El pasado 12 de diciembre un centenar de vecinos procedentes de todo el Medio Vinalopó se manifestaron en la plaza de la Constitución de Elda. El motivo, la creciente oleada de empresas que han fijado sus ojos en la comarca para instalar plantas fotovoltaicas.
Este fenómeno comenzó en Villena, cuyo Ayuntamiento ha llegado a recibir hasta 34 solicitudes empresariales de este tipo. Ahora parece que estas sociedades están poniendo sus ojos un poco más hacia el sur. El Consistorio eldense ha recibido ya ocho propuestas para su término municipal, si bien las macroplantas solares que se pretenden ubicar en Salinas y Monóvar serían todavía más grandes, superando las 600 hectáreas.
“Estas empresas están interesadas en nuestro suelo porque es barato, pero en realidad la energía producida irá a las poblaciones de la costa.” nos indica Javier Rodríguez, miembro de la plataforma ‘Stop Plan Solar Vinalopó’.
Impacto medioambiental
Esta agrupación ciudadana está formada por vecinos de la comarca, algunos de los cuales residen en zonas colindantes con los terrenos donde se colocarían estas instalaciones. Ellos denuncian que su implantación generaría un impacto medioambiental muy nocivo para la zona.
“Son muchas las especies de aves y mamíferos que viven en nuestro valle. Al perimetrar estos terrenos, les cortamos sus zonas de paso. Si encima los llenan de placas y echan herbicidas sobre el suelo para que no crezca vegetación que conlleve riesgos de incendio, nos cargamos el ecosistema y hasta podríamos contaminar los acuíferos” nos asegura Rodríguez.
Según su parecer, incluso aumentarían los riesgos en caso de lluvias torrenciales. “Para instalar estas placas es preciso allanar y compactar el suelo, por lo que se vuelve menos impermeable. Por esta zona pasan ramblas y riachuelos que me temo pueden acabar reventando” aduce.
Además, las macroplantas supondrían la implantación de cables eléctricos para transportar esta energía hasta la subestación de transformación energética en El Guirney (Petrer). “Estos tendidos de media y alta tensión pasarían por la Sierra del Caballo, el santuario íbero de El Chorrillo o el Pantano de Elda. Son parajes que están protegidos” se lamenta.
La plataforma denuncia el impacto medioambiental negativo que tendrían estas plantas
Zonas rústicas
Desde la plataforma Stop Plan Solar Vinalopó nos aseguran que no son contrarios a la energía solar, pero exigen que estas centrales fotovoltaicas se instalen en polígonos industriales y no en suelo rústico. “Ellos los llaman ‘huertos solares’, pero aquí no se cultiva ningún alimento sino más bien se vallan y hormigonean los terrenos. En Alemania estas placas se instalan en techos de fábricas” argumentan.
En España existen menos limitaciones que en otros países europeos a la construcción de este tipo de instalaciones. El decreto 413/2014 especifica que para la implantación de aquellas plantas que superan los 50 MW, como en algunos casos proyectados en el Medio Vinalopó, aparte de las autorizaciones del ayuntamiento pertinente o la Generalitat también es necesario el visto bueno por parte del Gobierno nacional.
El Ayuntamiento de Elda ha emitido informes o declaraciones negativas de las 8 plantas proyectadas
Debate en el Senado
Por ello este asunto ha llegado incluso hasta el Senado a través del senador Carles Mulet. “Algunos de estos proyectos parecen bárbaros, totalmente sobredimensionados a las capacidades del territorio. Me recuerdan a aquella época cuando llegaban los especuladores a los municipios para ocupar metros y metros cuadrados a su antojo”, nos manifiesta.
Mulet ha reconvertido en una pregunta al Gobierno las propias alegaciones que los vecinos han presentado ante la Conselleria de Economía Sostenible y Sectores Productivos. El plazo de 30 días hábiles para responder finaliza en enero. “Supongo que recibiré la típica respuesta genérica y echando balones fuera, pero al menos esto servirá para meter presión. Que vean que estamos encima” nos indica.
El senador demanda que el Ministerio de Industria elabore un mapa nacional definiendo donde pueden ubicarse estas centrales energéticas. “Son proyectos que siempre generan mucha gente en contra, pero también a favor como los beneficiados por la compra de sus terrenos o incluso los ayuntamientos que cobran el canon a las empresas. La ley debería evitar que todo acabe dependiendo de que el alcalde de turno sea una persona sensible con el terreno o no” opina.
El tema ha llegado hasta el Senado a través de una pregunta al Gobierno
Compromisos políticos
El 14 de diciembre la plataforma Stop Plan Solar Vinalopó mantuvo una reunión con el alcalde Rubén Alfaro y varios concejales del Ayuntamiento de Elda. Respecto a los ochos proyectos energéticos propuestos para el término municipal eldense, Eduardo Timor (edil de Urbanismo) les confirmó que “desde la Concejalía se han emitido informes negativos sobre dos, y declaraciones de compatibilidad urbanísticas negativas para los otros cinco”.
Timor también les aseguró que exigirán a los promotores que todas las líneas energéticas vayan soterradas por un único corredor. Así mismo les indicó que el PGOU no contempla la instalación de estas plantas en suelo no urbanizable, pero admitió que “se trata de una cuestión supramunicipal porque las competencias están en manos de la Generalitat y del Gobierno”.
Los vecinos demandaron también un mayor compromiso con la protección de los parajes naturales, especialmente en torno al río Vinalopó, y que el futuro energético sostenible del municipio se convierta en uno de los pilares del Plan Elda 2030.
Finalmente todas las partes acordaron llevar el tema a un futuro pleno municipal, para tratar de aprobar una moción conjunta firmada por todos los partidos políticos.
Frente común
En la citada reunión Alfaro se comprometió además a iniciar contactos, tanto con la Generalitat como con los demás ayuntamientos de la comarca, para “establecer una posición común”.
Lo cierto es que ya este mismo otoño han comenzado las obras para construir dos instalaciones fotovoltaicas por las zonas de Salinetes y El Rebentó, entre los términos municipales de Petrer y Novelda. Se trata, eso sí, de plantas de dimensiones reducidas, sobre todo en comparación a otras de las proyectadas en la comarca.