Entrevista > Mónica Gómez / Concejala de Playas de Benidorm
Hablar de frío invierno, sobre todo en este privilegiado rincón del Mediterráneo, es algo muy subjetivo. Seguramente, ese adjetivo -o la mera existencia de esa estación en estas latitudes- arrancaría una sonrisa a cualquiera de los miles de visitantes que, en circunstancias normales, escogen la Costa Blanca para pasar los meses menos calurosos del año provenientes del centro y el norte de Europa.
Mezcla de temor y esperanza
Pero, como se suele decir, ‘el que no se aclimata, se aclimuere’ y lo cierto es que los habitantes de Benidorm, como el resto de sus vecinos más próximos, cuentan ya los días para que el sol caliente de verdad, el agua del mar y las piscinas alcance una temperatura compatible con la vida y, sobre todo, los días más largos y las ganas de disfrutar de ellas hagan que las playas de la ciudad vuelvan a rebosar de vida.
En este 2021, además, ese deseo va mucho más allá del mero anhelo por el disfrute personal. Tras el desastroso verano pandémico, la capital del turismo mira hacia el próximo estío con una mezcla de temor y esperanza nunca antes vista. Un deseo, el de recuperar el mayor grado de normalidad posible, que comparten los responsables municipales en general y los de la concejalía de Playas en particular. Todos han puesto ya sobre la mesa los planes para que el uso y disfrute de los arenales sea, un año más, lo más seguro posible.
Movilidad interior
El inicio de la campaña de vacunación y el buen comportamiento de las cifras de contagios, tras la terrible tercera ola sufrida en la Comunidad Valenciana, animó, a mediados del pasado mes de marzo, a los responsables políticos de la región a levantar un poco la presión sobre las restricciones.
La Semana Santa, al menos en cuanto al turismo nacional e internacional, fue víctima de la más que comprensible cautela; pero Benidorm, como el resto de la Costa Blanca, se ha encomendado a la movilidad interior como gran salvavidas para el primer asalto de la campaña turística.
Sobre todo, prudencia
En un contexto que sigue extremadamente cambiante, en el que los planes y decisiones a largo plazo no dejan de ser más que quimeras, Benidorm, como ya hizo antes de arrancar el pasado verano, trata de encajar las piezas del puzle de tal manera que, sin poder garantizar nada al cien por cien, convierta su principal atractivo, sus playas, en un lugar de disfrute seguro durante las próximas semanas y meses.
A la espera de que lleguen tiempos mejores, la prudencia, en todos los sentidos, es el mantra que lo mueve todo. Por el momento, Benidorm ha tomado la decisión de retomar la parcelación de sus arenales, una medida que nació entre muchas críticas, que funcionó, convenció y que ahora, meses después de su primera experiencia, ha sido incluso reclamada por los usuarios.
«De un día para otro iban cambiando las directrices y las normativas y eso hacía que tuviéramos que ir adaptándonos»
Unas playas únicas
No cabe duda de que 2020 fue, también en lo relativo a la puesta en marcha de las ‘joyas de la corona’ benidormense, un reto mayúsculo. Tres motivos justifican esa afirmación. En primer lugar, el poco tiempo del que se dispuso para prepararlas antes de la llegada de los veraneantes; pero también las muchas dudas que entonces todavía existían sobre la forma correcta de actuar y, por supuesto, porque esas playas, para lo bueno y para lo malo, son las playas de Benidorm, nada que ver con los arenales de cualquier otro punto del planeta.
Mónica Gómez, concejala del área en el ayuntamiento de Benidorm, está de acuerdo en ello. “Efectivamente, esos tres motivos explican bien el reto que supuso poner las playas de Benidorm en marcha en 2020. Son unos arenales únicos e incomparables, cuyo modelo de gestión se convirtió en un ejemplo tanto a nivel nacional como internacional”.
Para la responsable del mayor reclamo de la ciudad, “la gestión que hicimos de las playas en 2020 fue acertada. De un día para otro iban cambiando las directrices y las normativas y eso hacía que tuviéramos que ir adaptándonos a las nuevas situaciones. Lo que hicimos fue adecuar toda esa normativa a la realidad de nuestras playas”.
«La parcelación fue una de las primeras decisiones. Eso nos permitió cumplir con la distancia mínima de seguridad entre personas»
La experiencia, una virtud
Poco antes de arrancar lo más intenso de la campaña turística -sea lo que sea lo que vaya a deparar- de 2021, Gómez y su equipo tomaron las primeras decisiones para que ese modelo de gestión vuelva a ser todo un éxito y, para ello, cuentan con la ventaja de poder apoyarse en la experiencia adquirida el pasado año. Una de sus primeras decisiones fue la de retomar la parcelación.
“La parcelación fue una de las primeras decisiones que tomamos entonces. Eso nos permitió cumplir con la distancia mínima de seguridad entre personas, y con la normativa de costas que determinaba la distancia de seis metros entre el mar y esa zona de parcelación para facilitar una zona de paseo más amplia”, recuerda Gómez.
