Entrevista > Miguel De la Hoz / Director del Grupo de Teatro Pla i Revés
Adaptando la película italiana ‘Perfetti sconosciuti’ de Paolo Genovese, más conocida en España por la genial adaptación que de ella hizo Álex De la Iglesia con ‘Perfectos desconocidos’, el grupo de teatro amateur alteano Pla i Revés tenía previsto inaugurar, el pasado mes de enero, su montaje para 2021: ‘Imperfectes desconeguts’ que, bajo la dirección de Miguel de la Hoz, tenía colgado el cartel de completo para su estreno en Palau Altea.
Finales de marzo
Sin embargo, las circunstancias sanitarias y las restricciones derivadas de las mismas han obligado a posponer esa puesta de largo para una fecha que, por el momento, se baraja que pueda llegar a finales del mes de marzo, pero siempre condicionada a la evolución de la situación pandémica en la villa blanca y el resto de la Comunidad Valenciana.
Mientras ese momento llega, tanto De la Hoz como sus actores aprovechan el tiempo para, en la medida de las posibilidades actuales, afinar la obra que seguirán representando, como es tradición, hasta los últimos meses del año, cuando sea el momento de afrontar un nuevo montaje.
¿Cuál es el perfil más habitual entre los actores del teatro amateur? ¿Son personas que tratan de dar sus primeros pasos en el mundo actoral y, así, buscar el camino hacia el profesionalismo o se trata más de una afición sin más pretensiones futuras?
Diría que hay una gran variedad. Tal y como dices, existen diversos intereses. En muchas ocasiones, la primera aproximación llega por un componente de amistad. Por nuestro tipo de montajes, como fue el caso con ‘La Pasión’, se trata de obras con un gran número de actores y eso provoca que se genere esa corriente en la que amigos de esos actores se acercan al teatro. Una vez que están dentro, ese ‘veneno’ del teatro los atrapa y se convierte en algo muy difícil de abandonar.
También es cierto que hay otro tipo de perfiles, que son los que hacen sus primeros pinitos en este mundo y buscan una vía futura más profesional, pero creo que es el menos numeroso. Yo he trabajado con personas de la tercera edad que el único objetivo era pasarlo bien y trabajar un poco la mente.
«El teatro es una gran vía de formación integral del niño en su camino hacia la vida adulta»
Ha mencionado el trabajo que se hace con personas de la tercera edad. ¿Es el teatro un buen complemento terapéutico en ese colectivo o en otros como las personas con discapacidad?
Así es. En La Vila Joiosa hay colegios en los que se trabaja muy bien el teatro con personas con discapacidad. Ese fin terapéutico es también muy importante con las personas mayores, porque buscan en el teatro una actividad en la que trabajar la memoria, la orientación, el espacio, la conversación… Es decir, ponen encima del escenario diversas capacidades, trabajándolas a la vez que se están divirtiendo. Pienso que es una parte importante de la actividad.
También se puede enlazar esta cuestión con el otro extremo de la pirámide poblacional: la población infantil. Es una vía de formación integral del niño para hacerlo adulto. Esas aportaciones que hemos comentado con las personas mayores ayudan al niño a tener una formación mucho más amplia.
¿Se trabaja el mismo tipo de montajes con unos que con otros?
En las escuelas he trabajado, sobre todo, musicales. El motivo es que les llama mucho más la atención y puedes meter un mayor número de actores sobre el escenario para dar cabida a todos.
«Sería insufrible hacer una adaptación de El Quijote con niños de diez años. Existen otros muchos temas más atractivos»
Usted, además de director en Pla i Revés, es profesor. En nuestra etapa escolar todos hemos disfrutado y sufrido esas lecturas obligatorias que, si te enganchaban, te convertían en un ávido lector y, si no, te podían alejar de la lectura. ¿Es el teatro un buen vehículo para el fomento de la lectura entre los niños?
Tú mismo lo has dicho, es muy importante adaptar las lecturas a la edad de cada momento. Sería insufrible hacer una adaptación de El Quijote con niños de diez años. Existen otros muchos temas más atractivos para tratar en esas edades. Para abordar esa temática más adulta, siempre hay tiempo más adelante.
Lo más importante es que la obra esté adaptada a la edad, a los intereses y al desarrollo de cada una de nuestras etapas.
Más allá de la lectura, el teatro, usted lo ha dicho antes, ofrece una formación mucho más integral.
Es que, si me estiras, te diría que los propios niños pueden ser los creadores del guion. Así, podemos trabajar también la expresión escrita y la creatividad. De ahí, por supuesto, pasamos a la expresión oral y corporal. Por todo ello, efectivamente, hablamos de una formación integral.
«Para hacer un teatro clásico necesitas un punto de madurez y también necesitas un público más formado»
También me ha comentado antes que, por sus circunstancias, el teatro amateur permite montajes con muchos actores, algo que en el ámbito profesional cada vez se ve menos por una simple cuestión de viabilidad económica, lo que permite acercarse al mundo de los clásicos. ¿Resultan atractivas estas obras para los actores aficionados?
Conforme te vas sumergiendo en el mundo teatral, te va apeteciendo hacer un producto mucho más elaborado. No puedes empezar con el clásico, hay que hacerlo con cosas mucho más dulces, pero cuando ya estás formado y buscas ese puntito más, es cuando te acercas a los clásicos y los disfrutas mucho más. También es verdad que, para ello, necesitas un público más formado.
El objetivo final siempre es pasarlo bien encima del escenario, pero también hacer disfrutar al público.
