cigarreras. Precisamente el pasado 15 de noviembre el alcalde Luis Barcala aseguraba, en una comparecencia, que el presupuesto ejecutado ya ha alcanzado los 4,8 millones. Sin embargo, los vecinos nos indican que “el barrio no se está beneficiando en nada de la EDUSI”.
No hay agentes de policía haciendo ronda por el barrio, ni siquiera en las noches de fiesta
Sin policía
Otra reivindicación vecinal, constantemente desoída, es la falta de seguridad. “En el barrio tenemos siete u ocho elementos conflictivos en algunas calles. El problema es que la Policía Local aquí no hace ronda. Cuando pasa algo, nunca los encontramos”.
Ocurre además que San Antón es un sitio habitual de paso para aquellos jóvenes (o no tan jóvenes) que salen de fiesta las noches de los jueves, viernes o sábados hacia el Casco Antiguo y el centro urbano. Algunos festeros aprovechan esta ausencia policial para hacer botellón o montar follones, con toda impunidad. Cuando esto sucede, al tratarse de un barrio de calles estrechas y edificios de poca altura, los vecinos sufren serios problemas para dormir. “A veces es como si estuviéramos en Hogueras todo el año”.
Ante las muchas viviendas abandonadas existentes, el número de okupas se ha multiplicado
Los okupas
Estas molestias se agravan todavía más por el hecho de que en el barrio proliferan numerosos okupas y alquileres turísticos ilegales. “Muchas casas están abandonadas o en estado muy lamentable. Algunos propietarios las ponen en alquiler ilegalmente. En otras ocasiones, directamente son ocupadas”.
Los alquileres turísticos ilegales son muy comunes. Algunos se ofertan como falsos hoteles
Lo cierto es que dando una vuelta por el barrio es muy fácil encontrarse con viviendas medio ruinosas o directamente solares vacíos. “El Plan General de 1987 se ha quedado tan anticuado que no permite condiciones interesantes para los promotores. Así que cuando van falleciendo los dueños, sus casas se quedan vacías, son tapiadas o incluso derruidas”.
Así pues el barrio se ha convertido en una especie de paraíso para las ocupaciones ilegales, y la Policía muy rara vez ejecuta alguna orden de desalojo. “Hay okupas de todo tipo. Algunos son silenciosos, mientras que otros se dedican a traficar y a crear problemas de orden público. En general no son unos vecinos especialmente agradables”.
Tráfico sin control
La ausencia policial también provoca serios problemas de tráfico. A los aparcamientos ilegales ya mencionados, también se unen los vehículos que circulan a gran velocidad por las calles estrechas e incluso en dirección prohibida.
“Es muy peligroso. En el barrio residen muchos mayores, niños o personas con discapacidad. A mi hija la ha ocurrido ya varias veces que un coche la da con el espejo. Algunos conductores circulan sin ninguna precaución, ante la pasividad total de las autoridades” nos indican.
En verano la situación se agrava aún más debido a los numerosos alquileres turísticos ilegales. “Ciertos propietarios anuncian sus pisos como si fueran hoteles. A veces los vecinos no podemos salir con el coche de casa porque una familia de turistas nos ha aparcado su coche delante de nuestro vado, pensando que era un aparcamiento del supuesto hotel”.
De hecho, incluso denuncian que la propia Guardia Civil también aparca ilegalmente de manera habitual. “Suelen ponerse en una esquina del Panteón de Quijano. Si vas con el coche y no sabes que están allí, te los comes. Hemos subido fotos a las redes sociales varias veces”.
Punto negro de limpieza
Aunque Alicante no destaque precisamente por su pulcra limpieza, según un estudio publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) la nuestra es la segunda ciudad más sucia de España solo superada por Jaén, los residentes de San Antón nos aseguran que su barrio es un punto especialmente negro.
“Antes pasaba todos los días a las 7 de la mañana una máquina de limpieza, ahora ya ni eso. Muchas papeleras están rotas y no se restauran. Los fines de semana todavía es peor, pues amanecemos con vómitos y orines que tardan días en limpiarse. Hacemos rogativas para que llueva” nos cuentan.
De hecho desde la Asociación han tomado la iniciativa de colgar carteles por las calles del barrio, para concienciar sobre la necesidad de no arrojar basura al suelo y recoger los excrementos de los perros. “Ya que parece que el Ayuntamiento no va a hacer nada ni llevar a cabo ninguna campaña de concienciación, pues lo hacemos nosotros”.
Un barrio de gran tradición alicantina
En definitiva, son muchos los motivos por los que los residentes de San Antón se sienten ignorados por el Ayuntamiento y las administraciones. “Todas estas cuestiones ya se las hemos trasladado infinidad de veces a los políticos. Hasta ahora solo nos han dado buenas palabras. Esperamos que desde la prensa podáis hacer fuerza por nosotros”.
Los orígenes de este barrio se remontan al siglo XVI, época en la que comenzó a practicarse la tradición del Porrate de San Antón por la cual los alicantinos acudían hasta aquí para bendecir sus animales. Todavía hoy en día se practica esta costumbre cada 17 de enero.
Con el paso de las décadas, la zona se fue desarrollando gracias a la apertura de algunos lugares esenciales de la ciudad como el antiguo hospital, la Fábrica de Tabaco (que llegó a dar trabajo a más de 5.500 cigarreras), el Panteón de Quijano, la Plaza de Toros o el Mercado Central. Hoy en día cuenta con unos 2.200 habitantes censados.