Entrevista > Dolores Albero / Concejala de Educación de l’Alfàs del Pi
Los pasados trece meses han puesto a prueba las costuras de muchas estructuras sociales en todo el planeta y, por supuesto, también en nuestro país.
Ahora que, aunque tímidamente, parece que comenzamos a ver cierta luz al final del túnel, son muchas las voces, en un sinfín de ámbitos, las que animan a buscar aquellas lecciones que, dentro de la desgracia, puedan servir para mejorar distintos aspectos de nuestro día a día en el futuro.
Reforma en la enseñanza
Los cambios de usos y costumbres que ha sufrido la sociedad desde que en marzo de 2020 la pandemia se mostrara en su máxima crueldad no tienen que ser, necesariamente, pasajeros en su totalidad. Todos, hasta el observador más disperso, podrá encontrar varios ejemplos de reformas y mejoras que, siendo absolutamente necesarias abordar hace tiempo, habían sido postergadas por uno u otro motivo.
Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en el área de la enseñanza. España lleva ya muchos años lamentando, cual plañidera impotente, sus históricos malos resultados en barómetros como el siempre temido Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA); pero sin que ningún gobierno, a lo largo de ya muchas legislaturas, haya actuado de forma contundente para poner alguna solución.
Parches apresurados
El confinamiento duro de 2020 y las especiales medidas con las que se está desarrollando el actual curso escolar han servido, principalmente, para dos cosas. Por un lado -y, por desgracia, sin el convencimiento necesario-, para avanzar en la digitalización de los planes de estudios y, sobre todo, para demostrar empíricamente lo que no pocos estudios vaticinaban: que muchos alumnos, independientemente de sus propias capacidades académicas, podían ‘perder la rueda’ de sus compañeros debido a la situación socioeconómica de su entorno familiar.
En marzo de 2020 se dio la circunstancia de que los estudiantes se tuvieron que enfrentar a una nueva metodología, literalmente, de un día para otro. Las clases presenciales desaparecieron y los responsables políticos pusieron en marcha un precipitado e improvisado sistema de educación a distancia, que sólo funcionó gracias a la implicación y esfuerzo de los propios profesionales docentes que sumaron a su rol de profesores los de programadores, servicio técnico y expertos en informática.
Brecha digital
El problema llegó cuando se evidenció que muchos estudiantes no disponían en sus casas de los medios tecnológicos mínimos necesarios para adaptarse a la nueva metodología ‘online’.
No disponer de ordenador o tableta -o tener que compartir un solo dispositivo con todo el núcleo familiar- y carecer de conexión de banda ancha fueron sólo la punta del icerberg de una problemática bautizada con un término ya antiguo, la ‘brecha digital’ que, una vez más, todo el mundo conocía, pero ante la que nadie actuó de forma preventiva.
Iniciativa local
Trece meses más tarde, los alumnos han vuelto a las aulas, pero el problema de fondo no se ha solucionado. Al menos, no de la forma que cabría esperar tras una bofetada de realidad tan grande como la vivida en el pasado curso escolar.
Pero no todo el panorama es tan desesperanzador. Algunas administraciones, como el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, a través de la concejalía de Educación que dirige Dolores Albero, han tomado cartas en el asunto y luchan para que, en caso de que las cosas se vuelvan a poner feas, la situación no les pille en fuera de juego a ellos y, sobre todo, a los estudiantes.
Plan T’Ajudem
Como explica Albero, “gracias a una subvención de 27.000 euros que hemos recibido de la Conselleria, hemos podido poner en marcha el Plan T’Ajudem. Por ahora, es poco dinero, pero estamos tratando de maximizar su impacto”. La responsable del área de educación alfasina añade que con este plan “queremos actuar para hacer desaparecer o, al menos, reducir lo máximo posible los problemas que para los estudiantes ha supuesto esta nueva realidad”.
Para ello, la concejala alfasina desvela que “vamos a actuar en tres frentes que, si bien tienen mucho que ver el uno con el otro, abordaremos desde perspectivas separadas: reducir o eliminar la brecha digital, trabajar las habilidades emocionales y mejorar las técnicas de estudio”.
75 beneficiarios
Albero resume que “el Plan T’Ajudem es un proyecto en el que estamos trabajando con 75 alumnos, seleccionados por los propios centros educativos, y que se está desarrollando por las tardes en el Aula de Educación de la Casa de Cultura. Para ello, hemos adquirido 75 tablets con las que cada estudiante puede trabajar esos tres objetivos que he comentado antes”.
Las tablets, que inicialmente estaban pensadas para que sólo fuesen usadas por los estudiantes durante las sesiones en la mencionada Aula de Educación, “finalmente han sido entregadas a los alumnos para que las puedan llevar a casa. Creo que es lo mejor ya que, de esta manera, pueden seguir con sus tareas más allá del rato que pasan en la Casa de Cultura”, concluye la edil.
Más allá del uso exclusivamente formativo de estos dispositivos, tal y como explica Albero, el proyecto también “trabajará el ámbito de las habilidades emocionales ya que hay muchos niños que han tenido problemas durante este tiempo derivados de la propia pandemia y del confinamiento. Así mismo, hemos apostado por desarrollar un plan de técnicas de estudio en la que a los alumnos se les enseña cómo estudiar, cómo organizarse…”.
