Si bien existe presencia de arqueología prehistórica, íbera y romana a lo largo del actual término municipal; fue durante la época musulmana cuando Crevillent se consolidó como núcleo urbano y se construyó el casco antiguo que aún hoy en parte se conserva.
Dado que podemos considerar a Crevillent como una localidad de origen medieval, para despedir este 2020 hemos querido repasar la historia de nuestro pueblo durante la Edad Media. Una época trascendental para la localidad, que además sigue inspirando algunas de sus tradiciones más emblemáticas como son los Moros y Cristianos.
La Reconquista cristiana no se produjo por una batalla, sino por un tratado político
Qirbilyän
Los musulmanes solían llamar a este municipio Qirbilyän, probablemente una evolución etimológica de alguna palabra íbera. Durante algunos siglos fue vecino de otro poblado árabe más próximo a la sierra.
El crevillentí más famoso de este periodo islámico sin duda fue el médico Muhammad al-Shafra, quien llegó a convertirse en uno de los cirujanos más prestigiosos de todo Al-Andalus y hoy cuenta con una propia plaza dedicada en su pueblo natal.
La Reconquista cristiana no se produjo por una batalla militar sino más bien por política. Ocurrió que el rey Muhamad Ben Hud de la Taifa de Murcia accedió a llegar a un acuerdo con la Corona de Castilla. En aquel momento dicho monarca consideraba peor enemigo al Emirato de Granada, a pesar de compartir religión. Además sufría constantemente en su territorio los ataques de la Orden de Santiago, una especie de grupo guerrillero ultracristiano que se había propuesto echar a todos los musulmanes de la península Ibérica.
Por estas razones el rey Ben Hud prefirió convertir su Taifa en un protectorado castellano. Según el Tratado de Alcaraz firmado en 1243, el Reino de Castilla asumía todos los territorios a cambio de respetar tanto la religión como las propiedades de la población musulmana. Por supuesto el propio Ben Hud se quedó como gobernador del nuevo protectorado.
Durante siglos se mantuvo una importante población musulmana en la localidad, aún estando en un reino cristiano
Los musulmanes se quedan
Por lo tanto, la Reconquista no tuvo demasiados efectos en Qirbilyän, más allá de la lenta llegada de algunos nuevos pobladores cristianos. De hecho el propio alcalde de la ciudad (cargo conocido como ra’īs) continuó siendo de origen musulmán.
En 1296 el rey aragonés Jaime II quiso aprovechar una guerra civil en la Corona de Castilla para conquistar la zona de Murcia con poca oposición militar. Cuando sus tropas llegaron a Crevillent el ra’īs Muhámmad ibn Hudayr decidió no oponer resistencia a cambio de que le mantuvieran en su puesto… así como a sus siguientes dos generaciones. Desde este momento la ciudad pasa a formar parte de la Corona de Aragón, pero no tendría a su primer alcalde cristiano hasta 1318 cuando falleció el nieto de Hudayr.
El hecho de que Crevillent mantuviera un poder local islámico durante tanto tiempo atrajo una potente inmigración musulmana, que no siempre era tan bien tratada en otras localidades por sus gobernantes cristianos. De aquí viene en gran parte la enorme tradición árabe de nuestra ciudad. De hecho la población cristiana no se convertiría en mayoría hasta unos cuantos siglos después.
Revueltas
Tras el fin de los ra’īs, la zona quedó convertida en un señorío que pasó a manos de diferentes miembros de la familia real aragonesa o de nobles. Hubo algunos señores que fueron más queridos que otros por los crevillentís, y de hecho se dieron varias revueltas populares contra algunos de ellos.
La más violenta probablemente ocurrió en 1521, cuando una parte importante de la población apoyó la Rebelión de las Germanías contra el nuevo rey Carlos V y el sistema nobiliario imperante.
El Duque de Maqueda construyó nuevas infraestructuras de regadío que mejoraron la agricultura de la zona
El Duque de Maqueda
En 1529 dicho rey quiso recompensar los servicios de Diego de Cárdenas, uno de sus hombres más fieles en el sur de España (había sido alcalde de varias ciudades andaluzas y adelantado de Granada). Por ello le regaló un nuevo título nobiliario, el Ducado de Maqueda, el cual incluía también el señorío de Elche y Crevillent.
Bajo el mando del Duque de Maqueda la producción agrícola experimentó un periodo de notable crecimiento, sobre todo gracias a la construcción de nuevas infraestructuras de regadío.
Crevillent vivió así una época de bonanza que fue brutalmente interrumpida cuando perdió a más de un tercio de su población debido a la orden de Felipe III de expulsar a los moriscos de España en 1609. Pero, esa historia, ya la contaremos el año que viene. Hasta entonces… ¡Felices fiestas a todos los crevillentís!