Entrevista > Beatriz Lara y Gloria Molero / Periodistas (Elche, 27-marzo-1992; Elche 26-octubre-1995)
Beatriz Lara y Gloria Molero saben muy bien cómo funciona el mundo del calzado en Elche. En el caso de Beatriz su madre y su abuela fueron aparadoras, y ella de pequeña ayudaba a cortar los hilos en la faena de mano. Por su parte los padres de Gloria trabajaban en fábrica los dos con jornadas muy largas y apenas les veía.
Tenían muchas razones para escribir este libro, pero sobre todo por el hecho de que las mujeres de la industria del calzado estaban empezando a hablar y a ser escuchadas por fin.
Después de ver y sufrir las consecuencias de la industria y el trabajo sumergido, describen la historia de décadas de trabajo de mujeres dedicadas al aparado. En casa la mayor parte de las veces, sin contratos, sin seguridad social y sin horarios.
Relatos de la vida misma
En el libro se cuenta la experiencia de 21 mujeres que quieren contar su historia, y también de las que en mayo de 2018 se atrevieron a formar una plataforma para reivindicar sus derechos, aún a sabiendas de que se estaban jugando su sustento.
¿Qué pretendéis dar a entender con vuestro libro?
Tratamos de recoger sus preocupaciones, las consecuencias de la precariedad en sus cuerpos, en sus mentes y hasta en sus relaciones personales. También queríamos hacer un recorrido histórico por las condiciones laborales que las trabajadoras del calzado han tenido desde los años 50, en los que Elche despega industrial y económicamente
Queríamos reflejar experiencias de todo tipo, no solo de aparadoras a domicilio, sino también de encargadas, empresarias, trabajadoras en fábricas… Buscábamos recoger la memoria de nuestras mayores y también queríamos conocer la impresión de generaciones más jóvenes sobre cómo percibían el trabajo en el calzado.
¿Cómo habéis recopilado los datos y la información?
Es sobre todo un trabajo que recoge historias de vida. Nos centramos en los testimonios de 21 mujeres, narrados en primera persona, y con sus voces se teje la historia que queremos contar.
Sabemos que queda mucho por investigar, pero nuestro objetivo es que estas historias no se pierdan y que las mujeres que se dedican y se han dedicado al calzado en la provincia los lean y vean que no están solas, que sus problemas no son suyos, sino de todas.
Las entrevistas, en su mayoría, han sido bastante exhaustivas. Consideramos los testimonios una forma de recabar información, junto a las informaciones previas que ya habíamos buscado y que habíamos examinado y contrastado.
«Elche ha salido adelante por el trabajo de las mujeres en la industria»
¿Cuál es el papel que ha jugado y juega la figura de la mujer en la industria ilicitana?
Elche ha salido adelante por el trabajo de las mujeres en la industria. Fueron necesarias en la época de bonanza para sacar adelante la producción, ellas fueron las que cosieron tantos millones de pares.
Así que podemos decir que sobre las espaldas de las mujeres se ha cargado el peso de la industria, además del de los cuidados. Porque sí, los hombres también son parte de esta industria, pero son ellas las que han tenido que conciliar la máquina y la casa, sin apenas reconocimiento social y con salarios mucho más bajos que los de ellos ya que se consideraba que lo suyo era un complemento a la economía familiar.
«Problemas de espalda, artrosis articular y en las manos o problemas de vista son solo algunas de sus secuelas»
¿Qué secuelas deja en la salud el trabajo del aparado?
Deja tanto secuelas físicas como psicológicas, y tiene mucho que ver con la precariedad en la que se desarrolla el trabajo. Problemas de espalda, artrosis articular y en las manos, problemas de vista… Son muchas horas en la misma postura realizando movimientos repetitivos y con la vista fija.
También es un trabajo muy solitario si se realiza en casa, y con mucha presión por los plazos, así que también hay casos de depresión y ansiedad.
El aislamiento crea secuelas psicológicas y de socialización. Es algo que quedó muy claro durante el confinamiento del año pasado. Eso sin olvidar que en muchas ocasiones se trabaja respirando el polvo del material, los vapores del cemen.
¿Cuáles son las historias que os han marcado más?
La historia de una de las protagonistas del libro nos marcó porque ejemplifica muy bien la precariedad a la que te aboca no estar dada de alta. En su caso era mujer de empresario del calzado, trabajaba en la empresa de su marido sin estar dada de alta, pero él si lo estaba. Al separarse se quedó sin nada porque todo estaba a su nombre y ella ni siquiera tenía reconocido el trabajo de esos años.
Por otro lado, la historia de ‘Susi’ y cómo recuerda su introducción en el mundo del aparado me produce mucha ternura por los buenos recuerdos que la trae y cómo lo cuenta.
Otra de nuestras favoritas es la historia de ‘Paqui’, que habla de cómo le ayudó dejar el trabajo de aparado para irse a trabajar a la fábrica y encontrarse a sí misma y desarrollar su sexualidad. Cuenta sobre la dificultad de ser lesbiana en los años 80, pero por muchas penurias que narre, tiene un final feliz. Creo que es muy necesario tener algún final feliz.
«En Elche la situación de las aparadoras ha sido siempre conocida por la mayoría de la población»
¿Cómo han cambiado las cosas para la aparadora en la actualidad?
En Elche la situación de las aparadoras ya era conocida por la mayoría de la población, pero gracias a diferentes iniciativas que se han desarrollado en los últimos años cada vez es más conocido a nivel nacional este trabajo, y también las condiciones precarias de muchas de ellas.
De momento no se ha conseguido que se reconozca a las aparadoras los años trabajados sin contrato ni las enfermedades laborales. En 2019 se firmó un nuevo convenio del calzado que mejoró sus condiciones, pero de esas mejoras solo se pueden beneficiar aquellas que están dadas de alta, que no son ni de lejos la mayoría.
¿La economía sumergida sigue siendo una realidad en el sector del calzado?
Sin duda, y no solo en el sector del calzado. En la provincia es muy común que te ofrezcan cobrar parte de tu salario en negro. Y si no lo coges ya vendrá otro a ocupar tu puesto.