«Siempre hemos contado con un público muy fiel, incluso en situaciones tan difíciles como la actual»
Arrastrar al público al teatro es, objetivamente, mucho más difícil que hacerlo al cine o, sobre todo, a las nuevas plataformas televisivas como Netflix. Sin embargo, en una localidad como Altea, tan ligada siempre a la cultura, se podría pensar que la continua exposición de su población a las distintas expresiones artísticas puede ayudar mucho en ese objetivo. ¿Es así?
Afortunadamente, siempre hemos contado con un público muy fiel que nos ha seguido. En ese sentido, estamos muy contentos. Incluso en situaciones tan difíciles como la actual, en la que hay que fomentar la cultura y que la cultura es segura, nos hemos sentido muy respaldados. El ejemplo más claro es que teníamos todo vendido para el estreno que estaba previsto en enero.
Es cierto, tal y como dices, que estamos en un centro neurálgico de la cultura de la comarca y eso hace que todo converja.
«Fuimos los primeros de la Comunidad Valenciana en hacer La Pasión en valenciano»
¿Todos sus montajes son en valenciano o van alternando el idioma?
En los últimos tiempos hay una alternancia, pero sí es verdad que tenemos una larga tradición de representar obras en valenciano. Fuimos los primeros de la Comunitat Valenciana en hacer La Pasión en valenciano cuando había una gran tradición de ello en Cataluña que venía de siglos atrás, pero no en nuestra región.
En los últimos años, como digo, hemos ido alternando, pero nos gusta incidir en la cultura más directa y hacer obras en valenciano en gran medida.
Se lo preguntaba, sobre todo, porque con la gran cantidad de residentes extranjeros que hay en Altea y la comarca que, por motivos obvios, no dominan el valenciano, quizás estos montajes podrían estar alejándoles como público potencial.
No debemos olvidar el elemento educativo que tenemos. El idioma nunca ha representado una barrera. Una obra de teatro, con un buen poso, llega a todo el mundo, independientemente del idioma. Recuerdo que a finales de los ochenta salimos a Utrecht para representar, en un festival, una obra en valenciano. Como íbamos a un país extranjero, lo que hicimos fue incidir mucho en la expresión corporal, en las acciones más que en las palabras, y eso nos permitió llegar a todo el público.
Creo, por lo tanto, que una buena ‘cocción’ va a llevar a tener un buen producto y que el mismo llegue a todo el mundo independientemente del idioma.
«Los jóvenes dominan perfectamente las redes sociales y eso puede ayudar a tener una desinhibición mayor a la hora de expresarte»
Como docente, se tiene que enfrentar todos los días a la realidad actual de la enorme exposición que los niños y adolescentes tienen a las redes sociales compartiendo abiertamente casi todos los momentos de sus vidas. ¿Influye eso de alguna manera a la hora de perder el miedo escénico las primeras veces que se suben a un escenario?
Estamos en campos distintos. Los jóvenes dominan perfectamente las redes sociales, Youtube o Tik Tok. Eso puede ayudar a tener una desinhibición mayor a la hora de expresarte, pero también es verdad, insisto, en que nos movemos en terrenos diferentes.
¿Puede ayudar? Sí, un poco, pero el trabajo es distinto. Todo suma. Creo que son una serie de componentes que ayudarán a que los jóvenes se acerquen al teatro, pero también al cortometraje y, de ahí, al cine. Es algo que hemos visto, incluso en el ámbito profesional, durante la pandemia, con actores que han recurrido a las redes sociales o a Youtube para seguir trabajando.
Hablemos de ‘Imperfectes coneguts’, esa inversión sobre el título original de ‘Perfectos desconocidos’, ¿implica una vuelta respecto a lo que hemos visto en el cine?
La base es la misma, el trasfondo del móvil. La obra narra cómo estamos sujetos a ese aparato y cómo lo necesitamos a todas horas. Es el telón de fondo, la excusa, porque la obra va mucho más allá y habla de la confianza, de la amistad, de la traición, de las frustraciones…
Evidentemente, en la película hay unos efectos especiales y unos planos que nos obligan a hacer las adaptaciones para poder representarlos en el teatro. El mayor reto ha sido darle el dinamismo necesario a una obra que narra una cena de siete personas, algo que en el cine se consigue, como he dicho, con ciertos planos y efectos.
En España contamos con la versión en cine de Álex De la Iglesia. Realizar una adaptación sobre un cineasta con un sello tan identificable, ¿supone un reto mayor para un director a la hora de plantear su obra?
(Ríe). Tienes un trabajo inicial muy importante que se hace en soledad. Mi primer objetivo es ilusionarme yo y, a la vez, ilusionar a los actores y al público. Te planteas de qué quieres hablar y cómo lo quieres hacer. Creo que uno de mis aciertos ha sido la elección de la obra y de los actores, que se han involucrado en el proyecto.
Respondiendo a tu pregunta, en ese trabajo solitario vas creando tu mundo, tus personajes y tu ritmo y luego se lo comunicas y transmites a los actores intentando que ellos lo reflejen. La misión del director, en definitiva, es orientar a esos actores que tienen cada uno su visión del personaje y su mundo interior, llegando a puntos comunes. La palabra mágica es ilusión, que es la que te lleva a ese momento tan especial en el que todos los pasamos bien.
¿Cómo animaría a la gente a acercarse al mundo del teatro?
El teatro nos abre la mente, nos provoca nuevos pensamientos y, por lo tanto, nos hace crecer como personas. Creo que el que no ha disfrutado del teatro, no ha vivido lo suficiente. No ha vivido todo lo que tiene que vivir.