El Museo de Arte Subacuático (MOUA) ha abierto “sus puertas” recientemente en la Gran Barrera de Coral, frente a la costa de Townsville, Queensland (Australia).
“MOUA ofrece una plataforma contemporánea para compartir las historias del arrecife y la cultura de su gente de las Primeras Naciones, así como para iniciar una conversación significativa y una solución para la conservación de los arrecifes”, explica la propia web del museo.
No es el primero de su tipo: el artista, Jason deCaires Taylor, también ha creado museos bajo el mar en México y Lanzarote. MOUA es más que un lugar para ver arte: es un lugar con un propósito que va mucho más lejos. Lo creó para crear conciencia sobre la importancia de la conservación de los arrecifes, que en estos días se está volviendo cada vez más importante.
El artista ha estado trabajando en asociación con la Universidad James Cook y el Instituto Australiano de Ciencias Marinas para crear un parque de esculturas que destaque la conservación y restauración de arrecifes en una mezcla de ciencia y arte y turismo, por supuesto.
El parque de esculturas cuenta con un «invernadero de coral» hundido y 20 esculturas de «guardianes de arrecifes» dedicadas a una gran variedad de actividades de protección de arrecifes, desde mirar a través de un microscopio hasta sentarse en un banco aparentemente tomando un respiro de la jardinería. El invernadero está ubicado a 18 metros de profundidad, tiene 12 metros de largo y pesa la friolera de 58 toneladas, anclado al lecho marino con suficiente fuerza para resistir un ciclón de categoría 4.
Las obras de arte están hechas de más de 2.000 fragmentos de viveros marinos incrustados en el cemento marino de pH neutro, que es fácil de adherir a las larvas de coral. Usando cámaras submarinas, los científicos están monitoreando la salinidad del agua, el pH y los niveles de oxígeno, además de registrar lo que esperan sea el comienzo de un nuevo hábitat de coral.
Sarah Romero
Referencia: The Museum of Underwater Art