Que se haya convertido en una rutina no impide que sea extraordinario. Los vecinos de Benidorm se han acostumbrado a ver, desde hace más de una década, a una de las suyas instalada en la élite del deporte mundial.
Se trata de Liliana Fernández, quien, junto a Elsa Baquerizo, forma una de las mejores parejas de vóley playa del Circuito Mundial. El próximo verano, la benidormense y la madrileña buscarán poner el broche de oro, a una carrera repleta de éxitos, con una medalla olímpica en la que será su tercera presencia en unos Juegos.
Liliana se encuentra actualmente en Tenerife, su cuartel general desde hace casi tres lustros. “Tenía 18 años y fue una decisión difícil porque suponía dejar atrás a la familia”, recuerda la benidormense.
Destinada al éxito
Estaba predestinada a destacar en cualquier actividad, deportiva o no, en la que participaba. Practicó karate, danza, atletismo y fútbol. Hasta que se cruzó en su camino el voleibol, con solo 13 años, para cambiar su vida de forma rotunda. Luego, llegó el traslado a Tenerife y el encuentro en 2007 con su inseparable Elsa, su otra mitad en la arena.
Tras un breve parón, marcado por el nacimiento de su hijo Saúl, de dos años de edad, Liliana Fernández ha regresado con la misma ambición de siempre y sin secuelas físicas. “Me obsesionaba no perder la forma, por eso entrené hasta el octavo mes. Cuando empecé a notar molestias me dediqué a nadar y a pasear más. Me esforcé también mucho en la recuperación y pude regresar bien en todos los sentidos”, relata.
«Tras la maternidad lo pasé mal porque echaba de menos a mi hijo» L. Fernández
Madre y jugadora
Eso en lo físico, porque en lo psicológico admite que fueron muy duros los primeros torneos del circuito alejada de su bebé. “Al principio lo pasé muy mal. Me ponía a llorar porque lo echaba mucho de menos. Pero jugar era lo que quería. Gracias al esfuerzo de mi marido, ha podido viajar más y venir a verme a menudo, y eso hace todo más llevadero”, confiesa la benidormense.
“Es muy pequeño. Básicamente, mi tiempo para entrenar depende de que esté en la guardería, después de dejarlo y antes de recogerlo”, señala Liliana, quien este mes tendrá algo más de tiempo para su familia y para “desconectar”, tras descartar su presencia en un torneo en México al tener ya garantizada su participación en los Juegos.
«Estos juegos me hacen la misma ilusión que la primera vez» L. Fernández
A la tercera
A pesar de acumular ya dos citas olímpicas, a Liliana Fernández se le sigue erizando la piel cuando habla de los Juegos. “Por eso me hice jugadora profesional de vóley playa, para poder estar ahí. Siempre fue mi sueño. Desde que jugaba en los Juegos Escolares”, rememora. “La gente piensa que te acostumbras, pero no. A mí me hace la misma ilusión que la primera vez”, insiste.
Reconoce que en su primera cita, en Londres 2012, quedó deslumbrada por “el desfile de la inauguración, la villa olímpica, la convivencia con tantos deportistas… Todo es una novedad, pero en Río ya fuimos más a competir, aunque se nos quedó un mal sabor de boca”, confiesa.
“En la fase de grupos tienes tres partidos y juegas más tranquila. Pero en los cruces, es todo o nada. Influye mucho el estrés o cómo te levantes ese día”, explica Liliana, quien apostilla que en su deporte “hay muchísima igualdad y cualquier mínimo detalle decanta un partido. El estado de forma física y mental en ese día en concreto lo decide todo”, añade.
De hecho, la benidormense y Elsa se encontrarán en Japón con rivales habituales del circuito “a las que conocemos y hemos ganado en ocasiones. No somos favoritas, pero podemos estar ahí. No es imposible y vamos a pelear por ello. ¿Por qué no?”.
Méritos
La potencia mediática de los Juegos Olímpicos es tan poderosa que logra eclipsar, por desgracia, todo lo demás. Liliana defiende que, pese a que una medalla en Tokio es el sueño de su vida deportiva, regresar a España sin ella no supondría un fracaso. “Claro que quiero colgarme una, pero para nada es una obsesión. A los Juegos vamos 24 parejas y solo tres caben en el podio”, recuerda.
Además, Liliana defiende que es “muy injusto” que se analice una trayectoria deportiva solo por lo conseguido durante las dos semanas de la fiesta olímpica. “No puedes valorar cuatro años por algo más de una semana. Nosotras no iremos obsesionadas, porque sabemos que puede pasar cualquier cosa y que las rivales son buenas y también trabajan para ganar”, argumenta.
No ser favoritas ayuda
En este sentido, considera que no ser “favoritas” es algo que puede jugar a su favor, ya que las cabezas de serie suelen estar sometidas a mayor estrés “por ser las rivales a batir”. “No es extraño que alguien de las de abajo acabe dando la campanada”, puntualiza Liliana, a quien le cuesta aún olvidar el partido perdido ante Rusia camino de las medallas en Río. “Aquel día no jugamos, pensamos demasiado. Fue un palo duro, porque esperábamos algo más”, confesó en su momento.
Liliana prefiere no pensar en Tokio como el final de un camino, aunque asume que por cuestiones de edad y familiares “es posible que sean los últimos Juegos. Influyen muchas cosas, como que Elsa decida retirarse o que alguna se lesione… es algo que afrontamos con naturalidad. De momento, no pensamos en ello porque tenemos ganas de seguir dando guerra. Ya veremos qué hacemos cuando llegue el momento”, explica.
Reconocimiento
Si hay algo que valora Liliana Fernández, más incluso que las victorias, es haber conseguido el reconocimiento y afecto de sus paisanos. Admite emocionada que se siente “orgullosa” de dar nombre a la pista principal el Palau d’esports L’Illa de Benidorm. “No puedo estar más agradecida al Ayuntamiento y a los partidos políticos por ese detalle”, afirma.
También presume de la medalla al Mérito Deportivo que le concedió la Generalitat Valenciana el pasado 9 de octubre. “Que te reconozcan por los resultados que logras te enorgullece, pero hay determinados homenajes en los que se tienen en cuenta tus valores y eso es lo máximo”, comenta la campeona benidormense.
«Disfrutar del día a día es lo que te da éxito» L. Fernández
Poca visibilidad
Liliana Fernández también aprovecha su posición de referente del deporte español para pedir “más visibilidad” para el vóley playa. Afirma que los partidos de los Juegos Olímpicos tienen una gran audiencia y está convencida de que el circuito mundial también tendría seguimiento “si alguna cadena apostara por él”.
Por último, la olímpica benidormense, ya con la madurez que le concede su experiencia, lanza un consejo para todas aquellas niñas que la tienen como modelo y sueñan con imitarla. “Al final, lo más importante es disfrutar de lo que te gusta cada día. Llegar a los Juegos está bien, pero duran poco y son cada cuatro años. Disfrutar del día a día es lo que te da el éxito”, sentencia.