Si los cristianos celebran la resurrección de Cristo en el Domingo de Gloria, la borrasca con ese mismo nombre que hace unas semanas azotó con fuerza toda la comarca de la Marina Baixa y que se cebó especialmente con su zona costera, obligará a los servicios técnicos de muchos municipios a trabajar contrarreloj para devolver a su estado habitual las muchas infraestructuras dañadas en esos días de viento, mar arbolada y lluvia y, de esa manera, resucitarlos para la llegada de visitantes de las relativamente próximas vacaciones de Semana Santa.
Paseos marítimos seriamente dañados, bajos de edificios y locales comerciales anegados por el agua, playas inexistentes, carreteras cortadas… las consecuencias que Gloria dejó a su paso por la Marina Baixa han sido serias, aunque, por fortuna, una vez más este rincón del Mediterráneo ha capeado lo peor de una borrasca que en lugares no muy lejanos ha dejado destrozos mucho mayores.
Como siempre ocurre en estas situaciones, los días y semanas posteriores al paso de un fenómeno de este tipo sirven para hacer balance y, a la vez, priorizar en las medidas a tomar para, por un lado, reparar todo aquello que se haya visto dañado por la tormenta y, por otro, para evitar, en la medida de lo posible, que esas situaciones se repitan.
La peor noticia, en cualquier caso, la dejó la muerte de un varón de 67 años, cuyo rastro se perdió cuando viajaba de Benidorm a Callosa d’en Sarrià y cuyo cuerpo se encontró un día después de que su coche fuera hallado en un lugar de difícil acceso, en el término municipal de La Nucía.
«Ha sido el peor temporal sufrido en muchos años» D. Zaragozí
Altea, el municipio más afectado
Altea ha sido, en esta ocasión, uno de los municipios más afectados por la borrasca en toda la comarca. Calificado por los responsables municipales como “el peor temporal sufrido en muchos años”, los efectos de “rachas de viento de hasta 132 kilómetros por hora” provocaron, en palabras del concejal de infraestructuras, Diego Zaragozí, “importantes daños sobre todo en la costa, con playas desechas y paseos y viales inundados de cantos rodados y residuos que el mar ha extraído; además de importantes daños en mobiliario urbano, infraestructuras marítimas y embarcaciones”.
Aunque al cierre de esta edición todavía no se habían terminado de evaluar la totalidad de los destrozos provocados por Gloria, Zaragozí adelantó que “se han tenido que acometer una gran cantidad de actuaciones de urgencia durante los primeros días posteriores a la tormenta para volver a una relativa normalidad, llevando a cabo una infinidad de intervenciones con árboles caídos, cortes de calles y otros obstáculos”.
En Benidorm al temporal se unió la problemática del cierre del aeropuerto de Alicante-Elx
Benidorm, sin playa
Una de las imágenes más potentes que dejó la visita de Gloria a la Marina Baixa, fue ver cómo el Mediterráneo se tragaba por completo la Playa de Levante de Benidorm.
Por fortuna, en el caso de la capital turística y gran motor económico de la Marina Baixa, el temporal no dejó daños personales y las rachas de viento, mucho menos potentes que en la Villa Blanca, no provocaron más consecuencias que “la caída de algunos elementos del mobiliario urbano y poco menos de diez árboles en el término municipal”, tal y como aseguraba el edil de seguridad ciudadana, Lorenzo Martínez, al cierre de la esta edición.
Más allá de esas imágenes del mar rompiendo directamente contra el paseo marítimo de la playa de Levante, esa tercera semana del mes de enero supuso, nunca mejor dicho, una tormenta perfecta para el sector turístico de la ciudad. A los ya mencionados efectos de Gloria, hubo que unir los dos cierres que sufrió durante aquellos días el aeropuerto de Alicante-Elx que, evidentemente, complicó de forma muy sustancial el incesante flujo de turistas en la ciudad.
El incendio sufrido por la terminal del aeródromo alicantino el día 15 de enero obligó a cerrar sus pistas al tráfico aéreo durante unas horas. Cuando parecía que la instalación podría volver a operar con normalidad, las consecuencias del fuego obligaron a un nuevo cierre, esta vez de 24 horas, durante el paso de Gloria, algo que se dejó notar en Benidorm con turistas teniendo que cambiar, sobre la marcha, sus planes de vuelo.
L’Albir fue la zona más afectada en el municipio de l’Alfàs del Pi
L’Albir, punto complicado
También los servicios públicos de l’Alfàs del Pi tuvieron que trabajar duro durante el paso de Gloria por el municipio. Por su configuración, las consecuencias de Gloria se dejaron sentir de forma muy diferente en los dos principales núcleos urbanos del municipio: l’Alfàs y l’Albir.
Como es lógico por la orografía alfasina, fue la zona costera la que se llevó la peor parte del temporal ya que, a la ferocidad con la que golpeó el mar a su Paseo de Las Estrellas se unieron las aguas que, a través de los barrancos que desembocan en l’Albir, bajaban desbordadas desde el interior de la comarca.
El Concejal de Urbanismo, Seguridad Ciudadana y Movilidad, Toni Such, explicaba que “los mayores problemas han venido derivados de las caídas de árboles y algunos elementos del mobiliario urbano debido a la combinación del viento y de la lluvia”. Such reconoce, además, que “la peor parte se la ha llevado l’Albir, donde la fuerza del mar provocó que las aguas de los barrancos no pudieran salir al mismo y ello hizo que se inundaran algunas zonas”.
La Nucía, con daños menores
Para finalizar el repaso de los efectos del paso de Gloria por los municipios de la Marina Baixa nos fijamos en La Nucía, cuya situación geográfica permitió al municipio evitar los peores peligros de una tormenta que, como ya se ha indicado, provocó los daños más importantes a consecuencia del mar embravecido.
Por ello, la borrasca se saldó, principalmente, con la inundación puntual de algunas zonas y viales del municipio, provocando problemas de tráfico puntuales en las horas de mayor precipitación y la caída, como en el resto de municipios de la Marina Baixa, de árboles y algunos elementos del mobiliario urbano.