Después de que sus vecinos y, en alguna medida, competencia más cercana como Benidorm, que fue el primero en conseguir la certificación, La Nucía o l’Alfàs del Pi, cada uno de ellos en ámbitos muy concretos, iniciaran el camino para conseguir ser reconocidos como Destinos Túristicos Inteligentes (DTI), Altea presentó el pasado mes de diciembre su propio proyecto a la Asamblea de Destinos Turísticos de la Comunitat Valenciana, el organismo encargado de velar por el correcto desarrollo de este tipo de iniciativas en la región.
Como en tantos otros ámbitos de una industria tan competitiva como la turística, la conversión de los destinos en DTI supone, más si cabe ante la actual crisis del sector derivada de las limitaciones en los desplazamientos y la brutal caída de los viajes, la gran clave de bóveda sobre la que comenzar la reconstrucción, algo que todos los implicados esperan que ocurra en algún momento del primer trimestre de este año de la mano de la vacunación.
En el caso de la Villa Blanca, como sucedió en su momento con las localidades que ya han sido certificadas, el desarrollo del plan estratégico para conseguir el sello de DTI arrancó hace ya algunos años y entra ahora en lo que podría definirse como el inicio de la fase final para la obtención de la certificación.
Los trabajos del proyecto de DTI de Altea se iniciaron en el mes de diciembre de 2018
Dos años de trabajo
Así, el pasado mes de diciembre Altea presentó la versión final de su proyecto, certificado por la norma de calidad UNE 178501:2018, a la Asamblea de Destinos Turísticos Inteligentes de la Comunidad Valenciana, una nueva meta volante dentro de la carrera iniciada exactamente dos años antes, en diciembre de 2018, tras la adhesión del municipio a la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de la Comunitat Valenciana.
Tal y como obligan las actuales circunstancias, en las que las reuniones presenciales han quedado reducidas a un pequeño número de asistentes, el cónclave a través del cual la Villa Blanca presentó su proyecto se realizó de manera telemática y sirvió, además de para esa puesta de largo del documento, para analizar la situación del mismo en un momento en el que, por motivos obvios, el sector del turismo está viviendo una transformación acelerada en la búsqueda por conseguir las respuestas adecuadas a los actuales desafíos de la industria.
En concreto, el trabajo realizado hasta el momento ha girado en torno a la necesidad de integrar el municipio alteano en la red de DTI, iniciando el proceso de transformación digital del turismo en la Villa Blanca. Un año después del inicio de esa labora, en noviembre 2019, los técnicos de Turismo y Nuevas Tecnologías se formaron como gestores de destinos turísticos inteligentes, con la ayuda del Invat·tur.
Se mejorará la calidad de vida del ciudadano adaptando mejor las necesidades de los visitantes a través del tratamiento de datos e información
Oferta diferenciada
De esta forma, se ha llegado al momento actual, en el que Altea se encuentra en una primera fase de implementación tecnológica de todos los puntos que recoge la normativa respecto a los DTI. Con esta certificación el Ayuntamiento pretende contribuir a mejorar la oferta turística en aspectos que se han tornado en fundamentales a la hora de la toma de decisión por parte de los potenciales visitantes a la hora de elegir su destino vacacional.
Entre ellos, y en eso hace hincapié el documento, destacan cuestiones medioambientales y, de forma concreta en Altea, la oferta náutica, de cicloturismo y la cultura, poniendo en valor las zonas BIC del municipio y su patrimonio cultural. No se trata, por lo tanto, de desarrollar nuevas ofertas, sino de ordenar y poner en valor, dentro del marco de esa normativa UNE 178501:2018, las ya existentes.
Esta certificación otorga a Altea un valor añadido frente al resto de destinos, haciendo uso de la innovación y la tecnología
Efectos directos
En lo que respecta a los efectos directos que la puesta en marcha de la iniciativa tendrá en los turistas, sus responsables confían en que “mejorará su experiencia y la calidad de vida del ciudadano, adaptando mejor las necesidades de los visitantes a través del tratamiento de datos e información. Además, esta certificación como DTI otorgará a Altea un valor añadido frente al resto de destinos, haciendo uso de la innovación, la tecnología y el sistema de gestión, convirtiendo el municipio en un destino accesible y garantizando el desarrollo turístico sostenible en su vertiente económica, socio-cultural y medioambiental”.
Cabe destacar que Altea apostó por obtener la certificación UNE 178501:2018 en sistema de gestión de destinos turísticos inteligentes y no quedarse en el nivel 3 como DTI para “estar preparada como destino turístico inteligente, contando con un sistema de gestión de destino certificado, que nos permitirá ser merecedores de las ayudas que se dirijan a los Destinos Turísticos Inteligentes”.