Los tumores cerebrales y de la médula espinal se denominan según el tipo de células que los forman y el lugar del cerebro en el sistema nervioso central (SNC) donde surgen primero. Un tumor astrocítico empieza en las células del cerebro con forma de estrella que se llaman astrocitos y que sirven para ayudar a que las células nerviosas se mantengan sanas. Es el caso del astrocitoma anaplásico, el astrocitoma difuso y el glioma del tronco encefálico. Un tumor oligodendroglial empieza en las células del cerebro que se llaman oligodendrocitos, que ayuda a mantener sanas las células nerviosas.
También existen tumores ependimarios, que habitualmente empiezan en las células que revisten los espacios llenos de líquido del cerebro y los que rodean la médula espinal. A ellos se suman los tumores meníngeos o meningiomas, que se forman en las capas delgadas de tejido que cubren el cerebro y la médula espinal. Y los meduloblastomas, tumores embrionarios que se forman en el feto y se pueden diseminar desde el cerebro hasta la columna vertebral a través del líquido cefalorraquídeo (LCR). En cuanto al craneofaringioma es un tumor poco frecuente que habitualmente se forma justo arriba de la hipófisis o glándula pituitaria.
Se puede usar el grado del tumor (I, II, III y IV) para indicar la diferencia entre los tumores de crecimiento lento y los de crecimiento rápido. El grado del tumor se basa en qué tan anormal es el aspecto de las células examinadas bajo un microscopio y en la probable rapidez en que el tumor pueda crecer y diseminarse.
Los tumores primarios pueden ser benignos o cancerosos. En los adultos, los tipos más comunes de tumores cerebrales son los gliomas y los meningiomas. Los gliomas son tumores que se desarrollan a partir de células gliales, que normalmente apoyan la estructura del sistema nervioso central, proporcionan nutrición al sistema nervioso central, eliminan los residuos celulares y descomponen las neuronas muertas. Los gliomas pueden desarrollarse a partir de diferentes tipos de células gliales, que pueden ser: tumores astrocíticos como los astrocitomas, que se originan en el cerebro; tumores oligodendrogliales, que a menudo se encuentran en los lóbulos temporales frontales y glioblastomas, que se originan en el tejido cerebral de apoyo y son el tipo más agresivo.
Otros tumores cerebrales primarios incluyen: tumores hipofisarios, que suelen ser benignos; tumores de la glándula pineal, que pueden ser benignos o malignos; ependimomas, que suelen ser benignos; craneofaringiomas, que aparecen principalmente en niños y son benignos, pero pueden tener síntomas clínicos como cambios en la visión y pubertad prematura; linfomas primarios del sistema nervioso central (SNC), que son malignos; tumores primarios de células germinales del cerebro, que pueden ser benignos o malignos; meningiomas, que se originan en las meninges schwannomas, que surgen en células que producen la cubierta protectora de los nervios (vaina de mielina) llamadas células de Schwann.
A diferencia de los cánceres que comienzan en otras partes del cuerpo, los tumores que comienzan en el cerebro o la médula espinal rara vez se diseminan a órganos distantes. Aun así, los tumores de encéfalo o de la médula espinal rara vez se consideran benignos (no cancerosos).
Elena Sanz y Sarah Romero