Entrevista > Noelia Linares / Actriz (Alicante, 8-noviembre-1996)
Iba para bióloga hasta que comprendió que su verdadera pasión era actuar. Fue entonces cuando esta alicantina del barrio del Pla cambió la Universidad de Alicante (UA) por la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid.
Aquí conoció a otra chica de la provincia estudiando la misma carrera de Interpretación Textual, la benidormense Laura Ferrer. Juntas acaban de ganar el Certamen Internacional Almagro Off.
Noelia Linares Blas forma parte del reparto de la obra ganadora, ‘Caer para levantar’. Se trata de un musical basado en dos piezas teatrales del Siglo de Oro, dirigido por la citada Laura Ferrer y producido por la compañía Scándere. Hablamos con esta prometedora actriz que, con solo 24 años, ya sabe lo que es triunfar en el Festival de Teatro Clásico de Almagro.
¿Cómo empezaste a hacer teatro?
Fue en el IES Jaime II, que tiene el grupo de teatro de instituto más antiguo de España. Todos los años hacíamos una obra. En mi familia no hay ningún antecedente de persona dedicada a la actuación, mis padres son funcionarios. Así que en un primer momento solo me planteé tener esto como afición y estudiar la carrera de Biología.
Llegó un momento en que me empecé a saltar las clases para ir a ensayos de teatro en la UA. Entonces me di cuenta de que, en realidad, la biología era el hobby, y a lo que de verdad me dedicaba en cuerpo y alma era a actuar. A mis padres les dio un infarto cuando les dije la frase: “papás, quiero ser actriz” (risas).
«La clave es no parar de hacer cosas, aunque las produzcas tú mismo»
Entonces cambiaste de aires…
Decidí dar el salto de ir a Madrid y matricularme en la RESAD. Fue un proceso muy duro, pues tan solo hay catorce vacantes al año para unos quinientos aspirantes. Vengo de una familia humilde, que no puede permitirse pagar miles de euros de matrícula en una escuela de actuación privada, así que comprendí que no tenía otra opción que ser admitida para cumplir mi sueño.
Me preparé las pruebas de acceso a tope y conseguí una de las plazas para estudiar la carrera de Interpretación Textual, la cual terminé el pasado año.
¿Qué papel tienes en la obra ‘Caer para levantar’?
Yo hago de hermana de la prota, que viene a ser un poco su antagonista. Mi papel es el de una chica que quiere ser monja. Se trata de una mujer muy casta, bonachona y que siempre busca el camino del bien.
Sin embargo, la protagonista es justo lo contrario, una chica que se rebela contra todo. Por eso le doy el contrapunto. Cuando pones a un personaje muy buenecico como el mío justo al lado de otra tan díscola, esto sirve para potenciar mucho más su rebeldía y mostrar mejor su personalidad.
¿Por qué crees que la obra gustó tanto al jurado de Almagro?
Tenían la opción de tirar hacia un lado más conservador o valorar una propuesta arriesgada. Afortunadamente se dio el segundo caso. ‘Caer para levantar’ no es un texto conocido -como pueda ser ‘El perro del hortelano’, que le suena a todo el mundo-, sino una obra casi desconocida del Siglo de Oro.
Nosotros además la hemos convertido en un musical, con un vestuario moderno tipo anime; hasta hay un demonio travesti (risas). Aunque, eso sí, siempre manteniendo el verso.
«El jurado apreció que presentamos una propuesta muy arriesgada»
Y eso impactó al jurado.
Creo que el jurado supo apreciar que una directora y un dramaturgo tan jóvenes, como son Laura Ferrer y Arturo Martínez Vázquez, eligieran un texto nuevo y mostraran cosas diferentes a las habituales. Los propios espectadores también lo entienden así; incluso dentro del caos que es la obra, te admiten que se lo han pasado genial.
¿Quizás el futuro del teatro clásico pasa por hacer adaptaciones de este tipo, sobre todo para un público joven?
Si queremos que el teatro del Siglo de Oro se mantenga, creo que hay que enfocarlo al público joven. Por supuesto, respeto a los directores que no quieren cambiar los libretos originales y prefieren poner solo a unos actores declamando; pero yo pienso que a la juventud le entra más por los ojos estas obras en verso, si las amenizas con canciones, un cuerpo de baile, etc.
¿Cómo es hacer teatro en tiempos de pandemia?
Pues a veces muy raro. En principio íbamos a estrenar la obra en el Festival de Almagro 2020, pero se suspendió por la covid. Así que nos tocó ensayarla por Skype. No imaginas lo que es eso, y más una pieza en verso como la nuestra (risas).
Aun así, siempre fuimos muy conscientes de que debíamos mantenernos activos incluso en la cuarentena. Porque en esta pandemia se han cancelado muchos proyectos, y no queríamos que nos pasara eso a nosotros.
«Durante la cuarentena nos pusimos a ensayar la obra por Skype»
¿Tienes algún otro proyecto entre manos?
En octubre empezaré una pequeña obra cómica de media hora de duración. Se llama ‘Popo, una historia de mierda’. El nombre ya lo dice todo, está claro que un drama no es (risas). La autora es una compañera de mi escuela.
También voy a hacer un curso de cámara este otoño, porque actuar ante cámaras es muy diferente al teatro. Ya he hecho algunos cortometrajes, pero quiero seguir aprendiendo.
¿Algún consejo final?
Ahora estamos viviendo una etapa de bastante incertidumbre en el sector y cuesta sacar proyectos adelante. Yo, dentro de lo que cabe, no me quejo, porque por suerte no he parado de hacer cosas. En este oficio la clave es no parar, y si no te sale nada te lo montas tú.