La división de los arenales en cuadrículas de 16 metros cuadrados provocó en algunos momentos que la afluencia pusiera a prueba las costuras de ese sistema. Para ello, “especialmente en la playa de Levante, se implantó un sistema de reserva previa a través de una plataforma web. Esta solución sólo se implantó en la playa de Levante por sus necesidades concretas. Además, se contó con personal de control de acceso y aforo que permitió organizar todo aquel sistema”.
Decisiones desde el consenso
El modelo de gestión de playas del que habla Gómez no es nuevo en Benidorm. Es cierto que en 2020 sufrió un vuelco enorme para poder adaptarse a las circunstancias, pero la capital turística lleva décadas regulando, actuando y cuidando sus arenales. Por ello, ante un reto tan descomunal como el que afrontaron todos los destinos del llamado turismo de ‘sol y playa’, parece lógico que las administraciones supramunicipales, encargadas de diseñar las normativas, hubieran consultado la opinión de la ciudad de los rascacielos al respecto.
“Durante los meses de confinamiento estricto y las semanas posteriores, se hicieron varias reuniones a través de Turisme Comunitat Valenciana o la Federación de Municipios y Provincias en las que se iba analizando y adecuando la situación a las playas”, recuerda la edil benidormense que considera que “fue una puesta común en la que sí se contó con el punto de vista de los ayuntamientos para organizar todos esos planes”.
De la polémica a la aceptación
Por el momento, y a la espera de cómo evolucione la situación en los próximos meses, Benidorm ha vuelto a optar por esa parcelación que en 2020 tantos comentarios negativos levantaron en el momento del anuncio de su implantación, pero que posteriormente fue ampliamente aceptada por los usuarios, tanto vecinos de la ciudad como turistas.
Gómez explica que “al final del verano la gente estaba muy contenta con la medida y pedía que las parcelas se quedaran para siempre, porque es verdad que nunca en la historia reciente de nuestras playas habías podido disfrutar de ellas con esas garantías de seguridad y comodidad”.
Respecto al futuro más allá de las semanas más inmediatas, Gómez reconoce que “no sé lo que va a pasar. No lo sé yo ni lo sabe nadie. Las circunstancias son las que son y todos confiamos y esperamos que con la vacunación, si avanza de una forma rápida, podamos llegar al verano con una gran parte de la población vacunada, lo que nos permitiría tener esa garantía de seguridad sanitaria que nos posibilite a todos tener algo más de confianza”.
«La ciudad tiene que trasladar al mundo un mensaje y una imagen de seguridad también en sus arenales»
Imagen de seguridad
En cualquier caso, exactamente igual que sucedió en 2020, la responsable de Playas en Benidorm asegura que “lo que tenemos claro es que la ciudad tiene que trasladar al mundo un mensaje y una imagen de seguridad también en sus arenales. Creo que lo conseguimos y, de hecho, nos han puesto de ejemplo en numerosos estudios y valoraciones posteriores. Benidorm consiguió garantizar a sus visitantes y vecinos esa seguridad para la que se trabajó tan duro”.
«Nuestra prioridad ahora mismo sigue siendo exactamente la misma que en 2020»
Por todo ello, “nuestra prioridad ahora mismo sigue siendo exactamente la misma que entonces. Benidorm es un destino turístico seguro y sus playas lo van a seguir siendo para todos los que quieran disfrutar de ellas. Para ello, siempre nos vamos a adaptar a las circunstancias de cada momento”.
«No sé lo que va a pasar este verano. Eso es algo que no sé yo ni lo sabe nadie»
¿Cómo funcionarán las playas de Benidorm en pleno verano? Eso es algo que, lógicamente, Gómez no quiere adelantar porque nadie puede predecir cuál será la situación sanitaria para entonces. Por el momento, su departamento se ha limitado a la toma de medidas de cara al futuro más inmediato que, quizás, nos den una buena pista de lo que está por venir.
Listos ante todos los escenarios
Los escenarios son cambiantes y dependientes de decisiones tan trascendentales como el cierre o la apertura perimetral de las comunidades autónomas y de las fronteras del país. Poco a poco, las principales potencias emisoras europeas levantan sus vetos, y eso hace pensar que en verano y otoño la actividad recupere el pulso que ha tenido aletargado durante los últimos meses.
En este sentido, Gómez recuerda que “las playas de Benidorm llegaron a acoger hasta a 40.000 personas en un puente con cierre perimetral activado. Por ello, siempre tenemos que estar preparados y no nos podemos permitir que exista alguna imprudencia en este sentido. Al menos, que por nuestra parte no sea”.
«La vuelta del servicio de alquiler de hamacas es una situación que iremos analizando según evolucionen las restricciones y normativas»
Sin fecha para las hamacas
Lo que, por el momento, no tiene fecha de regreso es el servicio de alquiler de hamacas y sombrillas. La empresa concesionaria solicitó, y así se lo concedió el Ayuntamiento, la suspensión del mismo ante la ausencia de clientes. Ahora, “es una situación que iremos analizando según evolucionen las restricciones y las normativas”, explica Gómez.
La edil de Playas abunda asegurando que “es algo a lo que nos iremos adaptando basándonos en la experiencia que adquirimos el año pasado. Las normativas, muchas veces, llegan de un día para otro y eso nos obligará a, en cierta medida, ir improvisando al respecto. Tienes que estar preparado para realizar esa modulación casi de un día para otro”.