El paraje de El Salobrar comienza a cambiar su imagen con el inicio, de las labores de sellado del vertedero municipal, tantos años esperadas y que ya comienzan a ser una realidad. Han comenzado a entrar en esta zona los primeros camiones cargados de residuos procedentes de la industria del mármol, y sobre todo marmolina, ya que se disponen de todos los permisos para utilizar este material en el sellado de vertederos.
La edil de Canteras, Residuos y Medio Ambiente, Silvia Verdú, se ha mostrado “muy contenta de poder ayudar a los industriales y que en el Polígono del Mármol dejemos de ver esas montañas de marmolina, sobre todo ahora que queremos que sea una zona industrial moderna y atractiva. Además, estimulamos la economía circular, porque un residuo que a alguien no le sirve y tiene que pagar por él a nosotros nos ayuda para abaratar el proyecto”.
Han sido muchos los años de espera hasta llegar a este momento, como recordaba la edil, aludiendo a las innumerables negociaciones que se han tenido que llevar a cabo con la Asociación de Marmolistas, la Generalitat y el Ministerio de Medio Ambiente, que desde septiembre de 2018 permite el uso de la marmolina en España como material adecuado para el sellado de vertederos y huecos mineros.
Para ella, “este es un logro conseguido por el trabajo de muchísimas personas desde el año 2012, tanto por el actual equipo de gobierno como por quienes ya no están en él. Cuando entramos a gobernar en 2011 nos encontramos con un vertedero para el que se decretó su cierre y en el proyecto que se elaboró entonces ya pensamos en utilizar la marmolina, porque es un residuo que tenemos aquí en abundancia. Desde Conselleria nos dijeron que era inviable, porque legamente solo se permitía la arcilla, y aunque rectificamos el proyecto seguimos insistiendo en que era un residuo que se podía usar”.
De hecho, el Ayuntamiento de Pinoso encargó un estudio a la Universidad de Alicante y recuerda que “en laboratorio se analizó la permeabilidad de la marmolina, demostrando su validez para dichos usos. Por un lado, el ayuntamiento podría abaratar el coste de la clausura del vertedero, porque la arcilla había que comprarla y la marmolina ya la teníamos. Ello supondría ahorrar cerca de medio millón de euros a las arcas municipales”.
Para ella, “el impulso definitivo vino desde el año 2015, con el cambio de gobierno en la Generalitat. Trabajamos muchísimo con el director general de Cambio Climático, Joan Piquer, y con su jefe de servicio, para ir a Madrid e intentar lograr este cambio, como así fue”.
Tras la autorización por el ministerio era necesario que el ayuntamiento estableciera un convenio con alguna empresa que dispusiera del certificado R5 y se negoció con varias asociaciones y empresas, contratándose finalmente una empresa de Barinas.
El uso de este material contribuirá a reducir el volumen de material acumulado en las escombreras de las propias empresas del sector del mármol que trabajan con la roca ornamental. Ello no solo beneficiará a las empresas del sector, que podrán dar salida a unos residuos que no necesitan, también al Ayuntamiento de Pinoso, que podrá cumplir con la normativa vigente y clausurar el vertedero haciendo uso de materiales que permitirán la regeneración de esta zona.
Cabe recordar que el 29 de mayo de 2020 se modificó en pleno la ordenanza reguladora de la ocupación de terrenos municipales, ya que Conselleria requería este paso para establecer las normas y tasas que se aplicarán en el sellado del vertedero municipal, y la edil de Medio Ambiente, Silvia Verdú, confía en que el servicio sea sostenible económicamente. De hecho, la tasa que se abona cada vez que entra un camión es de 20 euros, que sirven para sufragar las labores de la pala que se encarga de extender la marmolina, lo cual supone un coste 0 para el ayuntamiento.
Para el industrial del sector Pepe Perea, que en sus años como edil de Montes tuvo ocasión de participar en las reuniones y negociaciones con las diferentes administraciones sobre este tema, “la jornada ha sido muy importante, porque tenemos un problema con los residuos que generamos con nuestra actividad, con el corte y pulido del mármol. Lógicamente había que buscarle una salida, porque no podíamos seguir almacenando este residuo en nuestras instalaciones, y además porque está prohibido. Creo que es una solución perfecta, que nos viene bien a los industriales y también al ayuntamiento y al pueblo de Pinoso”.
Tanto él como otros industriales del sector han estado hasta ahora llevando estos residuos a determinados depósitos que hay en Novelda, con un coste mayor que lo que supondrá ahora transportarlo al vertedero de Pinoso. “Somos conscientes de que había que dejar de almacenar los residuos a pie de fábrica”, ha declarado Pepe Perea, quien recuerda que en su momento se propuso a Minas usarlos para sellar un espacio minero abandonado en la parte alta del Rodriguillo, pero no se lograron los permisos.
La normativa municipal establece que en ningún momento podrá entrar ningún camión con residuos de obra, ya que únicamente se permitirá la entrada del material autorizado por Conselleria. Como destacaba el técnico de Minas y director del proyecto, Eloy Ibernón, “el ayuntamiento tiene contratado un gestor de residuos, que es básico para que el proyecto se pueda desarrollar. Este gestor exige que cuando llegue la marmolina al vertedero el porcentaje de humedad sea inferior al 5%. Este control lo realiza un operario del ayuntamiento y en principio no ha habido ningún problema, porque la marmolina suele llegar seca”. Solo se podrá depositar tras la presentación del justificante de pago, y en el lugar donde se le indique.
El sellado del vertedero se llevará a cabo en varias fases. La primera es la que se ha iniciado, con la llegada de los camiones y el relleno de los huecos del vertedero. Una pala contratada por horas se ocupa de extender el material y crear taludes. Más tarde se habilitará una balsa de lixiviados y canaletas para la evacuación de aguas. Además, se harán controles en laboratorio para comprobar si la calidad de las aguas respeta los niveles establecidos física y químicamente.
Ibernón estima que, al ritmo actual, el sellado puede tener una duración aproximada de entre 10 y 15 años, ya que supondrá aportar cerca de 300.000 m3 de residuos para clausurar el vertedero. El proceso final consistirá en cubrir todo con tierra vegetal y posteriormente hacer una plantación, buscando una integración paisajística con el entorno, para que Pinoso disponga de una zona de esparcimiento y arbolado de unos 100.000 m2, que podrá albergar diferentes usos.