Entrevista > Juan Antonio Iborra / Secretario estatal de la Asociación Nacional de Especialistas en Protección Civil (Madrid, 22-abril-1969)
La labor de Protección Civil ha sido muy activa por todo el territorio español desde que diera comienzo la pandemia. Durante los primeros meses de confinamiento, sus voluntarios se dedicaron sobre todo a acciones de distribución de material sanitario, reparto a domicilio de comida a los mayores, coordinación de las tareas de desinfección, etc.
Han pasado ya bastantes meses y sus quehaceres han ido evolucionando conforme lo ha hecho la situación. Charlamos con Juan Antonio Iborra Bernal, secretario estatal de la Asociación Nacional de Especialistas en Protección Civil y profesor en el ciclo formativo de Coordinación de Emergencias que se imparte en el IES Leonardo da Vinci de Alicante.
¿Qué tareas realizan hoy día los voluntarios de Protección Civil?
Ha cambiado mucho desde el principio de la pandemia. Poco a poco hemos podido ir volviendo a las labores ordinarias que realizábamos antes, en los años previos a la covid. Por ejemplo, este verano hemos estado colaborando en la vigilancia de playas o en la prevención de incendios forestales.
La principal diferencia con otras temporadas estivales es que ahora no tenemos que organizar despliegues por grandes concentraciones humanas. Aun así, no hemos dejado de trasladar a las personas cuáles son las medidas de autoprotección sanitaria que están vigentes en cada momento.
Vuestra principal función es coordinar las tareas de las Administraciones y cuerpos públicos en emergencias. Imagino que, al principio de la pandemia, muchos ni sabían lo que debían hacer.
La verdad es que hemos tenido un gran problema a nivel técnico para discernir estas instrucciones durante la pandemia. Como la producción normativa ha sido tan enorme, pues al final era todo un caos. Nos salían de continuo nuevas resoluciones de Sanidad sin derogar las anteriores.
Llegó un momento que hubo trece o catorce resoluciones en vigor, algunas contradictorias entre sí. Hemos tenido que hacer encaje de bolillos. Los ciudadanos también se han sentido despistados muchas veces, porque ya ni sabían si los aforos eran al 35, 50 o 70%, por ejemplo. Habrá que aprender de lo que ha ocurrido para que no se repita.
«Los planes de Protección Civil deben coordinarse mejor con Justicia»
Muchas voces han denunciado que el Gobierno de España ni siquiera tenía un plan general de prevención de epidemias. ¿Esta es la solución?
Recientemente sacaron por fin un plan marco que sirve para cualquier tipo de riesgo. Y ahora se está hablando de aprobar una ley de pandemias.
Algunos opinamos que sería más adecuado elaborar un plan estatal frente al riesgo biológico, porque a través del sistema de Protección Civil podemos conseguir más efectividad y coherencia que mediante otro mecanismo paralelo de salud pública, que no tiene elementos estructurales suficientes para ejecutar las medidas aprobadas.
¿Crees que podría haber solapamientos?
Por poner un ejemplo, ahora mismo en el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de Alicante hay tres operadores y en el 112 cuarenta. Esta dualidad ha creado muchos problemas.
En la Administración pública española predomina el principio de la especialización por departamentos desde la invasión napoleónica. De hecho, a veces me preguntan de quién es la culpa de la descoordinación, y yo siempre respondo: “pues de Napoleón” (risas).
¿Así se aprovecharían mejor los recursos?
Nuestro sistema de Protección Civil es mucho más transversal: trabajamos con todo el mundo y así se aprovecharían más los recursos que tenemos. Lo cual no quita que el jefe de operaciones pueda ser alguien de salud pública.
Desde luego, sí pienso que hace falta un cambio en la ley orgánica de estados excepcionales, ya que se ha demostrado que, cuando el factor de peligrosidad es la propia persona, debe privar más el derecho a la vida que la movilidad.
«Autonomías y municipios deberían poder limitar los desplazamientos»
¿Alguna sugerencia a este respecto?
Debería analizarse la posibilidad de limitar la circulación sin necesidad de la declaración de un estado de alarma, para que así pueda recaer la potestad tanto en las autonomías como incluso en los ayuntamientos.
También a veces los políticos han dictaminado normas sin poner los medios para que se cumplieran.
Es cierto. No se ha llegado a vehiculizar el deber de cautela, como por ejemplo cuando se pone una bandera roja en la playa para prohibir el baño. Aún no hemos acabado de aprender que las personas no deben ponerse en riesgo a sí mismas o a los demás, y que cuando lo hacen tienen que asumir las sanciones administrativas correspondientes.
