Entrevista > Josep Candela / Concejal de Fiestas, Emergencias y Protección Ciudadana (Crevillent, 24-noviembre-1988)
Aunque este año, por desgracia, no puedan desfilar los Moros y Cristianos en las calles de nuestro municipio, eso no significa que Crevillent vaya a ser un desierto cultural durante estas fechas. Para suplir el vacío dejado por las canceladas Fiestas Patronales, el Ayuntamiento ha organizado una serie de conciertos y monólogos en el auditorio de la Casa de la Cultura siguiendo todos los protocolos sanitarios pertinentes.
“La decisión de cancelar fue muy dolorosa, pero no se daban las condiciones para unas Fiestas Patronales normales. Aun así, Crevillent puede seguir siendo un polo de atracción turística durante esta semana con eventos varios, sobre todo dada la necesidad económica que tenemos de revitalizar el consumo y la personal de volver a disfrutar de cultura segura en directo” nos comenta Josep Candela, concejal de Fiestas y Protección Ciudadana.
«Necesitamos crear eventos para que se revitalice el consumo de nuestros comercios»
¿Qué actos festivos tenemos en este octubre en Crevillent?
Nuestra prioridad siempre ha sido crear un espacio seguro donde poder realizar eventos culturales, y hemos determinado que el auditorio de la Casa de la Cultura es el que cumplía mejores condiciones. Sobra decir que nos ha tocado descartar toda la programación que teníamos pensada en enero, así que nos pusimos a trabajar en un nuevo programa siguiendo un protocolo policial basado en las indicaciones de la conselleria de Sanidad.
Desde finales de septiembre ya hemos tenido algunas actuaciones como los monologuistas Jaimitio Borromeo, el Comandante Lara o el artista local José Manuel Mas. Este jueves día 8 tendremos más comedia con Jaime Caravaca y Grison Beatbox, del programa de ‘La resistencia’, y el domingo día 10 a Enrique San Francisco junto a Miki Dkai.
Respecto a los conciertos, el viernes día 9, por el día del País Valenciano, tocará La Fúmiga, con entrada gratuita. El viernes día 16 actuará José Mercé y el siguiente viernes, el día 23, el mítico grupo Los Secretos. Al día siguiente vendrá la cantante Ana Guerra y el viernes día 30 cerramos con Manel. También actuará la compañía local ‘Els Teatres’.
«Hemos traído artistas de caché que en otras circunstancias habría sido más complicado que vinieran a Crevillent»
José Mercé, Los Secretos, Enrique San Francisco… ¿Estos artistas de tanto caché habían venido antes alguna vez a Crevillent?
Tengo entendido que es la primera vez que vienen, aunque también te digo que yo solo tengo 31 años y mi memoria llega hasta donde llega (risas).
Supongo que el hecho de que se hayan suspendido tantas fiestas y eventos este verano ha facilitado que vengan artistas tan potentes…
Sí, eso es cierto. La industria del espectáculo ha tenido muchas cancelaciones y están pasándolo bastante mal. Nos han hecho unos precios que en otras circunstancias posiblemente no hubiéramos podido conseguir. Desde Crevillent también hemos querido mostrar esa sensibilidad hacia la cultura, porque entendemos que no es en estos eventos donde se están produciendo la mayoría de los contagios
¿Cuál es el protocolo sanitario para acceder al auditorio?
Hemos pasado de un aforo de 1.200 personas a 360. Entre las butacas se guarda más de metro y medio de distancia en todas las direcciones. A la hora de entrar al recinto es obligatorio tanto la toma de temperatura como el gel, para lo cual se han dispuesto unas máquinas en ambas entradas. También es imperativo llevar mascarilla todo el tiempo, e incluso tenemos algunas guardadas por si a alguien se le rompiera. Los guardias de seguridad estarán revisando continuamente para que todas estas medidas se cumplan.
