Fue precisamente el miedo a que una enfermedad, en este caso la peste, entrara en las casas de Benidorm lo que provocó que los vecinos de aquella villa marinera, que no podía ni llegar a imaginar que dos siglos y medio después de convertiría en una potencia turística mundial, decidieran reducir a cenizas el londro que el 15 de marzo de 1740 llegó a su bahía.
Aquella extrema precaución fue la que permitió que la imagen de la Mare de Déu del Sofratge, tras salvarse milagrosamente de las llamas, se convirtiera en patrona de Benidorm y, muchos años después, en alcaldesa perpetua de la ciudad. Por ello, en una época en la que el miedo a la enfermedad nos ha hecho adoptar medidas preventivas que nunca hubiéramos imaginado hace sólo unos meses, la decisión del Ayuntamiento de mantener la celebración de las Fiestas Mayores Patronales parece, incluso, un giro de justicia poética con la patrona.
Mientras que muchos de los días grandes de ciudades y pueblos de toda España –incluidos municipios vecinos de la capital turística– han sido suspendidos en este 2020 a causa de la covid-19, el calendario parece, al menos de momento, jugar a favor de Benidorm, que engalana sus calles y muestra su devoción en el segundo fin de semana de noviembre.
La decisión, tomada con varios meses de antelación, mantiene todas las opciones abiertas
Una decisión condicionada
Esto ha permitido al consistorio benidormense anunciar que las Fiestas Mayores Patronales de 2020 se celebrarán. Una decisión, eso sí, que mantiene, como todas las que se toman en estos tiempos inciertos, todos los condicionantes y condicionales abiertos ya que, como se ha explicado desde la concejalía de Fiestas, todo es susceptible de ser repensado en el caso de que la realidad sanitaria futura así lo aconseje.
En ese mismo sentido, con varios meses por delante hasta que los primeros fríos anuncien la llegada de esos días dedicados a la patrona, nadie ha querido confirmar o esbozar programa de actos alguno ya que se desconocen las medidas de distanciamiento social, aforo y demás normativas que estarán en vigor en el mes de noviembre.
El primer edil benidormense, Toni Pérez, eso sí, ha avanzado que “tanto el Ayuntamiento como todas las personas y entidades festeras de la ciudad vamos a seguir trabajando de forma conjunta para llevar a término nuestras Festes Majors Patronals”, pero avisaba, al mismo tiempo, de que “iremos evaluando cómo evoluciona la situación sanitaria y las normativas y directrices que dicten, tanto el Gobierno Central como la Generalitat Valenciana, de aquí al momento de las fiestas”.
El programa de actos se tendrá que adaptar a la realidad sanitaria del mes de noviembre
Programa de actos desconocido
Como se indicaba, serán esas indicaciones que emanen desde la Administración supramunicpal las que marquen el desarrollo de unas fiestas que, seguramente, tengan que adaptar buena parte de su tradicional programa a la nueva realidad que estrenamos a finales del pasado mes de junio.
Aunque a estas alturas es imposible concretar o adivinar qué actos podrán celebrarse y cuáles no o, incluso, cómo se tendrán que adaptar aquellos que sí tengan lugar, Pérez insiste en que “serán las directrices sanitarias las que permitirán concretar los actos de las Fiestas Mayores Patronales”.
“Se trata de una decisión que no debemos ni podemos adoptar con tanto tiempo de antelación, ya que no conocemos a qué circunstancias nos vamos a enfrentar en noviembre”, insiste el alcalde benidormense.
Cargos festeros prorrogados
Otra de las decisiones que se han tomado, respecto a las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm, no afecta directamente a su celebración, pero sí supone un importante empujón para esa edición que debería de suponer ya la vuelta a la absoluta normalidad y que tendrá lugar en el mes de noviembre de 2021.
En ese sentido, se ha llegado a un acuerdo por el que todos los cargos festeros que han venido –y seguirán haciéndolo– desarrollando su actividad en 2020 se mantendrán en 2021, algo que afectará no sólo a aquellas personas encargadas de la confección y desarrollo de las distintas actividades festeras, sino también a sus rostros más visibles: reinas, damas, abanderado y mayorales de honor.
Tras el tardío arranque de la campaña turística se confía en poder alargar la temporada hasta noviembre
Atractivo turístico
La decisión de apostar por la celebración de los días grandes de Benidorm no sólo se trata de una cuestión sentimental de honrar a su patrona y alcaldesa perfecta. Ni tan siquiera, su única intención es la de devolver a la ciudadanía parte de la alegría que ha perdido durante los largos meses de confinamiento.
Hace ya muchos años que las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm dieron el salto, merced a la exitosa desestacionalización del turismo de la ciudad, de ser un evento meramente local para convertirse en otro importante foco de atracción turística y, tras haberse visto obligada a arrancar su campaña con mucho retraso, se confía en que la temporada se pueda alargar de forma satisfactoria hasta esas fechas.