Fue una de las erupciones volcánicas más mortíferas e impactantes de la historia de Europa. En el año 79 d.C. una infame erupción del Monte Vesubio acabó completamente con la ciudad de Pompeya y Herculano y sus habitantes. La nube de ceniza masiva y sobrecalentada estaba tan caliente que materiales como la carne y la madera se carbonizaron en unos instantes.
Ahora, un equipo de científicos italianos ha descubierto células cerebrales preservadas de la víctima de un joven de unos 20 años que murió durante este evento catastrófico (fue encontrado acostado boca abajo en una cama en el Collegium Augustalium de Herculano). Los investigadores afirman que la estructura de las neuronas aún es visible en un material negro y vítreo que se encuentra dentro del cráneo. El tejido cerebral se había convertido en un material vidrioso negro por las temperaturas abrasadoras causadas por la erupción y, tras examinar más a fondo este increíble espécimen, han encontrado la presencia de antiguas neuronas “perfectamente conservadas”.
«El descubrimiento de tejido cerebral en restos humanos antiguos es un hecho inusual, pero lo que es extremadamente raro es la preservación completa de las estructuras neurales de un sistema nervioso central durante más de 2000 años, en nuestro caso con una resolución sin precedentes», explica el antropólogo forense Pier Paolo Petrone, líder del proyecto.
¿Cómo han sobrevivido las neuronas?
Utilizando microscopía electrónica de barrido y herramientas avanzadas de procesamiento de imágenes, los investigadores estudiaron de cerca el cerebro vitrificado para descubrir una serie de estructuras que parecen ser neuronas y axones «excepcionalmente bien conservados» de un cerebro y médula espinal humanos.
Según los expertos, la vitrificación del cerebro se debió, probablemente, al calentamiento extremo y al enfriamiento rápido, permitiendo la transformación. Petrone aclara que los resultados del estudio muestran que el proceso de vitrificación ocurrió en Herculano y congeló las estructuras neuronales de la víctima, preservándolas intactas hasta el día de hoy.
“El análisis de este material vítreo negro mostró la preservación de varias proteínas altamente expresadas en las diversas partes del cerebro humano: corteza cerebral, ganglios basales, mesencéfalo, glándula pituitaria, amígdala, cerebelo, hipocampo, hipotálamo y médula espinal”, comenta Petrone.
“Estos genes son excepcionalmente importantes para las funciones neuronales ya que sus mutaciones se detectaron en pacientes con patologías cerebrales. Por ejemplo, MED13L, era particularmente abundante en el cerebelo adulto y sus mutaciones se detectaron en pacientes con discapacidad intelectual”, añade el experto.
Del mismo modo, las pruebas de espectroscopia de rayos X de dispersión de energía revelaron una proteína llamada ATP6VIF conocida por estar involucrada en la transmisión de sustancias químicas conocidas como neurotransmisores.
El estudio de los restos de las víctimas de la erupción no se detendrá aquí, pues este hallazgo es importante no solo en el ámbito científico, sino también en el campo de los estudios históricos y el fortalecimiento de las capacidades para gestionar desastres como la erupción del Vesubio. Los expertos intentarán una reconstrucción retrospectiva de las diferentes fases de la erupción, evaluando los tiempos de exposición a altas temperaturas y enfriamiento, que son claves no solo para la arqueología y bioantropología sino también para el riesgo volcánico.
El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Nápoles Federico II, CEINGE-Biotecnología Avanzada, la Universidad Roma Tre de Roma, el Estado de Milán y el Consejo Nacional de Investigación (CNR), y publicado en la revista PLOS ONE.
Sarah Romero