Muchas de las medidas de adaptación al cambio climático emprendidas por gobiernos autonómicos y municipales mantienen su validez con el paso del tiempo, pero otras podrían quedar desactualizadas. Esa es la principal advertencia de algunos de los miembros del comité de expertos que se reunirá el próximo miércoles 5 de mayo de 2021, para tratar la emergencia climática.
El panel sobre la ‘Actualización de las proyecciones globales y aplicaciones en servicios climáticos’ congregará a algunos de los científicos más reputados en climatología de España. Entre el elenco de participantes estará el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante (UA) y director del Laboratorio de Climatología de la UA, Jorge Olcina, junto Jaime Ribalaygua de Fundación para la Investigación del Clima, Mónica Sánchez de la Oficina Española de Cambio Climático, Javier Martín-Vide de la Universitat de Barcelona, Robert Monjo de la Universidad Complutense de Madrid, y Francisco Doblas de Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación. El evento se difundirá en abierto mediante streaming a través de redes sociales #ActualizaXelClima.
El comité analizará las características de las nuevas proyecciones de cambio climático que se plasmarán próximamente en el Sexto Informe de Evaluación del IPCC, el cual se puso en marcha en 2019 y culminará en 2022. Francisco Doblas, autor líder coordinador del Informe, advierte que “las proyecciones de experimentos previos serán sustituidas paulatinamente con las proyecciones de CMIP6”, las cuales ya se encuentran a disposición de la comunidad científico-técnica para la elaboración de planes de adaptación o cualquier otra actuación que requiera información climática específica. Si bien –enfatiza–, “las diferencias entre las distintas generaciones de proyecciones necesitan ser explicadas a los usuarios”.
Según el catedrático de la Universidad de Alicante Jorge Olcina, una de las características más importantes de estos servicios climáticos es la necesidad de “analizar a escala pequeña” tanto los impactos del cambio climático como los de la propia variabilidad climática natural en diversos sectores, entre los que los expertos citan el forestal/biodiversidad, hidrología, agropecuario, ordenación de usos del suelo, planificación urbana, transporte e infraestructuras críticas, ya que “las actuaciones serán siempre a escala local”. De acuerdo con el presidente de la Fundación para la Investigación del Clima, el doctor Jaime Ribalaygua, este proceso se conoce como “regionalización de los modelos globales de cambio climático”, método que se lleva perfeccionando desde 1992.
Oficialmente, la iniciativa de regionalización de la Oficina Española de Cambio Climático y la Agencia Estatal de Meteorología, (Escenarios-PNACC) se inició en el año 2006 –recuerda Mónica Sánchez– con la publicación, en el contexto del Tercer Informe del IPCC, del primer Programa de Trabajo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC). Posteriormente ha habido numerosas actualizaciones, siendo la última en 2017, basada en el Quinto Informe y con el desarrollo de herramientas para la consulta de escenarios, como, por ejemplo, el visor de Escenarios de Cambio Climático de AdapteCCa. El nuevo PNACC 2021-2030, recientemente aprobado, también contempla la regionalización de escenarios de cambio climático para España y su actualización periódica como una de las prioridades para la adaptación al cambio climático.
Escenarios locales
La nueva generación de escenarios locales de cambio climático es de especial relevancia para prácticamente cualquier territorio. No obstante, la necesidad es acuciante para las grandes ciudades mediterráneas, ya que son ámbitos donde el calentamiento global amplifica los efectos negativos de algunos riesgos climáticos, como las olas de calor, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas y en situación de pobreza energética. De acuerdo con el catedrático Javier Martin-Vide, la consideración del plus térmico nocturno de las islas de calor en los centros de las urbes ha de enriquecer la precisión y utilidad de las predicciones meteorológicas/climáticas y las proyecciones climáticas. Como ejemplo, propone la sustitución de las superficies duras pavimentadas por otras permeables y el “esponjamiento” de la ciudad, que permitirían aliviar los rigores térmicos.