Director de una oficina de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo en Orihuela, Alfonso reflexionaba así entonces: “La gente ya no quiere esforzarse: antes viajaban en familia; ahora quieren el parque temático a la puerta de casa. Antes, los hijos se independizaban por primera vez yéndose fuera, a Alicante, a Madrid, a estudiar; ahora, que les pongan la universidad en la misma calle, si puede ser”.
A la vera del Segura nacía precisamente la primera de todas las universidades alicantinas, la de Orihuela. Teología, Leyes, Medicina, Cánones y Arte serán las materias a cursar en una institución con, desde el XVI, la primera biblioteca pública nacional. Dos claustros con refectorio (comedor), los del colegio-convento de Santo Domingo (XVI-XVIII), servirán de campus para la creación del obispo Fernando Loaces (1497-1568), operativa entre 1552 (o 1569, según fuentes) y 1835.
Un ramillete de instituciones
La imagen de su portada barroca, aparte, la iba a utilizar en los medios la universidad que se sintió heredera. Vale, recorramos siglos para llegar a una estampa muy de la época. El entonces ministro de Educación (hasta 1973), el valenciano José Luis Villar Palasí (1922-2012), más abundante séquito, inaugura en el antiguo aeropuerto militar de Rabassa (literalmente, cepa) el Centro de Estudios Universitarios (CEU) que dará lugar, desde octubre de 1979, a la actual Universidad de Alicante (UA).
Estamos a cuatro de noviembre de 1968, y aquí solo se imparten Ciencias más Filosofía y Letras. Queda mucho para las actuales seis facultades, dos escuelas (la Politécnica y la de Doctorado), 58 departamentos y dieciocho institutos de investigación del campus de Sant Vicent (bisagra entre esta ciudad y Alicante), más siete centros asociados. La UA conforma, junto a la Miguel Hernández (UMH), la Politécnica de Alcoy, las sedes de la UNED y el privado CEU Cardenal Herrera, la oferta universitaria provincial. Centrémonos en las públicas generalistas.
La UA abre sus puertas como CEU en 1968
La universidad descentralizada
Pudo haber una más, aparte de la UA, la UMH y la UNED: Castellón quedaba geográficamente fuera porque la idea era abarcar las llamadas comarcas centrales de la Comunidad Valenciana, la franja entre las provincias de Alicante y Valencia. El proyecto, de Esquerra Unida (EUPV), pretende una universidad pública descentralizada: estudios superiores casi a la puerta de casa. Y contaba con el decidido apoyo del Centre d’Estudis i Investigacions Comarcals Alfons el Vell.
La entidad, creada por el Ayuntamiento de Gandía en 1984, promociona investigación, divulgación de estudios científicos y realización de actividades culturales diversas de interés para Gandía y el resto de la comarca de la Safor, lindante con la Marina Alta alicantina. El proyecto se presenta el 27 de febrero de 1994. Muy oportunamente, porque el Consell aprueba el siete de marzo la ocupación de terrenos (72.000 m²) para el nuevo campus de la Universidad de Valencia.
En 1994 se presenta un proyecto de universidad descentralizada
Necesidades de expansión
El jurista y escritor Ramón Martín Mateo (1928-2014), rector de la UA desde 1985 a 1994, avisa en 1992 de la posible disminución de matrículas en los siguientes años, pero entonces brega con exceso de alumnado: si el campus sanvicentero podía albergar un máximo de veinte mil estudiantes, se rebasaban ya los veintidós mil y las previsiones inmediatas eran de treinta mil (26.005 en el curso 2020-2021).
Martín Mateo lanza ese mismo 1992 una serie de propuestas que, sin saberlo él, llevaban ya inscrito el germen de la futura Universidad Miguel Hernández. Además de un parque tecnológico, quiere ampliar espacios, como los campus de Sant Joan y de Orihuela. Estos, junto al de Altea, acabaron inscritos en la Miguel Hernández, que comienza sus clases, con Rectorado en campus ilicitano, el 3 de octubre de 1997, tras la Ley 2/1996, de 27 de diciembre para su creación. Un comienzo peculiar, aunque la UMH ha ido ganando su propio prestigio docente.
En Elche coincidirán UMH, UNED y la Cardenal Herrera
Estudios ilicitanos
Elche ya había luchado, y ganado, por la tenencia de estudios universitarios en terreno municipal. La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que abre puertas en 1972, auspiciada por Villar Palasí, comienza al año siguiente una política de expansión con la creación de centros asociados impulsados por iniciativas locales públicas y privadas. En tierras ilicitanas, acontece el nueve de octubre de 1976, con diez carreras más cursos de acceso. La UMH, con siete facultades y dos escuelas politécnicas, más un centro de idiomas, implementará una oferta que ya contaba desde 1994 con la privada Cardenal Herrera.
El enfrentamiento entre el economista cartagenero Andrés Pedreño (rector de la UA entre 1993 y 2000) y su coterráneo Eduardo Zaplana (presidente del Consell entre 1995 y 2002), escenificado en el acto de apertura del curso académico del 4 de octubre de 1996, acabó en un decreto de segregación de facultades de la UA a la UMH. Pero hoy las rivalidades devienen meramente académicas. La Miguel Hernández, con 14.982 estudiantes en 2019, la Universidad de Alicante y la Generalitat oficializaban en marzo del pasado año su ya patente colaboración cultural. Con la ciudadanía como principal beneficiaria.