Hace 40 años nacía en Petrer una agrupación que, con el paso de los años, se ha convertido en uno de los colectivos musicales más reconocidos y reconocibles de la ciudad: la Colla de Dolçainers y Tabaleters ‘El Terròs’.
Desde aquel lejano 1980, la entidad ha recorrido un largo camino dando a conocer la música tradicional a través de la recuperación y difusión de instrumentos, tan arraigados en nuestra cultura como la dulzaina y el tabalet, posicionándose como un referente del folclore popular en toda la Comunidad Valenciana.
Hoy, la agrupación acompaña multitud de eventos de carácter socio-cultural que se realizan tanto por Petrer como por todo su entorno, desarrollando una importante labor para el conocimiento y transmisión de la música tradicional valenciana y las fiestas locales.
La dulzaina y el tabalet son sus principales señas de identidad
Tres jóvenes apasionados
La primera vez que se oyó hablar de la colla en Petrer fue en junio de 1980, cuando tres jóvenes amantes de las tradiciones, muy preocupados a su vez por la recuperación de la música popular en todas sus vertientes, Vicent Navarro, Daniel Montesinos y Marco Antonio Montesinos, decidieron unir fuerzas para tocar sus dulzainas y tabalets en la festividad del Corpus de aquel año.
En esta experiencia también les acompañarían como testigos de excepción Pepito Pérez y Enrique Navarro ‘Catxap’, dando comienzo de este modo, sin saberlo, a una aventura que tendría continuidad con el paso de los años.
No tardaron en cogerle el gusto a aquella empresa musical, creciendo en ellos una forma de entender la música muy alejada de las modas imperantes de la época. Su repertorio entonces no era muy extenso, no así su ilusión, limitándose a interpretar conocidas piezas del cancionero festivo y popular, tal como y recuerda su actual director desde 1984, Eliseu García, que entró a formar parte de la colla en octubre de 1980.
Crecimiento imparable
A comienzos de esa primera década empezó a unirse gente nueva. El año 1984 se puede considerar clave en su historia con la creación de la Escuela de Música Tradicional, la segunda a nivel valenciano, que comenzó a dar sus primeros pasos en el Teatro Cervantes y actualmente ofrece formación en las más variadas disciplinas musicales a decenas de alumnos en su sede de la calle Príncipe de Asturias.
Los años 90 fueron los del despegue definitivo, con un importante aumento en el número de miembros que hasta hoy no ha parado de crecer, posicionándose como una de las más prestigiosas collas a nivel provincial: “somos el origen de muchas de ellas”, destaca orgulloso Eliseu, para quien pertenecer a este colectivo le “llena de ilusión y energía”.
La colla está compuesta por 45 personas de todas las edades
La provincia, representada
Actualmente, la agrupación está formada por 45 personas que buscan “ilusionar al público” y que abarcan todos los rangos de edad: “tenemos desde los 8 años hasta gente jubilada, procedentes de poblaciones como Petrer, Elda, Monóvar, La Cañada, Pinoso, Algemesí e incluso Murcia”, explica su director.
No es raro verlos por las calles de la localidad poniendo banda sonora a todo tipo de actividades típicas como la Fiesta de Moros y Cristianos, ‘carasses’, los Nanos i Gegants, pasacalles, procesiones y conciertos; y todas ellas con un denominador común: la dulzaina, un instrumento de viento de aproximadamente 30 centímetros (varía de unas regiones a otras), históricamente utilizado en la música tradicional española, de sonido característico y agudo, que se hace acompañar de otro no menos clásico, el tabalet, una especie de tambor.
El sonido de ambos instrumentos se ha compenetrado hoy en día de tal forma que sería difícil disociar uno del otro. No es nada fácil tocar la dulzaina, ya que dependiendo de su longitud hay que soplar con mayor o menor fuerza, explica el director de ‘El Terròs’, por eso se intenta adaptar a la edad de cada músico, “no es el mismo instrumento para un niño que para un adulto”.
El coronavirus ha cancelado las actividades previstas para lo que queda de año
El coronavirus entra en escena
Precisamente, este 2020 en el que la colla está inmersa de lleno en la celebración de sus primeras cuatro décadas de existencia, se había preparado un extenso programa de actividades que les iba a ocupar durante buena parte del año; entre ellos un concierto homenaje a la mujer y otro que iba a reunir a todos los que en alguna ocasión habían sido miembros de la agrupación, pero la alerta sanitaria por el coronavirus ha trastocado sus planes suspendiendo todos los actos.
Aún así, aseguran que su intención es volver a celebrarlos en un futuro no muy lejano, siempre dependiendo de la evolución de la pandemia.