Un uso normal de las mascarillas recubiertas de nanopartículas de materiales antimicrobianos como la plata o el grafeno no supone un riesgo para la salud, como alertaron las autoridades canadienses el pasado mes de abril. Esta es una de las conclusiones de los investigadores del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche que han analizado el riesgo para la salud humana derivado del uso de este tipo de mascarillas utilizadas para la protección frente a COVID-19 o a cualquier otro patógeno. Los investigadores recomiendan, de hecho, que se fomente su uso dada su mayor eficacia frente a las mascarillas convencionales.
El estudio, publicado en la revista Archives of Toxicology, recoge toda la información pública disponible al respecto y han simulado la exposición a estos nanomateriales derivados de la utilización de las mascarillas recubiertas durante 2 u 8 horas diarias. También, han estimado cuál es la exposición mínima a estos nanomateriales que podría ser peligrosa para la salud humana y que pudiera causar toxicidad a órganos internos, reacciones alérgicas o toxicidad en el material genético de las células de la piel. Este análisis lo ha realizado los investigadores del Grupo de Investigación en Toxicología y Salud Medioambiental de la UMH Carmen Estevan, Eugenio Vilanova y Miguel Ángel Sogorb.
Los investigadores de la UMH explican que la eficacia de las mascarillas protectoras se incrementa si están recubiertas con algunos nanomateriales como plata o grafeno, ya que al efecto barrera de la fibra textil de la mascarilla se une el efecto antimicrobiano del nanomaterial que la recubre. No obstante, indican que existe cierta preocupación por el posible efecto sobre la salud humana de la exposición a estos nanomateriales y, de hecho, algunas instituciones relacionadas con la salud pública en Canadá y Estados Unidos lanzaron en abril de 2021 una alerta en este sentido a la Administación de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés).
La investigación determinó que la exposición necesaria para que se produzca cualquiera de estos efectos adversos es muy superior a la exposición que realmente se da mediante el uso normal de las mascarillas. Por lo tanto, los investigadores concluyen que la aparición de efectos adversos es extremadamente improbable, que estas mascarillas son seguras para la salud humana y que se debería promover su uso, dada su mayor eficacia frente a las convencionales.
Asimismo, los investigadores del Instituto de Bioingeniería de la UMH recomiendan que se deba incluir en el etiquetado de las mascarillas, las características físicas de los nanomateriales que las recubre, lo que permitiría hacer estudios más exhaustivos sobre su efecto en la salud y, de esta manera, garantizar un consumo seguro de estos materiales de protección.