Durante los siglos XVII y XVIII, se dieron a conocer hombres que alcanzaron la popularidad y la fama, caracterizándose por ser ricos, a menudo caprichosos y extravagantes, todo esto gracias a la voz angelical que poseían… Sin embargo, detrás de estas voces puras y angelicales, existía un proceso quirúrgico doloroso llamado emasculación, proceso en el cual una parte de sus genitales eran removidos.
Fueron cantantes populares durante el Barroco, a los cuales se les sometía a una intervención quirúrgica -emasculación-, donde se les amputaban los testículos con el objetivo de que no pudiesen producir hormonas sexuales masculinas, las cuales son responsables de la muda vocal y así, desarrollar una voz aguda de soprano, mezzo-soprano o contralto…
Esta intervención debía realizarse entre los 8 y 12 años de edad, practicada por médicos o barberos. Estos niños, por lo general eran huérfanos o provenientes de familias pobres…
Charles Burney, autor del libro Viaje musical por Francia e Italia en el s. XVII, señala que a quienes practicaban estas intervenciones se les aplicaba la pena de muerte…
Además, agrega que los accidentes con caballos y enfermedades, eran las principales excusas que se les daban a familias pobres para convencerlos de someter a su hijo a este tipo de cirugía.
Antes de ser extraídos los testículos, se metía al niño en una bañera de agua caliente con una buena ración de ron u opio en su organismo, para aguantar el dolor…
En ocasiones se les aplicaba agua congelada en los genitales y se les oprimía las carótidas para sumirlos en un estado de semiinconsciencia, todo lo cual explica la alta tasa de mortalidad de estas intervenciones.
El momento en que sufrían la mutilación resultaba determinante para el desarrollo posterior del niño… Sin el aporte hormonal de la testosterona, los cambios naturales de la laringe se detenían, lo cual era el principal objetivo.
Su origen
La prohibición del papa Pablo IV fue bastante importante para el renacimiento de los “castrati”. Se dice que su origen proviene de la antigua Sumeria y el Imperio bizantino, hasta 1204 con la caída de Constantinopla…
La prohibición del papa establecía que las mujeres no podían actuar en los escenarios romanos, y es por esto que los castrati empezaron a encarnar personajes femeninos, gracias a la similitud femenina de voz y tono que estos poseían.
Grandes amantes
Dependiendo de la edad a la que estos personajes eran castrados, muchos de ellos podían desarrollarse de manera “normal”, con la posibilidad de tener erecciones y eyaculaciones sin espermatozoides -generalmente por haber sido sometidos a la intervención luego de los 10 años- diciéndose que eran los mejores amantes del mundo…
Muchas mujeres de la alta sociedad aprovechaban la imposibilidad de los castrati de producir espermatozoides, para solicitar servicios sexuales de ellos por tener “una mayor resistencia sexual” y mantener el entusiasmo “hasta el final”.
El resultado de las intervenciones quirúrgicas que se les elaboró a los castrati era una espectacular voz, combinando la potencia de un hombre, y la ligereza y capacidad de generar agudos como una mujer…