Además, hay policías destinados exclusivamente a estos eventos. También se ha contratado a DYA y Cruz Roja, que se van a repartir los actos. Así que ese dicho de que la cultura es segura lo estamos haciendo realidad.
«Creo que todo el mundo entiende que no podemos traer grandes artistas poniendo entradas gratuitas»
¿Cómo podemos conseguir las entradas?
Hasta ahora nunca se había cobrado entrada en la Casa de la Cultura, pero no tiene sentido que estemos dentro del circuito nacional con entradas gratuitas pues hay artistas que ni siquiera lo admiten. Creo que la mayor parte de la población crevillentina lo entiende también así. De hecho, lo primero que hicimos fue eliminar el protocolo institucional y la reserva de entradas que se producía en los años anteriores.
Aún así algunos actos sí que son gratuitos, y otros tendrán un precio bastante reducido. Para acceder a todos ellos es necesario comprar las entradas en el portal www.notikumi.com. Aquí se pide el DNI, para que si hubiera un posible brote podamos compartir con Sanidad la información de que personas han estado sentadas cerca de los positivos.
¿Qué tal está yendo la venta de entradas? ¿La gente tiene ganas de cultura?
De momento en todos los eventos que ya hemos hecho se han agotado. Ya el primer día que sacamos las entradas de los conciertos se vendieron hacia el 50%. Más que tener ganas, yo creo que la gente necesita ocio seguro. Esto no se organiza solo por una necesidad económica de fomentar el consumo, sino también porque anímicamente ayuda a llevar mejor toda esta situación. Las fiestas se inventaron, en un sentido antropológico, precisamente para impulsar sentimientos de alegría en las personas.
La mayoría de los contagios se están dando precisamente en fiestas privadas, así que necesitamos dar alternativas de ocio seguro a la población. Tenemos que ofrecer formas de canalizar los sentimientos de jolgorio que surgen en los crevillentinos cuando llegan estas fiestas tan señaladas.
De hecho, ya durante los días del confinamiento la cultura fue lo que nos salvó a muchos de volvernos locos…
Totalmente. Desde el punto de vista psicológico tiene una importancia enorme. Durante el confinamiento muchos artistas estuvieron dando, de una manera altruista, su trabajo al público. Ahora tenemos una responsabilidad hacia ellos, e incluso también hacia los técnicos de sonido e iluminación que viven de organizar estos eventos y que, además en este caso, son de Crevillent.
La crisis económica está ahogando sectores casi hasta la quiebra y nos toca darles un respiro desde las instituciones. Aunque organizar actos de este tipo nos pueda ocasionar críticas, tenemos que apostar por ello.
«Nos vamos a ahorrar 150.000 euros en Fiestas que irán a las partidas de Sanidad, Seguridad y Limpieza»
Es muy habitual que cuando ocurre una crisis, la cultura sea lo primero de lo que se prescinda.
Desde un punto de vista keynesiano de la economía las cifras hablan por sí solas. El año pasado en las Fiestas hicimos una inversión en la barraca municipal, pero a su vez esto supuso una mayor ganancia multiplicada en la restauración de Crevillent. Hay que dejar de ver el gasto en cultura como innecesario, porque repercute en muchas otras áreas.
Pero es que incluso aunque así no fuese, necesitamos la cultura desde un punto de vista humanista para afrontar crisis y situaciones como esta. En nuestro caso, afortunadamente, la inversión es mínima para lo mucho que se recauda en Crevillent. Es más interesante fomentar la economía local, el consumo y los puestos de trabajo que hacer ayudas a fondo perdido. La rueda seguirá rodando solo si la industria y el sector terciario siguen funcionando.
De hecho, ya hay una parte del gasto que se amortiza directamente con las entradas, y en total nos vamos a ahorrar unos 150.000 euros en fiestas respecto a la partida que se presupuestó. Todo ese dinero, evidentemente, irá a las partidas de sanidad, seguridad y limpieza que ahora son las prioritarias. Dado que este año no se han dado muchos servicios, lo más probable es que la mayoría de los ayuntamientos tengamos superávit.
