El interior de la provincia de Alicante se caracteriza por albergar una auténtica colección de castillos medievales. La gran mayoría vienen de los tiempos de la Reconquista cuando se levantaron fortalezas en prácticamente todas las poblaciones importantes de la zona como en Villena, Sax, Biar, Castalla, Petrer, etc.
Elda no fue excepción y también cuenta con su propio castillo medieval, uno de los más antiguos y con mayor valor histórico. Sin embargo permanece cerrado al público desde 2010 debido a su estado ruinoso. Ahora el Ayuntamiento ha dado un importante paso hacia la futura reapertura.
Orígenes islámicos
Fue durante la época musulmana del Imperio Almohade cuando se proyectó la construcción de una fortaleza que protegiera mejor Al-Munastir (nombre árabe dado a El Monastril, el antiguo poblado de origen íbero-romano). Se construyó sobre el punto más alto y estratégico, un cerro junto al río Vinalopó.
Si bien desde hacía siglos la población del valle ya se estaba trasladando hacia la zona de la actual Elda, la edificación del nuevo alcázar supuso la consolidación definitiva pues los habitantes se sentían más seguros construyendo sus casas en los alrededores.
Conforme el avance de los cristianos se acercaba más y más a esta zona, las autoridades islámicas reforzaron aún más la fortaleza. Nada de esto evitaría que en 1248 el infante castellano Alfonso (futuro Alfonso X el sabio) conquistara todo el valle, poniendo fin a cinco siglos de dominio musulmán.
La familia Coloma transformó la antigua fortaleza árabe en un Palacio Condal
De castillo a palacio
Durante los primeros años de la Elda cristiana el Castillo cambió de manos varias veces, por meras cuestiones políticas. El rey Alfonso X solía utilizar la fortaleza como moneda de cambio para sus alianzas, pasando así en poco tiempo a ser propiedad del caballero Guillermo ‘el Alemán’, la Orden de Santiago y luego del infante Manuel (el primer Señor de Villena).
Si bien a finales de siglo la Corona de Aragón conquistó Elda, los continuos vaivenes en la propiedad del Castillo no cesaron con los monarcas aragoneses. El hecho de tener tantos propietarios distintos repercutió en que se realizaran muchas reformas en la fortaleza, pues todos querían ponerla al gusto de la moda y al suyo personal.
Cuando fue adquirido por parte de los condes de Coloma (poderosa familia de grandes influencias políticas) en 1513, el Castillo fue reconvertido en un lujoso Palacio Condal. En esta época se añadieron varias habitaciones señoriales, otras más modestas para el servicio doméstico, las torres circulares y una pequeña capilla cristiana.
Los Coloma entraron en ruina hacia finales del siglo XVI, debido sobre todo a que la expulsión obligatoria de los moriscos les privó de mano de obra barata y arrendatarios para sus tierras. A partir de entonces el Castillo-Palacio sufriría un periodo de franco deterioro por muchas y muchas décadas.
Gran parte del castillo fue derruido y las piedras vendidas para diferentes construcciones
Años de decadencia
Siglos más tarde lo que quedaba de estructura acabaría cayendo en manos del Estado español, pero sin que el Gobierno supiera muy bien qué hacer con ello. Durante algún momento llegó a servir como cárcel, lugar para funciones de teatro e incluso estuvo cerca de ser completamente demolido.
El Estado acabó subastándolo a finales del siglo XIX, y el nuevo dueño derrumbó una parte de la fortaleza para vender sus piedras. Algunas de ellas fueron utilizadas en la construcción del puente sobre el Vinalopó u en otras construcciones. Con el desarrollo del turismo se empezaron a organizar visitas guiadas, hasta que en 2010 fue cerrado indefinidamente.
Las obras están valoradas en 55.000 euros y suponen la segunda de las diez fases de restauración del Castillo
Diez fases hacia 2022
Desde entonces se han efectuado algunas obras de restauración, aunque a un ritmo bastante lento. Las reformas en el Antemural y la Torre T-10 dieron comienzo en 2015, pero se retrasaron debido a varios problemas entre la empresa constructora y la Generalitat Valenciana. Por si fuera poco en 2017 el arco de la entrada fue derrumbado a causa de una tormenta.
Ahora el Ayuntamiento de Elda ha querido acelerar esta interminable remodelación, adjudicado nuevas obras para restaurar el citado arco del Antemural por valor de 55.000 euros a través de la constructora SYDCA-XXI.
“A pesar de todos los contratiempos sufridos en la reconstrucción de nuestro Castillo, los trabajos realizados en el Antemural han permitido recuperar piezas de sillería y darle el aspecto envejecido a las piedras instaladas, devolviéndole el esplendor a una parte fundamental de la fortaleza” destacó Amado Navalón, concejal de Patrimonio Histórico, en declaraciones a la prensa.
Las actuales obras en el Antemural suponen la segunda fase del Plan Director elaborado por el Ayuntamiento, que consta de un total de diez fases y prevé que el Castillo reabra sus puertas al público en 2022.