Antiguamente, en la Parroquia de El Salvador, se celebraba una tradición navideña que consistía en representar la adoración de los Reyes Magos a Jesús a través de unos niños vestidos de ángel que cantaban alrededor del altar. Corría el año 1957 cuando a un grupo de amigos mutxamelers vinculados a dicha iglesia se les ocurrió dar un paso más allá y sacar esta costumbre a la calle.
Así surgió la primera Cabalgata de Reyes, gracias a este grupillo compuesto principalmente por José Aracil, Manuel Ramos, Fernando Esplá y Antonio Arberola. Dado que algunos eran carpinteros o pintores, fueron ellos mismos quienes construyeron las cuatro primeras carrozas que desfilaron representando al Nacimiento y a los tres Magos.
Primeros años
“En aquella época no tenían subvenciones municipales. Aprovechaban cada recurso al límite, hasta el punto de que se pasaban todo el año recogiendo papeles de plata, de los que venían en las chocolatinas, para poder hacer las estrellas de las carrozas” nos cuenta Lorenzo Giner, presidente de la Comissió Cavalcada Reis Mags i Pessebre.
Durante estos años fue posible pues sacar adelante la Cabalgata cada año gracias al incansable trabajo de estos pioneros. También a la generosidad de los vecinos del pueblo que les hacían donativos y de los comerciantes que les regalaban restos de materiales que ellos hábilmente sabían reutilizar.
Con el paso de los años fueron aumentando el número de escenas bíblicas representadas. Una de las primeras carrozas que se añadieron a las originales fue la del rey Herodes.
La actual comisión organizativa se fundó en 1994
Se crea la comisión
El número de voluntarios aumentó conforme la Cabalgata se consolidaba como una tradición en el pueblo. Eso sí, hasta 1994, con Fernando Ripoll como alcalde, no se constituyó la comisión organizativa y se redactaron los primeros estatutos.
En un primer momento se determinó que la organización de la Cabalgata estuviera ligada a la de los Moros y Cristianos, por lo que quedó José Santacreu como presidente de ambas comisiones. Años después se ‘independizó’ de las fiestas, siendo nombrado Francisco Forner presidente propio de la Comissió Cavalcada. Desde 2015 le sucede en el cargo Lorenzo Giner.
Los miembros actuales de la Comissió recuerdan entre risas algunas divertidas anécdotas, como cuando hacia finales de los años 80 una carroza con antorchas se prendió fuego cuando desfilaba a la altura del Convento de Sant Francesc.
“Durante una época, cuando aún no había baterías, tenía que estar alguien enchufando y desenchufando las carrozas continuamente a las farolas cada vez que avanzaban para que pudieran tener electricidad. Se pasaba toda la cabalgata con los cables en las mano” nos comenta José Díaz, uno de los colaboradores más veteranos.
En una cabalgata se incendió una de las carrozas a la altura del Convento
Manteniendo su valor
Quizás aquello que más define a la Cabalgata de Mutxamel respecto a otras localidades es su rigor religioso e histórico. Aquí solo se representan escenas bíblicas, como si fuera un belén viviente. Por tanto no desfilan carrozas publicitarias de películas infantiles, centros comerciales, refrescos, etc.
Aquellos amigos pioneros quisieron hacerlo así y su voluntad siempre ha sido respetada por quienes les han sucedido. Incluso todavía se mantiene su mismo recorrido original desde el barrio del Ravalet hasta las calles del centro urbano.
“Durante los primeros años Manuel Ramos era quien se encargaba de elegir a los personajes que desfilaban. Era un hombre muy escrupuloso, e incluso les hacía un casting a los voluntarios porque él consideraba que cualquiera no podía desfilar. Le debemos mucho de la esencia que tiene esta cabalgata” nos indica Lorenzo Giner.
Otra tradición que se mantiene todavía actualmente es que el cartel oficial se elige entre propuestas elaboradas por niños del municipio, y no por ilustradores profesionales.
Continúa manteniendo su esencia histórica de representar escenas bíblicas
Relevo generacional
Actualmente la Comissió está formada por unos quince miembros. Uno de los más jóvenes es su secretario Fernando Ruzafa. “Yo soy músico y me encanta la Navidad, así que ya desde pequeño me he sentido siempre muy atraído por la Cabalgata y salí varias veces de pastorcillo. Ahora me encargo del papeleo y la organización” nos comenta.
El tesorero Alejandro Castillo también es de su misma generación. “Yo he representado casi todos los papeles ya. He desfilado de pastor, panadero, paje, San José… y la última vez de Herodes en 2019. He pasado mucho frío en la cabalgata, pero siempre me he divertido muchísimo” nos cuenta.
Los miembros de la comisión piden más colaboración de los vecinos del pueblo. “Necesitamos gente joven voluntaria, porque muchos nos hemos ido haciendo mayores y ya no tenemos la fuerza del pasado” nos admite José.
Declaración de Interés Turístico Provincial
El último gran logro para la Comissió ha sido el conseguir la ansiada declaración como ‘Fiesta de Interés Turístico Provincial’ por parte de la Generalitat, tal y como se hizo oficial este pasado verano. Para ello fue necesario realizar una ardua labor de documentación que justificase la relevancia histórica que tiene esta tradición. “Estamos muy contentos, pero no nos conformamos y ahora vamos a por la declaración de interés autonómico” nos confirman.
La pandemia de covid-19 provocó que el pasado año, por primera vez desde 1957, no pudieran desfilar los Reyes Magos por las calles de Mutxamel. En su lugar se organizó una especie de campamento base en el Parque El Canyar de les Portelles donde los niños podían ver a Sus Majestades.
Este próximo 5 de enero por fin regresará esta histórica Cabalgata al municipio. Las restricciones sanitarias todavía obligarán a efectuar algunos cambios, pero a buen seguro mantendrá la esencia que lleva arrastrando en sus 65 años de historia.