Pese a lo mucho que sufrió -y sigue haciéndolo- el sector del turismo desde que en marzo del pasado año estallara la crisis pandémica, Altea vivió un verano que la mayoría de sus actores calificaron como muy bueno dadas las circunstancias. Es más, restauradores y comerciantes de la zona siguen afirmando que pocas veces habían visto un número tan elevado de visitantes paseando por el casco antiguo del municipio.
Buen hacer profesional
En un periodo estival muy complicado aquello supuso, a la vez, un espejismo y un balón de oxígeno. Los meses previos, los del confinamiento, habían sido terribles y el largo invierno no fue mucho mejor. Ahora, a las puertas de una nueva temporada alta a la que casi todos miran con enormes esperanzas y, a la vez, grandes miedos, la Villa Blanca ha querido subirse al carro de la contrastada calidad y buen hacer de sus profesionales con la creación de un sello de calidad en el ámbito empresarial, comercial y gastronómico.
Con ello, básicamente, lo que se pretende es que el visitante cuente con un elemento fácilmente reconocible que le ayude a identificar aquellas empresas, comercios o establecimientos que, tras haber superado una auditoría, hayan demostrado estar a la altura del alto nivel de excelencia con el que el turismo vincula a Altea.
El distintivo está dirigido a las actividades de restauración, comercio, actividades turísticas y alojamientos turísticos
Altea, con confianza
Ese nuevo sello de calidad ha sido bautizado como ‘Altea, con confianza’ y pretende servir como una herramienta más en la reactivación turística del municipio, de cara a un verano en el que será imperativo que la propia administración pública eche el resto a la hora de posicionar el destino de cara a un periodo para el que, la mayoría de los competidores, ya han arrancado campañas de gran alcance para convencer a los potenciales turistas de sus propias bondades.
En este caso, la creación del sello implica que serán los propios empresarios, restauradores y comerciantes de la Villa Blanca los que deban cargar con la responsabilidad de, con su buen hacer y profesionalidad, mantener elevado el listón que relaciona su imagen con servicios de calidad.
Todo ello, en un proceso que será auditado por la consultora alteana Siggo, que tendrá que certificar a las empresas que, como recogen las bases de esta nueva iniciativa, se comprometan con los valores que caracterizan a Altea y sean ‘embajadoras de su marca’.
La ambigüedad de algunos de los criterios de certificación levanta dudas sobre su utilidad
Ambigüedad de criterios
Todos aquellos que quieran optar a ese sello de ‘Altea, con confianza’ deberán demostrar ser capaces de tener un alto nivel en una serie de indicadores en los que algunos parecen más que evidentes para este tipo de iniciativas, aunque otros llaman la atención por lo ambiguo de su posible definición.
Así, puntos como los indicadores de confianza, calidad, excelencia, hospitalidad, sostenibilidad ambiental, originalidad y responsabilidad social corporativa, parecen obvios para poder aspirar a cualquier sello cualitativo, pero en el articulado que ha puesto en marcha la Villa Blanca aparecen otros que, al menos, llaman poderosamente la atención.
El consistorio alteano, impulsor de la medida, ha incluido como elementos de juicio para la consecución del sello local de calidad un punto denominado ‘embajador de Altea’, un título, en todo caso honorífico, que los empresarios deberán arrogarse y, a la vez, demostrar que son capaces de portar con honor, aunque no queda muy claro cómo deberán hacerlo.
La cuestión de la seguridad
También se valorará en este sello de calidad ‘Altea, con confianza’ uno de los aspectos que los turistas de cualquier destino más valoran y puntúan en cualquier encuesta, como es la seguridad. Este punto llama poderosamente la atención si tenemos en cuenta los problemas que arrastra la Villa Blanca en relación a su policía local y que, tal y como ha explicado este medio en diversas ocasiones, siguen sin recibir una solución definitiva.
Los propios agentes policiales alteanos han avisado de que, salvo que se produzca una intervención decidida por parte del equipo de gobierno, su situación actual es insostenible. Con una plantilla infradotada incluso en los periodos de menor ocupación, llevan meses avisando de que no están en disposición de garantizar la presencia que es habitual en ellos en épocas de gran ocupación y que, por lo tanto, la seguridad puede verse resentida.
Con todo, el ayuntamiento no ha tenido reparos a la hora de incluir ese peliagudo punto dentro de los requisitos puntuables en la auditoria previa a la consecución del sello de calidad ‘Altea, con confianza’.
Actualmente, las empresas que cuentan con el certificado no llegan a la decena
Primeros certificados
El distintivo nace dirigido a empresas y establecimientos de la Villa Blanca que realicen actividades de restaurante, bar, cafetería, comercio, comercio de alimentación, actividades turísticas, hotel y otros alojamientos turísticos, y en sus primeras semanas de funcionamiento ha despertado el interés de 50 empresas del municipio.
Algunas ya han aprobado el examen y el sello ‘Altea, con calidad’ cuelga en los escaparates de al menos una decena de ellas, como son Rutas en Altea, La Bocana Sailing point, Hotel Ábaco, Club Náutico Altea, Hotel Cap Negret, Pescados Moltó, Pizzería Stromboli, Club Náutico Campomanes y Tejidos Llinares i Zaral.