Guardando un símil apreciable con la novela ‘La Catedral del Mar’ de Ildefonso Falcones, la iglesia de Santa María mantiene vivo su proyecto de rehabilitación gracias a la unión de un pueblo, en aras de mantener su patrimonio a salvo. Esta rehabilitación, necesaria por el precario estado del templo, se lleva a cabo por la voluntad de un grupo de ‘rabaleros’ dirigidos por el arquitecto José Miguel Esquembre.
Historia
Esta iglesia fue construida entre finales del siglo XV y principios del XVI y en ella se conjugan diferentes estilos arquitectónicos. El Gótico Valenciano se funde con el Gótico tardío, presente en la planta de salón y las bóvedas de crucería compleja. Éstas presentan nervios principales (o terceletes) además de ligaduras secundarias que sujetan la cubierta.
Las cimbras formeras que nacen del altar lucen arcos góticos apuntados que a continuación mutan en arcos de medio punto. Estas expresiones arquitectónicas denotan el paso del Gótico al Renacimiento, el cual aterrizó en Villena durante el siglo XVI. De esta época renacentista el mejor exponente de la infraestructura es el arco que da acceso a la sacristía, mientras que la portada barroca presenta igualmente interés patrimonial.
El colectivo ‘Amigos de Santa María’ lleva adelante el proyecto de conservación de la Iglesia del Rabal
Primera fase
Tras la Guerra Civil Española, la cubierta del templo se vino abajo. Gracias al esfuerzo de toda la ciudadanía se consiguió reconstruir este símbolo del patrimonio villenense. Ese mismo espíritu ha movilizado a los ‘Amigos de Santa María’ para evitar que, ochenta años después, la historia se repita en el corazón del Rabal, donde el deterioro progresivo del edificio ya no admite prórrogas frente al tiempo.
La primera fase de la reparación ha permitido actuar sobre el 25% de la cubierta principal, a la que se han unido otra serie de actuaciones menores como la sustitución de bajantes y canalones. Con ello se consiguen eliminar parte de las humedades aparecidas en las capillas laterales del ala este. El presupuesto de la primera fase ha sido de 45.000 euros, los cuales se han conseguido gracias a las aportaciones conjuntas del ayuntamiento y la Iglesia, así como de particulares y empresas locales.
Como ocurriera en la Guerra Civil, el templo se reconstruye gracias a la colaboración altruista de la ciudadanía
Segunda fase
Según informa el arquitecto del proyecto, “el objetivo es poder dar continuidad a las acciones de rehabilitación en el templo”. Se pretende actuar sobre el resto de la cubierta principal, impermeabilizando y resolviendo la cobertura de teja árabe. Con ello se igualará la totalidad de la cubierta con “teja vieja”, tal y como exige el Plan Especial del Casco Histórico. Igualmente, necesaria es la actuación sobre las cubiertas de las capillas laterales que dan a la calle Hermanos Maestros Sánchez Griñán.
La segunda fase supone una inversión de 70.000 euros, para la que ya se ha solicitado una subvención a la Diputación Provincial de Alicante. Las actuaciones no finalizan aquí puesto que el edificio padece de humedades en los muros laterales que dan a la calle Maestros Griñán. Es necesaria también la restauración del forjado superior, bajo las campanas, así como la consolidación del arco principal del altar mayor.
El estado de la cubierta, de «necesidad extrema», se ha visto ya rehabilitado en un 25% de su totalidad
Imaginación y solidaridad ciudadana
Frente a la falta de liquidez para acometer las actuaciones necesarias de reparación, diferentes personas han ofrecido soluciones elocuentes y altruistas. Unos de ellos han sido Ana Mary Aliaga y Paco Gisbert, quienes han donado los 600 euros de la recaudación de un libro de fotografías. ‘Blanco*enVillena* y Negro’ es el título de esta obra que recoge testimonio gráfico de la nevada registrada en nuestra localidad el pasado año.
La campaña que más está dando que hablar es la denominada ‘Un Pedro Marco por 5 euros’. Con ella se va a sortear un lienzo del reconocido pintor villenense entre los participantes en una rifa, cuyos boletos tienen ese coste: cinco euros. Una obra que lleva por título ‘Mi templo’.
Este cuadro, pintado para la ocasión, plasma el pasado y el futuro de Santa María a través de unos arcos sin bóvedas, que muestran el desastre ocurrido en el templo durante la Guerra Civil. Un lienzo de 102×73 centímetros donde el artista refleja, con su particular estilo, la caída de la cubierta y la reconstrucción actual iniciada desde el pueblo, para salvaguardar su patrimonio histórico.
La venta de papeletas para la rifa del cuadro se mantendrá activa hasta el sorteo, que tendrá lugar de forma pública el día 21 de diciembre. El objetivo de la agrupación es alcanzar la venta de 5.000 papeletas. De esa forma se podrá mantener activo el proyecto de restauración, a la espera de que se puedan recibir futuras subvenciones al respecto, que pueden llegar tarde al templo.