Un equipo internacional liderado por los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Gerardo Herrera y Pablo Ezquerro, y en el que participa la Universidad de Alicante, acaba de concluir el mayor estudio mundial sobre subsidencia del terreno, esto es, hundimientos del terreno por causa de la extracción de agua subterránea. El trabajo se ha publicado en la revista Science. En él los científicos han elaborado un modelo que explica dónde puede ocurrir este fenómeno. Los investigadores han logrado hacer un mapa mundial en el que se marcan las zonas susceptibles de sufrir subsidencia.
En concreto, el equipo científico del IGME y sus colaboradores, entre los que está Roberto Tomás, de la UA, los investigadores del IGME Marta Béjar-Pizarro, Juan López-Vinielles y Rosa Mateos, y científicos de la Iniciativa Internacional de Subsidencia de la UNESCO, han conseguido elaborar un mapa que cualquier persona de cualquier lugar del mundo puede consultar para saber si la zona en la que vive, en la que trabaja o en la que pretende vivir, trabajar o construir puede tener o llegar a tener un problema de subsidencia. Este mapa puede ser de especial relevancia en zonas fluviales o costeras donde la subsidencia puede aumentar el riesgo por inundaciones hasta diez veces más rápido que el aumento del nivel del mar provocado por el calentamiento global. Como detalla Roberto Tomás “casi el 90% de la población expuesta a este fenómeno se localiza en Asia. En Europa las zonas con mayor peligrosidad se sitúan principalmente en el arco Mediterráneo”.
La deformación del terreno por subsidencia tiene efectos sobre las infraestructuras y, por lo tanto, sobre la vida de las personas. Que el suelo se hunda provoca grietas en esas infraestructuras y en los edificios que pueden llegar a no ser seguros. Estas deformaciones alcanzan cifras muy altas en algunos lugares, con hundimientos de hasta 30 centímetros al año, pero en la mayoría de los casos se trata de un proceso más lento de uno o unos pocos centímetros anuales. Esta lentitud en las deformaciones provoca que pasen desapercibidas para las personas que habitan esa región, que solo serán conscientes de que el suelo se hunde bajo sus pies cuando la situación sea tan grave que comienzan a aparecer grietas, o las inundaciones se hagan cada vez más intensas y recurrentes como en el caso de Venecia. Pero además, este problema se prevé creciente, como explica Roberto Tomás: “el incremento de la demanda de agua subterránea asociadas al abastecimiento de la población mundial y la producción agrícola, sin duda incrementarán en un futuro próximo la intensidad de este fenómeno en zonas ya activas, y favorecerá su desarrollo en otras zonas susceptibles en las que aún no se ha producido”.
El mapa va a ser público y podrá ser usado por cualquier interesado de forma totalmente gratuita. “Va a ser muy útil para que las autoridades de regiones o, por ejemplo, las personas que gestionan las cuencas hidrográficas vean lo que pueden pasar en sus áreas y puedan anticiparse”, asegura Gerardo Herrera.
El trabajo publicado en Science tiene su origen en la investigación comenzada por Pablo Ezquerro, quien en 2017 inició su doctorado en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) supervisado por el científico del instituto Gerardo Herrera. Ezquerro centraba su investigación en los hundimientos del terreno que provocaba la extracción de agua de acuíferos subterráneos en Lorca (Murcia), lo que en geología se conoce como subsidencia, un peligro que es conocido y estudiado desde hace más de cien años. Las investigaciones sobre subsidencia del terreno habían sido siempre locales. Los científicos de algunas de las zonas que lo sufrían analizaban lo que ocurría en sus regiones y buscaban soluciones para ello. Pablo Ezquerro y Gerardo Herrera, pertenecientes al Grupo español de trabajo en subsidencia del terreno, liderado por el profesor de la UA, Roberto Tomás, realizaron una búsqueda de las publicaciones científicas sobre subsidencia. Todas se referían a esos hundimientos desde un punto de vista local. “Entonces se nos ocurrió –recuerda Gerardo Herrera- ¿Y si hubiera un patrón común a todas las áreas en las que ocurre eso?”. Los investigadores encontraron ese patrón: existían condiciones comunes a todas las áreas del mundo en las que se producía ese fenómeno de deformación del terreno a causa de la extracción de agua de los acuíferos subterráneos.
Para entender la importancia de este trabajo hay que saber que este fenómeno geológico ha provocado, por ejemplo, que Indonesia tome la decisión de trasladar su capital Yakarta, de su actual emplazamiento a uno nuevo en otra isla. “En algunas zonas del mundo, la situación producida por la subsidencia del terreno se ha hecho insostenible, obligando incluso a plantear el traslado de ciudades, como es el caso de Indonesia, cuyo gobierno baraja trasladar su capital, Yakarta, a la isla de Borneo”, explica Roberto Tomás.