El dicho asegura que un clavo saca a otro clavo, pero el chiste recurrente en cientos de películas muestra lo contrario: un clavo hinca aún más al otro, y se suma al daño.
La encuesta revelada ahora afirma que en 2019 ya se vislumbraba la llegada de un ciclo bajista
Reducción de la demanda
Según la encuesta efectuada entre los propios interesados, la industria del sector, de la Unión Nacional de Fabricantes de Alfombras, Moquetas, Revestimientos de Industrias Afines y Auxiliares (Unifam), bajo la coordinación de su presidente, el también profesor universitario Eduardo Díaz Mas, de la que conocemos ahora sus datos, en 2019 ya se vislumbraba la llegada de un ciclo bajista. Es más, por el horizonte asomaba sus orejas el fantasma de la crisis.
La arribada de la pandemia, en principio, no hizo sino entrar como elefante en una cacharrería que ya temblequeaba sin focalizar aún las ondas sísmicas. El propio Díaz Mas informa al respecto: “En los primeros meses de 2020, concretamente de marzo a mayo, se produjo una fortísima reducción de la demanda propiciada por las medidas restrictivas aplicadas por los diferentes gobiernos internacionales, y muy especialmente de nuestro país”.
La hora de los ERTE
La covid-19 entró arrasando. Según los datos que arroja la encuesta, ultimada en febrero de este año, “aproximadamente el 75 por ciento de las empresas del sector presentaron expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), afectando en su conjunto al 87 por ciento de los empleados, de los cuales a mitad de mayo únicamente el 60 se mantenían en activo. A su vez, el 25 por ciento de las empresas practicaron despidos en esos meses”.
Sin embargo, no todas las cifras vienen con el paso cambiado. En la entrevista publicada el pasado mes en AQUÍ, Díaz Mas ya lo señalaba: “En las compañías cuyo producto se dirige al mercado doméstico, la pandemia ha generado una gran oportunidad, dado que el confinamiento ha modificado los hábitos de compra, dedicando (los clientes) mucha más inversión a generar un entorno amigable y cómodo en el hogar donde en estos momentos pasa la mayoría de su tiempo”.
Quizá esta observación pueda explicar que, a ejercicio cerrado, los datos finales de empleo mejoraran hasta tal punto que el 31 de diciembre “el 25 por ciento de las empresas habían ampliado sus plantillas respecto al 13 de marzo, fecha anterior al confinamiento, con un incremento global de los recursos humanos en el sector del 2,9 por ciento y manteniéndose operativo en dicha fecha el 96,8 del total de los mismos”.
Marzo y abril del pasado año presentaron una fortísima caída en la facturación
Facturación a la baja
Marzo y abril del pasado año, como resultaba lógico, iban a presentar una caída en la facturación, precedida por la disminución que ya se advertía, contabilizada en febrero, cuando ya las noticias sobre el coronavirus llenaban los telediarios.
Y llegó la enfermedad, y nos confinaron, aquí y en otros países. Las primeras temibles cifras de fallecidos, más los agobios ante el qué va a pasar, le plantaron al día a día un intermedio en el consumo. Productos alimenticios e higiénicos se impusieron, y otros sectores, como el que reúne Unifam, presentaron caídas: en éste, consecutivamente del 13, 25 y 57 por ciento respecto al ejercicio anterior.
El desplome supuso, globalmente, una reducción del 19,7 por ciento, y no mejoró los siguientes meses. Eso sí, en agosto lo que cayó fue el número de contagios. Entre una ‘coronaola’ y otra, se abrieron al público masivo, guardando turnos, eso sí, las olas del mar. Como señala Díaz Mas, esta vez “durante agosto, septiembre y octubre se vislumbra un final en el descenso de este índice”. Pero dura poco la dicha: vuelve la enfermedad y la Navidad cerró medio Occidente: los rebrotes epidémicos volvían a agostar al sector.
Las exportaciones descendieron menos que la cifra global
Entre años y fronteras
Si tenemos en cuenta que Unifam, en la actualidad, representa a más del 85 por ciento del sector nacional de la alfombra, frente a las 14 firmas fundacionales de la asociación, el 22 de mayo de 1977, no resultará muy alentador conocer que en 2020, a cierre de ejercicio, nos encontrábamos con un descenso de ventas del 18,62 por ciento con respecto a 2019. Y que la inmensa mayoría de industrias, a título individual, se encontró con unas reducciones en la casilla del haber que en algunos casos era de la mitad.
Obviamente, con las aduanas bajando la barrera, como antes del espacio Schengen, la exportación descendió. La encuesta recoge también datos aportados por el Ministerio de Industria, en los que se revela, por ejemplo, que las exportaciones de sector en la provincia descendieron durante 2020 el 2,8 por ciento, aunque, como señala Díaz Mas, “muy lejos de esa reducción global mucho más significativa del 18,62”.
Hubo incluso repunte de venta al exterior, entre septiembre y noviembre, en periodo de ‘entreolas’, “con crecimientos del 22, 45 y 62 por ciento respectivamente, que compensaron las fuertes caídas del 35 y 45 por ciento de marzo y abril”. Pero llegó diciembre y, con él, la recaída del mercado internacional, traducido aquí, en la industria de la alfombra y afines, en un descenso del 25 por ciento de la exportación. Y mientras, allá afuera, arremolina la cuarta ola.