Una de las principales necesidades desde el minuto uno de la crisis, al poco de activarse el estado de alarma para hacer frente a la pandemia por el coronavirus, fue la falta de material sanitario para evitar los contagios.
Desde aquéllos primeros momentos, aún sin conocerse el alcance real de la enfermedad, personal de ambulatorios y hospitales, pacientes, y otros servicios asistenciales, se vieron en la necesitaban de disponer de una barrera eficaz que les protegiera del contacto directo con el virus.
Falta de protección
Pronto se pudo comprobar que la falta de protección, en especial mascarillas, se iba a convertir en un gravísimo problema que expondría a los trabajadores sanitarios a una enfermedad que ya se encontraba enraizada en nuestra sociedad.
El centro de salud de Petrer fue de los primeros que alzaron la voz de alarma, reclamando este tipo de material porque se estaba quedando sin él.
Miles de artículos destinados a protección sanitaria han salido de las manos de docenas de voluntarios de Petrer
Fabricación artesanal de batas y mascarillas
Para hacer frente a esta necesidad, un grupo de hombres y mujeres de Petrer comprendieron que había que dar una respuesta urgente y por ello, de manera espontánea, comenzaron a elaborar mascarillas y batas con los medios con los que disponían en esos momentos.
En este sentido, un ejército formado por aparadoras, modistas, artesanos, amas de casa, diseñadores de calzado y de trajes para las fiestas de Moros y Cristianos, se pusieron en movimiento para fabricar y ofrecer sus talleres al servicio solidario de la confección de este material de protección.
Pero no sólo personas anónimas han tomado parte en esta generosa iniciativa, también una amplia red formada por organismos y empresas locales han puesto su granito de arena cortando y aportando la tela necesaria, y fabricando el material en impresoras 3D.
La iniciativa ha tenido una amplia repercusión en medios nacionales y ha generado un gran interés
Interés exterior
La iniciativa ha tenido tal éxito y repercusión, que ha llegado a generar multitud de agradecimientos en redes sociales. Tanto es así, que el Ayuntamiento de Petrer ha recibido numerosas llamadas y peticiones procedentes de muchos lugares de España de personas interesadas en seguir los mismos pasos para fabricar este material para el personal sanitario en sus respectivas poblaciones.
Muchas empresas de la localidad han transformado momentáneamente su negocio para cubrir las necesidades del personal sanitario
Ola de solidaridad
Una de las personas que más activamente está trabajando en esta iniciativa es la modista Mari Carmen Ibáñez, que desde el principio se ha puesto manos a la obra elaborando mascarillas y batas que son destinadas a centros de salud y a asociaciones como Asprodis.
“Empecé a colaborar desde el momento en el que las enfermeras del Centro de Salud I de Petrer comenzaron a pedir ayuda. Desde entonces habré hecho unas 600 mascarillas, incluyendo las realizadas para niños, y 100 batas aproximadamente, aunque se han hecho miles entre todas las personas que hemos colaborado”, nos cuenta.
Al principio, dice, comenzaron trabajando un puñado de personas, ahora son muchas más, aunque no todas han continuado con esta labor. “Una vez están terminadas, vienen a recogerlas de la concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de Petrer y se las llevan para repartirlas donde hagan falta”, señala esta modista de Petrer que, gracias a su experiencia profesional, asegura que no le ha sido complicado elaborar estos elementos de protección.
Cambiando trajes por batas
Otro de los que también está colaborando en esta red solidaria es el diseñador de ropa festera Fernando Vera ´Gedeón`, quien está coordinando la fabricación de batas quirúrgicas destinadas a hospitales y de las que lleva hechas alrededor de 3.000 unidades.
“Todo empezó, señala, porque una enfermera le pidió a mi hermana que si le podíamos coser unas batas. Otros hospitales que se enteraron de esta iniciativa nos han empezado a hacer encargos, y nosotros se las enviamos gracias a la solidaridad de quienes nos están ayudando tanto en los tejidos como en el transporte o en cortar material”. Varias poblaciones no solo de la comarca del Medio Vinalopó, sino también de Murcia, Valencia o Madrid, le han hecho llegar sus peticiones.
Vera ha explicado que en estos momentos, en los que se debería estar confeccionando ropa festera para los Moros y Cristianos, muchas empresas han transformado su negocio para ayudar a centros y hospitales que lo necesitan, “porque ahora lo que importa es colaborar con los profesionales sanitarios”.