Entrevista > Luca Espinosa / Soprano y pianista (Crevillent, 11-septiembre-1978)
Crevillent es una mina inagotable de grandes voces para la música, y buena prueba de ello es Luisa del Carmen ‘Luca’ Espinosa Gil. Aquella niña que empezó en el coro se convirtió en todo un referente de la ópera y la zarzuela en las últimas décadas.
Formada en los conservatorios de Elche y Alicante así como en el Palau dels Arts de Valencia; la crevillentina ha llevado su voz a escenarios de España, Italia, Argentina, Chile o Taiwan. Cuenta además en su haber con varios prestigiosos premios a sus espaldas.
¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Cuando apenas tenía seis años me dio por decir que quería ser cantante de ópera y pianista. Mis padres alucinaron un poco, pero me apuntaron a la academia y al coro de Isamari Puig. Me acuerdo que ya por entonces yo quería hacer siempre los solos para destacar sobre el resto (risas).
La verdad es que aún hoy me sigo preguntando de donde me salió aquella idea. No fue por antecedentes familiares, pues mis padres regentaban una peluquería. Me compraron un vinilo de la zarzuela ‘Molinos de viento’ y unos casetes de María Pallas, y yo sentía que quería cantarlo.
«Hay pocos chavales interesados en aprender lírica, la mayoría quieren cantar pop»
También pudiste ser gimnasta, ¿no?
Sí, de niña practiqué gimnasia rítmica hasta que una profesora me dijo que debía hormonarme para competir a nivel nacional. Como me negué, hasta ahí duró mi carrera.
De todas formas, supongo que aquella experiencia me ha ayudado como soprano. El deporte enseña mucha disciplina y también a ser mejor persona y compañero.
¿Cuál fue tu debut profesional?
Pues podría destacar dos. De la mano del tenor crevillentino José Antonio Sempere debuté en la ópera ‘Rigoleto’ con unos quince años. Hice un papelito muy pequeño, pero para mí fue una pasada cantar junto a solistas de tanto renombre.
Y en zarzuela fue en ‘La tabernera del puerto’ como Abel, un papel muy tierno que recuerdo con gran cariño. Además la estrenamos en el antiguo Teatro Chapí de Crevillent.
«Durante esta pandemia muchos profesionales del sector hemos tenido que buscarnos otros empleos»
Se supone que pronto reabrirá el Teatro Chapí. ¿Qué te gustaría cantar aquí?
Pues no lo he pensado, pero cantar lo que sea en el nuevo teatro me haría una ilusión enorme. Siempre es un orgullo poder actuar en casa para tu gente. En Crevillent hay una cantera enorme de cantantes, y que menos que tener un teatro como dios manda.
¿Cuál dirías que es tu estilo musical?
A lo largo de mi carrera he hecho lo que me han ido pidiendo. Normalmente no eliges tú lo que te apetece, y además la voz va evolucionando. En Crevillent siempre he cantado mucha zarzuela, y en el Palau de les Arts óperas como ‘Salomé’ o ‘La novia vendida’. He hecho canción francesa, alemana, española, etc. Hay gente que incluso me ha llegado a preguntar si canto flamenco (risas).
Durante doce años canté ‘Carmina Burana’ con la compañía La Fura dels Baus, una etapa que recuerdo con muchísimo cariño. Es una obra grandísima y muy coral.
Para mí siempre ha sido muy importante Gloria Fabuel, mi profesora de canto en el Palau y de la que todavía aprendo cosas nuevas cada día. Es una profesional increíble, sabe llevarnos estupendamente a los cantantes.
Este otoño te vi en el ADDA actuando en ‘Carmen’ en el papel de Frasquita. Me impresionó mucho cómo hicisteis la escenografía… aún sin tener telón.
Esto de actuar en auditorios donde no hay telón es cada vez más habitual. Y me parece bien, lo de que te echen el telón lo veo un poco sobrevalorado. Hay que tener la mente abierta y adaptarse al sitio.
En esta obra yo sabía que todo iba a salir redondo. La escenografía fue ideada por dos grandes como son Daniel Bianco y Emilio Sagi. Eso sumado a que el director fue el gran maestro Josep Vicent, y a que también teníamos un nivelazo con mis compañeros solistas y la orquesta.
Después de lo mal que lo habéis pasado en el sector, por fin empezamos a recuperar las funciones…
Sí, menos mal. Durante la pandemia muchos profesionales tuvimos incluso que buscarnos otros empleos para subsistir. Yo misma trabajé de camarera este verano. Y una amiga que es de las mejores sopranos de España se metió de panadera en un supermercado.
Además de algunos compañeros que han pasado la covid y se han quedado mudos. Yo misma la pasé estas Navidades y todavía algunos días me noto ciertas secuelas en la voz. La tos es un horror para las cuerdas vocales.
«Me hace mucha ilusión poder cantar en el nuevo Teatro Chapí»
¿Qué obra te queda aún por hacer?
Muchísimas, pero ya voy teniendo una edad y hay que ir dejando paso a las sopranos jóvenes que están saliendo ahora y son buenísimas.
Sinceramente yo he nacido con un registro de voz que no es el que hubiera querido. Por ejemplo en ‘Carmen’ habría querido hacer de protagonista o en otras obras también me han atraído mucho los papeles de malvadas, pero eso no le va a mi voz.
Paralelamente a tu carrera sobre los escenarios también has sido profesora. ¿Crees que hay buena cantera en España para la ópera?
Pues te confieso que yo no estoy muy contenta en cuanto a la docencia que he tenido que desarrollar. En las academias entra un poco de todo, y casi nada en cuanto a lírica se refiere. Ahora la gente quiere cantar pop, sobre todo por la influencia de programas de televisión como Got Talent o La Voz.
Además algunas personas no entienden que esto es un proceso largo. Si me traes una niña de diez años, no puede ponerse a cantar Mariah Carey o Amy Winehouse en dos días. Y en piano ocurre lo mismo. Muchas veces los padres apuntan a sus hijos porque tienen trabajo y necesitan que estén ocupados, pero no siempre los niños tienen interés real por esta actividad. Eso se hace muy duro, me duele mucho que acabemos perdiendo el tiempo todos.