Nada de lo que ha ocurrido en el mundo durante los últimos dos mil años -y, en realidad, desde que el ser humano comenzó a hacerse las preguntas más trascendentales- puede explicarse sin recurrir a la religión. Las creencias en dioses y seres superiores fueron las que, durante siglos, dieron respuesta a todo; pero la evolución de la ciencia puso en entredicho muchos de los dogmas sobre los que se fundamentaba la vida y eso obligó a las religiones a encontrar otras formas de transmitir sus mensajes.
Pese a ello, miles de millones de personas en todo el planeta siguen procesando su fe en una determinada religión cuyas enseñanzas, a su vez, determinan en buena medida el comportamiento diario de los individuos y, por extensión, de sociedades enteras. Por ello, no es de extrañar que hace 25 años la extensa colonia noruega de l’Alfàs del Pi creara la Sjømannskirken Albir, un templo en el que reunirse y seguir en contacto con su forma de entender la religión.
La Sjømannskirken Albir fue inaugurada un 13 de octubre de 1996 y su función va mucho más allá que el meramente religioso
Origen marinero
Alrededor del 69,5 por ciento de la población noruega pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana de aquel país, aunque muchos de ellos se confiesan miembros no practicantes. En su ordenamiento, el Estado apoya a la Iglesia y es el rey quien nombra a los clérigos. Sin embargo, está garantizada la libertad religiosa completa y existen grupos protestantes y católicos que representan al 4 por ciento de la población.
En esa organización juegan un papel muy importante las Sjømannskirken como la que opera desde hace un cuarto de siglo en l’Albir. Su traducción literal sería la Iglesia de los Marineros, pero en realidad se trata de la red de iglesias noruegas en el extranjero, una organización religiosa que sirve a los noruegos y otros escandinavos que se establecen fuera de su país de origen.
Fundada en 1864, la misión de marineros noruegos, Sjømannsmisjonen, se estableció para garantizar la educación moral y religiosa de los marinos escandinavos, pero también para darles un respiro en el que un compatriota estuviera disponible para escuchar y prestar algo de atención. Hoy en día, las iglesias y su personal, junto con los pastores viajantes de todo el mundo, representan un centro de recursos para todos los noruegos que viajan internacionalmente.
El templo de la comunidad noruega da empleo en la actualidad a once personas
Centro Social
Las distintas Sjømannskirken atienden anualmente a alrededor de 700.000 súbditos noruegos a través de más de treinta iglesias y una veintena de servicios móviles distribuidos en treinta países de todo el mundo, algo a la que la segunda mayor colonia de noruegos no podía ser ajena.
Como explican muchos de los fieles que acuden al templo de l’Albir, la importancia de la actividad de las Sjømannskirken se extiende mucho más allá de su labor religiosa ya que se convierten “en un buen lugar para descansar. En ellas, uno puede leer los periódicos de casa, comprar comida noruega y hablar con otros compatriotas. Muchos noruegos que viven permanentemente en el extranjero utilizan las Sjømannskirken como una suerte de sedes sociales”, una labor que en l’Alfàs del Pi la iglesia complementa a la sede del Club Noruego.
Forma parte de la Sjømannsmisjonen, una asociación creada por los marineros noruegos en 1864
Desde 1996
Así, este mes de enero la Sjømannskirken Albir arranca el que será su 26º año en activo después de haber cumplido el cuarto de siglo el pasado octubre, una efeméride para la que los noruegos alfasinos contaron con la compañía del secretario general de la Red de Sjømannskirken, Jeffrey Huseby, quien viajó expresamente desde su país para esa importante conmemoración.
Sjømannskirken Albir “se inauguró el 13 de octubre de 1996, hace ahora 25 años. Un centro no sólo religioso, sino también cultural y social, que presta un gran apoyo para residentes noruegos de todas las edades”.
En sus dependencias se desarrollan “actividades y talleres culturales, deportivos, sociales, lúdicos y religiosos con el fin de generar convivencia y prestar apoyo social”. También ayudan “a personas vulnerables de todas las edades, ya sean turistas o residentes noruegos, y ofrecen servicios de asesoramiento, voluntariado o asistencia en emergencias”.
Cambio en la dirección
La Iglesia Noruega de l’Albir se ha convertido, además, en un importante generador de empleo ya que cuenta a día de hoy con once empleados que, desde poco antes de celebrarse ese 25º aniversario, tienen en el pastor Peder Myren a su nuevo director, que lidera las actividades del templo junto a Gjerulf Kristoffer Noddeland.
De hecho, uno de los últimos ejemplos de la intensa vida social que se impulsa desde la Sjømannskirken Albir se produjo durante las todavía recientes fiestas de Navidad, cuando un año más, tras el parón obligado de 2020 a causa de la pandemia, celebró su tradicional feria de Navidad en la que los beneficios generados por todos los productos que se ponen a la venta se destinan a fines solidarios.