Cuando el sector turístico de la Marina Baixa arrancó la última página del calendario del mes de agosto, lo hizo con una extraña mezcla de sensaciones.
Por un lado, el alivio de dejar atrás un verano realmente bueno -siempre hablando en los términos pandémicos en que nos movemos hoy día-, por lo que se han ganado un más que merecido descanso tras jornadas interminables de trabajo. Por otro, claro, el temor ante lo que está por venir en un otoño con más dudas que certezas.
Vuelven los mayores
Después de que la justicia tumbara el recurso contra el pliego de condiciones para el programa de vacaciones sociales del Imserso, buena parte de la Marina Baixa, como el resto de la Costa Blanca y casi todos los destinos de litoral, volverá a confiar en el mercado de las personas mayores; pero los primeros no comenzarán a llegar hasta finales de mes y principios de octubre.
Mientras tanto, queda navegar el siempre extraño septiembre, en que el turismo nacional parece que seguirá siendo el principal cliente de la comarca. Sin embargo, la vuelta a la rutina diaria y, sobre todo, el arranque del curso escolar, generan muchas dudas ante un periodo en que las escapadas de fin de semana serán las protagonistas y el ‘last minute’ copará las reservas.
La Comunitat, segundo destino que más crece en viajeros y pernoctaciones
Por encima de lo previsto
En ausencia del todavía no reactivado mercado británico, Benidorm y los demás destinos turísticos de la Marina Baixa han tenido que sacar todo su arsenal para batallar, frente a una voraz y feroz competencia, por el mercado de proximidad. Estrategia más que exitosa, según los datos, permitiendo que la ocupación hotelera superara las previsiones y podamos hablar de un buen verano turístico.
No solo la ciudad de los rascacielos ha vivido un importante éxito en el último trimestre. También poblaciones como L’Alfàs del Pi, Altea o La Nucía -la que cuenta con una oferta más diferenciada del resto de sus vecinos-, han llegado a colgar, en algunos de sus establecimientos, el cartel de lleno.
Ello se ha traducido en estampas casi olvidadas. Terrazas y piscinas llenas, parques de atracciones con largas colas y muchos atascos. Problemas de tráfico que, en muchas ocasiones, los residentes de la Marina Baixa han recibido con menos mal humor que otros años, conscientes de que no era más que la consecuencia del dulce momento de la principal actividad económica de la comarca.
La reapertura del mercado británico será clave de cara al invierno
Ayudas inmediatas
El propio director general de Turismo de la Comunitat Valenciana, el vilero Herick Campos, valoraba de forma muy positiva los datos que dejaba el verano, asegurando que “en términos de ocupación, hemos superado lo previsto para junio, julio y agosto. Comprobando, además, que, salvo Baleares, somos el destino que más ha crecido en cuanto a número de viajeros y pernoctaciones”.
Buena parte de la responsabilidad de este buen comportamiento turístico ha llegado, en opinión de Campos, por el hecho de que la Comunitat “ha sido la que más ayudas directas ha dado al sector. También hemos sido quienes antes las hemos concedido y pagado. Han sido más de 18 millones de euros, de los que 3,3 han venido destinados a la Marina Baixa en 411 ayudas”.
Como no podía ser de otra manera, Benidorm, el gran motor del turismo comarcal -amén del comunitario y nacional- ha sido el mayor beneficiado de todo este reparto, con 2,7 millones de euros, lo que supone un quince por ciento de todo lo distribuido en la Comunitat Valenciana.
Hosbec teme un otoño duro y confía en los españoles para septiembre
Esperando a los británicos
Pese al buen momento vivido en verano, la patronal hotelera Hosbec alerta de que los meses que ahora arrancan y nos deben llevar hasta el invierno lo hacen de forma muy incierta. Siguen muy de cerca las decisiones del Gobierno británico, que a finales de agosto volvía a retrasar la decisión de abrir la mano en las medidas sanitarias para viajar a la Costa Blanca.
Mientras esta situación no se revierta, los hoteleros hablan de un “otoño duro” en el que, al menos en estas primeras semanas, la evolución del tiempo tendrá mucho que decir en esas reservas de última hora para los fines de semana.
Sin embargo, desde Hosbec continúan apuntando al mercado británico como la gran esperanza invernal; y es que, como explican, su reactivación “sigue siendo una clara necesidad y, por eso, no hemos dejado de trabajar en ningún momento con ellos”, para, una vez que se relajen las medidas, poder volver a llenar los establecimientos con sus huéspedes más fieles.