Una de las experiencias más increíbles que pueden disfrutar los visitantes de la Marina Baixa es la de navegar por los alrededores del Parc Natural de la Serra Gelada. Bajo sus altos acantilados, observando la duna fósil o tratando de encontrar su famoso elefante, la tranquilidad de sus aguas es todo un contraste con el bullicio y la actividad que se desarrolla sólo unos metros más allá.
Ese placer, que podría parecer prohibitivo para la mayoría, está al alcance de la inmensa mayoría gracias a la gran oferta de embarcaciones recreativas que operan desde los puertos y clubs náuticos más cercanos, pero, desde luego, no es la única ni la más sencilla de las maneras de disfrutar de este espectacular paraje.
El próximo mes de marzo se cumplirá el decimoquinto aniversario de la declaración de la Serra Gelada como Parque Natural y, para celebrarlo, los municipios de Benidorm, Altea y, sobre todo, l’Alfàs del Pi van a poner este recurso natural de incalculable valor ecológico en el centro de sus agendas.
El Paseo del Faro de l’Albir es uno de los más visitados de la Comunitat Valenciana
El Faro de l’Albir
Uno de los grandes atractivos del Parc Natural de la Serra Gelada es, sin duda, su fácil accesibilidad. El Paseo del Faro de l’Albir se ha convertido en uno de los más transitados y disfrutados de la Comunitat Valenciana. Completamente asfaltado, su recorrido, de poco más de 5 kilómetros (ida y vuelta) es una de las visitas obligadas por todos aquellos que quieran conocer un poco mejor la naturaleza de la zona.
Uno de los grandes atractivos del Parc Natural de la Serra Gelada es, sin duda, su fácil accesibilidad
Completamente asfaltado, este paseo –sin desniveles significativos– lleva a aquellos que lo visitan desde el urbano entorno de la Playa del Racó de l’Albir hasta el faro, cuya linterna sigue iluminando la navegación nocturna y que, ya deshabitado, acoge ahora un Centro de Interpretación del propio Parc Natural.
Por el camino, además, diversos paneles informativos explican al visitante algunos de los secretos mejor guardados de este entorno. Así, el Paseo del Faro de l’Albir se ha convertido en una excelente opción para el turismo familiar ya que los más pequeños –y los no tan jóvenes– pueden aprender sobre las especies de flora y fauna que habitan la Serra Gelada, y maravillarse con los restos fósiles de criaturas prehistóricas que una vez dominaron el paisaje.
La Cruz de Benidorm es uno de los más bellos miradores de la Costa Blanca
La Cruz, el mirador de Benidorm
Mientras que el Faro de l’Albir gana año tras año importancia dentro de la lista de ‘cosas que hacer en la Costa Blanca’ para miles de visitantes, la archiconocida cruz de Benidorm se mantiene como uno de los iconos de toda la comarca de la Marina Baixa.
Ubicada en uno de los puntos más altos de la zona benidormense de la Serra Gelada e iluminada por las noches, la cruz de Benidorm ha trascendido mucho más allá del símbolo religioso. Efectivamente, este hito fue erigido en 1961 por un grupo de fervientes católicos para, desde lo alto de la montaña, redimir a la ciudad de su creciente fama de pecadora.
Hoy en día, sin embargo, se ha convertido en uno de los lugares más visitados por todos aquellos que desean escapar durante unas horas del ajetreo de la ciudad y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece su mirador, desde el que se domina, en los días más claros, no sólo la totalidad de la comarca de la Marina Baixa, sino buena parte de la zona sur de la provincia de Alicante.
Patrimonio histórico
A nadie de se le puede escapar la enorme importancia natural de este enclave, pero tampoco se puede pasar por alto la enorme importancia del patrimonio histórico que esconde el arrugado paisaje de la Serra Gelada, cuyas cimas fueron, hace siglos, la primera línea de defensa frente a los ataques de los piratas berberiscos.
Haciendo un recorrido de este a oeste, encontramos, pegados el uno a la otra, el Faro de l’Albir y la Torre Bombarda. La segunda, construida a 111 metros sobre el nivel del mar en el siglo XVI, formaba parte del sistema defensivo impulsado por Felipe II, fue una de las principales torres vigía y centinela de aquel entramado militar.
Su ubicación estratégica permitía a sus vigilantes observar todos los movimientos navales que se producían desde las costas de Calp hasta las de La Vila Joiosa. Tanto es así que en 1863 esa misma ubicación fue la elegida para comenzar la construcción del ya mencionado faro, que sigue en funcionamiento en nuestros días.
Punta del Cavall, defensa de Benidorm
La misma finalidad defensiva fue la que impulsó, también en el siglo XVI y formando parte de ese mismo sistema de vigilancia y aviso frente a invasiones, la construcción de la Torre de la Punta del Cavall, también conocida como Torre de Seguró.
Todos los puntos de especial interés turístico y cultural se encuentran unidos por las dos rutas senderistas señalizadas que discurren a lo largo de la Serra Gelada
Todos estos puntos de especial interés turístico y cultural se encuentran unidos por las dos rutas senderistas señalizadas que discurren a lo largo de la Serra Gelada. Por un lado, la ruta roja es la bautizada como Paseo del Faro de l’Albir, de la que ya se ha hablado con anterioridad.
Para los más atrevidos existe la opción de enfrentarse a la ruta amarilla, que atraviesa la Serra Gelada de punta a punta y que tiene un recorrido de 6,5 kilómetros (sólo ida). La dificultad de esta ruta, calificada como de moderada-alta, obliga a aquellos que se quieran enfrentar a ella a recurrir a la prudencia y ser conscientes de sus propios límites, ya que el tiempo que se tardará en recorrerla no baja de las 3,5 o cuatro horas.
En cualquier caso, la proximidad de zonas urbanizadas permite varios puntos de abandono de la ruta ante cualquier imprevisto.
Un entorno de paz y tranquilidad a sólo unos metros de las más animadas playas de Europa
Tesoro ecológico
Si hay algo que destaca sobre todas las cosas a la hora de hablar del Parc Natural de la Serra Gelada es, precisamente, su indudable e importantísimo valor ecológico. El paraje, formado por la propia sierra, la Isla de Benidorm, la Illeta Mitjana, la Isla de la Olla y los fondos marinos que las rodean; es el hogar de una enrome cantidad de especies de flora y fauna que, en algunos casos, sólo se pueden encontrar en este lugar.
Destaca en este sentido la presencia de la ´silene ifacensis`, una especie endémica que estuvo al borde de la extinción y que, gracias al plan de recuperación iniciado hace algo más de una década, cuenta ahora con una nueva oportunidad de seguir reinando en su entorno natural histórico.
Junto a ella aves rapaces y una vida marina que puede disfrutarse gracias a los muchos centros de buceo que operan en la zona, que son sólo unos pocos ejemplos de los muchos secretos que guarda el Parc Natural de la Serra Gelada, un entorno de paz y tranquilidad a sólo unos metros de las más animadas playas de Europa.