Entrevista > Isabel Puig / Directora del Orfeón Crevillentino y de la Escuela Coral Crevillentina
Madrileña de nacimiento y crevillentina desde que tenía dos meses de edad. Isabel María del Carmen Puig Martínez empezó a estudiar música por su padre, un melómano declarado que la apuntó de niña a clases de piano y solfeo. De ahí fue a parar al Conservatorio Superior de Murcia, donde se instruyó como profesora.
Con solo 17 años, esta adolescente prodigio ya dirigía un coro crevillentino, en una época donde no era nada habitual ver a mujeres directoras de formaciones musicales. Más adelante fundó el Orfeón Euterpe, un coro de niños que acabaría derivando en el Orfeón Voces Crevillentinas.
Ha trabajado todo tipo de repertorio coral, desde polifonías diversas hasta ópera o zarzuela. En su haber tiene una treintena de premios internacionales, nacionales y regionales. Actualmente es la directora del Orfeón Crevillentino y la Escuela Coral Crevillentina, y además trabaja de profesora en el Conservatorio de Música ‘Ana María Sánchez’ de Elda.
El Orfeón Crevillentino nació de la fusión de tres grupos corales… y poco después estalló la pandemia. Supongo que os ha trastocado muchos planes
Muchos. Empezamos muy ilusionados en 2019, tomando el nombre de Orfeón Crevillentino porque fue el primero que hubo en Crevillent hacia el siglo XIX. Llevábamos una trayectoria espectacular, haciendo conciertos con las orquestas más profesionales de las provincias de Alicante y Murcia. Hicimos óperas, representamos un réquiem de Mozart, realizamos una gira por varias ciudades con el coro Nabucco… y resulta que nos viene la pandemia.
Por ejemplo, queríamos representar en Crevillent la ópera ‘Oh my son’ del compositor crevillentino Marcos Galvany en la Semana Santa de 2020 y se frustró. Teníamos proyectos muy apetecibles y continuos, uno detrás de otro, pero hubo que cancelarlos.
Al menos realizasteis un concierto virtual de Beethoven.
Eso lo preparamos sobre todo durante el confinamiento. Precisamente 2020 era el año del 250 aniversario de Ludwig van Beethoven, así que consideramos que debíamos hacer un homenaje… aún incluso con pandemia.
Participamos unas 50 voces del Orfeón, y cada uno de los participantes se grabó cantando desde su propia casa. Luego lo montamos a través del estudio Ibersonic de Crevillent y lo estrenamos en diciembre, justo el mes que se cumplían los 250 años de su nacimiento.
Permíteme que le mandé un saludo a mis queridos colaboradores del Orfeón Crevillentino, Pepa García, profesora de técnica vocal, y los asistentes de dirección Víctor Marquina y Ana Sánchez.
«Sufrimos mucho cantando con la mascarilla puesta y la voz no suena tan bien»
En esta tierra todos tenemos amigos o conocidos músicos y sabemos lo mal que lo habéis pasado con todas las fiestas populares suspendidas desde 2020. ¿Qué tal está el sector?
La pandemia ha sido demoledora para todos los profesionales de la música, con la pequeña excepción de aquellos que tenemos la suerte de dedicarnos a la docencia. Yo como soy profesora de conservatorio afortunadamente no he dejado de trabajar.
En el Orfeón hemos estado mucho tiempo sin poder hacer ensayos. Luego poco a poco empezamos a retomarlo, pero con grupos muy pequeños y siguiendo todos los protocolos. Y te aseguro que se pasa muy mal catando con mascarilla. No puedes emitir la voz igual, te cansas mucho más, no se entiende bien, te estás tragando todo el tiempo tu propio aliento… Es muy problemático. Todavía seguimos haciendo los ensayos con mascarilla, pero esperamos que en los próximos conciertos ya podamos quitárnosla.
Quizás cuando estemos todos vacunados haya una voluntad general de celebrar todas las fiestas populares canceladas, por las ganas que tenemos de divertirnos. Así que espero que recuperemos todo lo perdido.