Interés creciente
Dolores Albero reconoce que “ha costado un poco poner en marcha el proyecto, pero ahora ya está funcionando y el interés por parte de los alumnos es creciente. Sé que sólo tenemos 75 plazas y es poquito, pero trabajamos para poder ampliarlo. Creo que es importantísimo porque, a nivel de brecha digital, es alucinante lo que estudian aquí. Hablamos de poner al día a niños que se habían quedado descolgados”.
Un problema que se detectó pronto y en el que ha sido necesario el trabajo conjunto de toda la comunidad educativa. “Nosotros estamos en contacto constante con los centros educativos y nos han confirmado que hay alumnos que se han descolgado por completo debido a este problema”, concede Albero.
La edil explica que “los profesores han hecho verdaderas estrategias para que los chavales puedan seguir, pero ellos llegan a donde llegan. Uno de los principales problemas que hemos encontrado es que hay chavales que no disponen de terminales en casa con los que seguir sus estudios”.
Un choque muy grande
Una de las cosas que más puede llamar la atención, sobre todo si hablamos de una generación a la que todos relacionamos con un uso casi compulsivo de teléfonos móviles y pantallas en general, es, precisamente, que exista esa aparente incongruencia que representa la brecha digital en la misma. “Ellos están al día a nivel de redes sociales y demás, pero no en cuanto a herramientas de estudio. Pero es que tampoco lo están muchos padres o profesores. Ha sido un choque bestial”, reconoce Albero.
Pese a que las concejalías de Educación tienen muy poca o nula capacidad de influencia sobre un ámbito tan importante, Albero concede que este tipo de iniciativas son, precisamente, donde las administraciones locales pueden marcar la diferencia. “Es verdad que no tenemos competencias, pero desde el ámbito local, como demuestra este proyecto, podemos hacer mucho. Estamos aquí para trabajar para ellos”.
En este sentido, la concejala alfasina explica que, “aunque las competencias las tenga Conselleria, nosotros tenemos un contacto mucho más directo con ellos. Es nuestro pueblo y son nuestra gente. Eso nos permite ver las carencias y, dentro de nuestras posibilidades económicas, siempre vamos a trabajar por ayudar al máximo”.
La soledad y las emociones
Más allá de la definición más básica del concepto de brecha digital, el Plan T’Ajudem también se está centrando en la mejora de las habilidades emocionales de los alumnos. Tal y como explica la responsable del área local de Educación, “es un ámbito en el que la pandemia y el confinamiento ha creado muchos problemas. Muchos han padecido falta de atención en casa porque los padres sí han tenido que seguir trabajando y se han quedado en casa solos”.
Albero reconoce que “es un campo muy amplio el que tenemos que desarrollar en este apartado y para ello hemos contratado un gabinete de psicólogos, que van a trabajar con ellos con la intención de hacerles entender que tienen que estar emocionalmente preparados para asumir algo que, en realidad, nos está costando asumir a todos, pero que estamos obligados a naturalizarlo”.
Técnicas de estudio obsoletas
Otra de las realidades que ha evidenciado este cambio de costumbres es la situación de obsolescencia en la que se encontraba la educación, basada todavía en metodologías propias del siglo XX. Todo eso saltó por los aires provocando un efecto colateral: que las técnicas de estudio al uso, de un día para otro, dejaran de ser útiles para los alumnos,
Albero, que ya ha explicado que el Plan T’Ajudem también se fijará en ese aspecto, reconoce ese extremo. “Es algo que ha sucedido. Hay que pensar que los tiempos han cambiado enormemente para ellos. De ir al colegio o al instituto con unas pautas y un horario reglado, han pasado a estar en casa teniendo que desarrollar los deberes de forma distinta. Eso hace que, evidentemente, las técnicas tengan que cambiar”.
Cambios que perdurarán
Como se argumentaba en las primeras líneas, no todos los cambios que ha traído la pandemia tienen que ser temporales. Algunos de ellos deben servir para abrir nuevas ventanas de oportunidad o, como es el caso que nos ocupa, modernizar metodologías y aproximaciones obsoletas.
Dolores Albero coincide en ese análisis y reconoce que “me gustaría que este tipo de cambios no se parase y que vayan a más en el futuro. La digitalización es muy importante, así como aprender a trabajar de esta forma. El algo que ha llegado para quedarse y es bueno que los chavales aprendan a utilizar los dispositivos no sólo para las redes sociales, sino para trabajar”.
Colaboración ciudadana
Respecto al comportamiento de la pandemia dentro de la comunidad educativa de l’Alfàs del Pi en los últimos meses, Albero asegura que “estoy sinceramente sorprendida. Es cierto que hemos tenido algunas clases confinadas, pero cuando empezó el curso en septiembre yo tenía mucho respeto ante la situación, pero las cosas han ido muy bien”.
Algo por lo que la edil de Educación no duda en “felicitar a los alumnos, que se han comportado muy bien. Son increíbles. Hacen muchísimo caso de todo lo que se les dice. Ni siquiera en el Instituto, donde se trabaja con las edades un poco más complicadas, hemos tenido problema alguno. Estoy muy satisfecha”.
Albero, además, ha querido hacer un llamamiento a todos los alfasinos para que “sigan colaborando en el Plan Reactiva-T, con el que estamos recogiendo equipos informáticos y reacondicionándolos para ser entregados a los centros educativos y a los alumnos y, de esta manera, seguir luchando, también desde ese frente, contra la brecha digital”. Por ello, anima a que “todo aquel que tenga un equipo informático que ya no utilice, nos lo haga llegar a la concejalía para que podamos darle ese nuevo uso que tanto va a ayudar a nuestros estudiantes”.