De todas formas, me duele escuchar a los que culpan de todo a los jóvenes por hacer botellón. Me gustaría destacar que la juventud en general ha tenido un comportamiento excepcional en las aulas, cumpliendo todas las restricciones.
«Los positivos que desobedecen deberían afrontar un delito penal»
¿Piensas que los ciudadanos hemos sabido estar a la altura de la emergencia global?
Los españoles, en general, estamos siendo de los más sensatos en la Unión Europea. No hay más que ver nuestro elevado índice de inmunización; son muy pocos los que rechazan ponerse la vacuna. La gente está muy concienciada.
También la interpretación de la Ley Orgánica de Protección de Datos ha dado muchos problemas. Por ejemplo, los centros de salud no comparten información con la Policía local, lo cual impide detener a las personas que han dado positivo por covid y aun así incumplen las normas a sabiendas.
¿Qué hacer con este tipo de gente?
En estos casos habría que poner a estos sujetos a disposición del juzgado de lo penal, igual que cuando se detiene a un conductor que ha ingerido gran cantidad de alcohol. Son personas que tienen la potencialidad de matar. Y no puede ser que al final sea el sector de la hostelería el que pague los platos rotos de la falta de eficacia de las Administraciones públicas.
«No culpemos tanto a los jóvenes; se han portado genial en las aulas»
Sin embargo, el Tribunal Constitucional (TC) ha dictaminado que el confinamiento fue ilegal aun con el estado de alarma vigente.
Es lógico, yo también estoy de acuerdo con esta sentencia y agradezco al TC que se haya pronunciado. Los políticos deben ser cautos a la hora de aplicar estos mecanismos para garantizar nuestros derechos y el orden constitucional. Podría ocurrir que llegara un partido al Gobierno que, con cualquier excusa, pudiera hacernos perder las libertades públicas.
¿Qué crees que debería haber hecho el Gobierno?
Es evidente que debería haber declarado el estado de excepción. Aquí el problema es que tenemos una ley referente a estados excepcionales que data de 1981. Fíjate si no habrá cambiado España desde la época del Naranjito. Debemos adaptar esta norma a las circunstancias actuales, para que podamos exigir una cautela a las personas cuando el factor de peligrosidad está en ellas mismas.
Lo que no me parece nada lógico es que el TC tarde un año en pronunciarse sobre un asunto tan grave. Precisamente durante una situación de pandemia es cuando más tiene que trabajar. Igual que ahora los toques de queda son autorizados, antes de aplicarse, por los tribunales superiores autonómicos, el confinamiento debería haberse validado previamente por el Constitucional.
Ya, pero en algunas comunidades los tribunales validan los toques de queda y en otras no.
Entiendo que a los ciudadanos les parezca absurdo. A mi juicio, aquí debería entrar una coordinación estatal que perfectamente podría realizarse a través de la dirección general de Protección Civil. Así se establecería un protocolo común en el cual se definan los condicionantes.
Lo cierto es que ya va siendo hora que en los planes de Protección Civil empecemos a ir de la mano con la Administración de justicia, dado que es la gran garante tanto de nuestra seguridad como de nuestra libertad.
«La hostelería ha pagado la falta de eficacia de las Administraciones»
No hablemos solo de la pandemia. Ahora en septiembre empieza la temporada de riesgo de gota fría. ¿Cómo os preparáis ante esta amenaza?
Nosotros decimos que la patrona de Protección Civil es santa Bárbara, porque solo se acuerdan de nuestros técnicos cuando truena (risas). Esta es una cuestión que cada vez está yendo a más a causa del cambio climático, y requiere que se realicen estudios con mucho tiempo de antelación para adaptar la actividad humana a estas inclemencias.
Algunos ayuntamientos piensan que con realizar un plan de emergencias ya están cubiertos, pero no sirve de mucho sin un mantenimiento y una implantación efectiva. Se trata de la cultura de la precaución, y de la relevancia en la educación de la prevención de riesgos. Como no creo que la ley actual dure mucho, espero que lo incluyan en la siguiente (risas).
¿Nos puedes dar alguna medida concreta de prevención?
En el Mediterráneo solemos tener lluvias-relámpago, y precisamente la medida que se suele aplicar es la del confinamiento, dado que si se sale a la calle se corre un riesgo mortal.
No obstante, ahora ya no está tan claro si eso se puede mandar, y no parece que los jueces vayan a dictar una sentencia al respecto antes de que empiece a llover. En cualquier caso, aprovecho para pedir cautela a los ciudadanos en caso de que vivamos una situación de alerta.