«En noviembre el Orfeón participará en la ópera ‘Carmen’ que se interpretará en el ADDA de Alicante»
¿Tenéis conciertos programados para este verano?
El día 23 de julio actuamos en Crevillent y el día 25 en Almoradí con la Banda Sinfónica de Almoradí, bajo la dirección de Juan Miguel Romero. Son conciertos de zarzuela; en la primera parte interpretaremos la obra ‘La gran vida’ y en la segunda una recopilación de números de zarzuelas muy conocidas. Intervendrán destacados cantantes como José Manuel Mas, la soprano Pepa García-Maciá o el barítono Javier Rubio, además de miembros de nuestro Orfeón como solistas.
Igualmente vamos a participar en ‘Carmen’, la primera ópera escenificada que se va a realizar en el ADDA de Alicante para noviembre, bajo la dirección de Josep Vicent y con la dirección escénica del laureado director Emilio Sagi. Es un proyecto de la Diputación por el cual el coro estará compuesto por varias agrupaciones provinciales, pero más de la mitad de los coristas serán del Orfeón Crevillentino.
Además la protagonista de esta ópera, en el papel de ‘Carmen’, será la mezzo soprano Sandra Ferrández y también actúa la soprano Luca Espinosa. Ambas son crevillentinas y dieron sus primeros pinitos de pequeñas en el Orfeón Euterpe. Para que veas lo importante que es tener una escuela coral en Crevillent y la de frutos que da.
¿Habéis retomado ya la normalidad en la Escuela Coral Crevillentina?
Más o menos. Desde hace diez años, junto con mi maravillosa compañera Ana María Sánchez, realizamos un proyecto por el cual acudimos a los centros educativos para impartir talleres. Luego los sábados reunimos a los peques en la sede del Orfeón Crevillentino y hacemos grupos por edades. Esto lo tuvimos que parar todo por la pandemia.
Ahora lo estamos empezando a recuperar. De hecho con el grupo de candicoro, compuesto por alumnos de secundaria, hicimos un concierto recientemente en la Parroquia de la Santísima Trinidad por las fiestas del Barrio del Puente.
Supongo que es muy complicado, por no decir imposible, dar clases de canto virtuales.
Es complicadísimo. Propusimos a los alumnos que nos enviaran vídeos cantando e incluso tratamos de hacer ensayos múltiples por videoconferencias a través de plataformas webs, pero era un follón. A unos se les cortaba la señal, otros no escuchaban bien, otros iban con retraso… Dependía mucho de la potencia de Wifi que tenía cada cual en su casa y, además, precisamente durante esta pandemia, muchas familias se han mudado al campo donde las conexiones son bastante peores.
Al final nos dimos cuenta que la opción de los ensayos virtuales solo eran factibles con grupos muy pequeños, de unas seis personas. Así al menos podíamos sincronizarnos mejor y realizar un seguimiento al alumno. Nos adaptamos, era lo único que podíamos hacer con las circunstancias que teníamos. Llegamos incluso a grabar un vídeo homenaje al tema ‘Bravo por la música’ de Juan Pardo, con los alumnos cantando desde sus casas.
Y aparte de los coros en la Escuela Coral también damos clases de lenguaje musical y piano, las cuales sí pudieron llevarse a cabo sin problema porque son más individuales.
En Crevillent desde luego existe una tradición coral enorme. ¿Crees que se mantendrá por parte de las nuevas generaciones?
Como te decía antes tener la Escuela Coral Crevillentina es clave, porque muchos de sus alumnos luego vienen a cantar al Orfeón o a algún otro grupo coral de la localidad.
De todas formas hay que entender que hoy en día es muy diferente a antaño, pues antes la mayoría de los jóvenes no estudiaban, mientras que ahora un porcentaje muy grande al terminar el instituto se marchan a la universidad. Durante los años universitarios tienen muy complicado poder compaginar sus estudios con los continuos ensayos que hacemos en el Orfeón cada semana.
Aún así tenemos miembros en el Orfeón que a lo mejor faltaron algún año, pero luego volvieron al terminar la carrera. Sí que vemos que poco a poco se van recogiendo los frutos de esta cantera que supone la Escuela, pues los chavales acaban cogiendo el hábito de cantar.