«En Navidad será imposible hacer cabalgatas o grandes eventos, habrá que reinventarla»
¿Es demasiado pronto para preguntar ya por la Navidad?
Tenemos contacto con otros concejales de la zona y estamos valorando que se podrá hacer. Serán fechas complicadas, porque se van a juntar con la vacuna de la gripe y se avecina que la segunda ola pueda acrecentarse. Es difícil que se haga una cabalgata de Reyes o actos masivos con público infantil, así que estamos analizando como reinventar la Navidad, tirando de imaginación.
Sí puedo adelantar que habrá un aumento en las luces navideñas, ya que ahora en Fiestas apenas vamos a poner alguna iluminación simbólica.
Para los políticos que gestionáis áreas como Cultura o Fiestas, imagino que debe ser muy complicado programar actos a sabiendas de que os pueden cambiar las normas sanitarias en cualquier momento.
Totalmente. Vivimos en una constante revisión de levantarnos cada día sin saber lo que nos vamos a encontrar. De hecho, no anunciamos los conciertos hasta apenas dos semanas antes.
Nosotros lo hemos dicho muy claro, las cosas se harán o no según la evolución. Todos los contratos tienen su cláusula covid, y siempre vamos a priorizar el estado pandémico de la ciudad. Con las navidades y la Semana Santa también pasará lo mismo.
Desde el Ayuntamiento lanzamos una carta al aire con la idea de hacerlo todo, ahora bien, si luego nos vuelven a confinar, pues al menos habremos realizado algunas actuaciones.
«El nuevo sistema RED para la Policía Local nos ha permitido aumentar la vigilancia»
Quiero preguntarte también por la policía, que ahora tiene más trabajo que nunca controlando el cumplimiento de las normas. ¿Hay suficientes efectivos?
Efectivamente están haciendo un trabajo incansable. Aunque ahora ya van menos a ciegas que durante el confinamiento, siguen manteniendo la tensión de hacer cumplir los parámetros de seguridad y atender cualquier llamada.
Los ayuntamientos tenemos las plantillas mermadas por la tasa de reposición que impuso la ‘ley Montoro’, así que ahora nos vemos obligados a inventar nuevos sistemas de trabajo. Nosotros hemos reforzado el servicio mediante el sistema de Régimen de Especial Disponibilidad (RED) por el cual, desde finales de julio, se ha creado una bolsa de horas extraordinaria para que los policías, apuntados voluntariamente, tengan un pago extra en su nómina a cambio de que estén disponibles cualquier día y a cualquier hora.
Esto está suponiendo una gran ayuda, sobre todo en los momentos en los que la gente se ha ido relajando más, como ocurrió durante el verano. Tuvimos que aumentar la vigilancia, lo que se tradujo en un incremento de más de un 400% en las sanciones. Si bien en Crevillent no hemos tenido una tasa de contagios tan alta como en otros pueblos, esta disponibilidad policial nos ha venido muy buen a la hora de realizar controles.
En situaciones de crisis, lo normal sería que tanto sanitarios como fuerzas de seguridad del Estado obtuvieran una mejora de las condiciones laborales acorde a la mayor exigencia que se les está dando. Por eso hemos acordado este nuevo sistema con policías y sindicatos.
Entre junio y agosto la policía impuso unas 250 sanciones en Crevillent por no llevar mascarilla. ¿Se han reducido en septiembre?
Se han estabilizado, se va notando que la gente está más concienciada. Yo no soy partidario de criminalizar a la gente joven, pero sí es cierto que hemos visto algunos aumentos de botellones o fiestas en el campo.
De todas formas quiero destacar que la mayoría de la población cumple, aunque siempre nos fijemos en la disidencia. Yo creo que por ahora los crevillentinos nos podemos aplaudir a nosotros mismos por cómo hemos sabido gestionar esta crisis.