Quizás por esta razón ya no existen tantos grupos corales crevillentinos como antes…
No necesariamente. El problema es que la gente se fue haciendo mayor y durante muchos años no hubo relevo generacional al no existir una escuela coral en la localidad. Yo fundé el Orfeón Euterpe infantil y muchos de aquellos niños siguen cantando hoy en el Orfeón Crevillentino, pero obviamente ellos ya tienen sus treinta y muchos o cuarenta años.
Hubo una época bastante grande de parón donde apenas había movimiento coral infantil en Crevillent. Solo había algún coro en ciertos colegios, pero eran de un ámbito más escolar.
Además de tu actividad coral en el Orfeón y la Escuela, también eres la profesora de coro del Conservatorio de Elda. ¿Allí hay tanta devoción por la música coral como en Crevillent?
No tanto, Crevillent siempre ha sido la población de los coros. Pero bueno, yo estoy muy a gusto en el Conservatorio ‘Ana María Sánchez’ de Elda. Llevo ya ocho cursos y es un centro muy nuevo donde se trabaja muy bien, y que además tiene un equipo directivo muy involucrado. Así que estoy encantada de estar aquí y ojalá lo esté hasta que me jubile. Espero que me dejen, porque no tengo mi plaza fija.
«Llevo 23 años como funcionaria interina y se sigue sin regularizar este tema»
¿Cómo es eso posible?
Pues mira. Yo llevo 23 años trabajando como profesora de coro y orquesta en conservatorios de toda la Comunidad Valenciana, y todavía sigo sin plaza fija. Todo este tiempo he sido funcionaria interina en el cuerpo de profesores de música y escénicas de la Administración.
Me gustaría que los políticos consideraran que los interinos no somos un número, sino personas que, además, en ocasiones somos profesionales con una trayectoria muy importante en nuestro currículum. Y no es de recibo que nos tengan tantos años en fraude de ley hasta llegar a estas edades, cuando a mí me quedan ya pocos años para jubilarme, y que me tenga que jugar la plaza en una oposición donde no me cuenta la experiencia si no apruebo la primera fase.
Algunos profesores interinos que llevaban 20 años de trabajo incluso les ha tocado competir contra alumnos suyos que son mucho más jóvenes. A nosotros nos piden estudiarnos 70 temas mientras que seguimos trabajando, y con las responsabilidades familiares que estos jóvenes muchas veces aún no tienen. Es un sinsentido.
«Hay más mujeres directoras de coros que de bandas u orquestas»
Históricamente los puestos de director de coros, bandas u orquestas siempre estaban ocupados por músicos hombres. Parece que esto va cambiando, ¿no?
Afortunadamente. Durante muchísimos años ha sido un oficio totalmente abonado sobre terreno masculino, pero ahora van saliendo cada vez más mujeres directoras. Algunas incluso en grandes teatros de primera línea, cosa que antes era impensable.
Por ejemplo, la ópera ‘Carmen’ que se estrenó recientemente en Sevilla, donde actuó nuestra mezzosoprano crevillentina Sandra Fernández, estuvo dirigida por Anu Tali.
«De joven me dijeron que lo de ser director de música era ‘cosa de hombres’»
Son pasos importantes…
Te voy a contar una anécdota. Cuando yo quise estudiar dirección, era muy jovencita, intenté entrar en el Conservatorio de Murcia. Sin embargo me quedé sin ninguna de las tres plazas ofertadas porque todas fueron ocupadas por hombres.
Curiosamente yo soy ahora directora, y de aquellos tres que entraron tan solo uno dirige hoy en día. Los otros dos, cuando terminaron de estudiar se dedicaron a otros oficios, y a mí, que de verdad quería ser profesional, no me dejaron entrar. De hecho se me dijo que tenía que tirar por la carrera de piano, porque lo de la dirección era “cosa de hombres”.
Menos mal que esto ha cambiado y hoy en día hay numerosas directoras. Aunque hacen falta muchas más pues continúan habiendo bastantes más hombres. Quizás precisamente en dirección coral está menos descompensado que en dirección de orquesta o banda.