El sector turístico lleva, como lo hace el resto de la sociedad, encadenando tres ejercicios en los que todo parece confabular en su contra. Primero, fue la pandemia, que se cebó con todos los ámbitos de la principal industria de la región y muy especialmente con la hostelería. Ahora, y sin saber todavía muy bien qué repercusión final tendrá sobre un verano, que se presumía histórico en cuanto a ocupación, la puntilla puede llegar con la guerra de Ucrania.
La situación es muy preocupante. El sector turístico de la Comunitat Valenciana, especialmente en el ámbito de la restauración, tiene centrada su atención en los excelentes indicadores que apuntan a una temporada alta con registros históricos de ocupación y visitas, pero lo hacen con un ojo puesto en la guerra de Ucrania y otro en los portales de ofertas de empleo.
Tras la pandemia, la guerra de Ucrania y la falta de mano de obra amenazan de nuevo a la industria turística
Imposible cubrir vacantes
Los empresarios ven pasar los días, la llegada masiva de turistas se acerca, y apenas reciben currículums para cubrir sus demandas. Sólo en Benidorm se calcula que el próximo verano harán falta 3.500 profesionales de la restauración y desde Abreca, la asociación que engloba al sector, se teme que será imposible cubrir todas las vacantes.
Los motivos por los que se está produciendo esa sequía de profesionales son muy variados, pero Diego Salinas, gerente de Abreca, señala a los prohibitivos precios que alcanza la vivienda en las zonas turísticas, como el principal de ellos, aunque no el único.
Problemas y soluciones
Los propios empresarios reconocen que los horarios y las cargas de trabajo suponen un escollo muy importante que, unido a la temporalidad de muchas de las ofertas, provocan que el sector de la paquetería se haya convertido en una alternativa muy atractiva para muchos.
Para tratar de neutralizar todos esos condicionantes negativos, los empresarios hosteleros tratan de aunar fuerzas y mejorar su propia oferta cualitativa para ser capaces de ofrecer mejores condiciones laborales a sus empleados y, de esta manera, tratar de encontrar fuera de la región a los profesionales que no hallan en su propia tierra.
Sólo en Benidorm harán falta unos 3.500 camareros y todo lo que sea llegar a cubrir mil de ellos sería un éxito
Garantizar la vivienda
“Conocemos casos de personas que han ido a trabajar a Ibiza y han llegado a alquilar un balcón para dos”. Esa situación, al menos que se sepa, no ha sucedido en la capital turística de la Costa Blanca y los hosteleros están empeñados en que no ocurra en el futuro, algo para lo que ya se han puesto manos a la obra.
Para ello, han firmado un acuerdo con la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur) mediante el que aquellas personas que se desplacen a Benidorm para reforzar plantillas durante los periodos de máxima demanda, puedan disponer de alojamiento por doce euros por noche. Además, se ha puesto en marcha un portal de empleo propio, benijob.es, en el que se centralizará toda la oferta existente.
Los felices años 20
Salinas hace un símil histórico para explicar el motivo por el que se está produciendo este repunte en la demanda laboral turística. “Cuando la pandemia termine se espera un efecto rebote como el que se vivió tras la I Guerra Mundial con los famosos Felices 20. La gente va a querer viajar todo lo que no ha podido viajar y Benidorm es uno de los puntos estratégicos en ese sentido porque será uno de los primeros destinos que notarán ese repunte”.
En ese mismo sentido, el gerente de Abreca subraya que “pensamos que esta Semana Santa ya se podrá viajar y cada vez parece más probable que no sólo volvamos a las cifras que teníamos antes, sino que ese efecto rebote provoque un aumento en las mismas”.
El elevado precio de la vivienda en las zonas turísticas es el principal escollo para atraer a profesionales
Morir de éxito
Lo que algunos denominarían como un claro ejemplo de morir de éxito se ha convertido en un enorme quebradero de cabeza para los empresarios hosteleros de Benidorm. Allí, “todo lo que sea poder cubrir unos mil de esos 3.500 empleos ya sería positivo”. En otras palabras, a día de hoy se trabaja con la perspectiva de no poder cubrir dos tercios de las necesidades reales de un sector caracterizado, ya de por sí, por horarios infernales y cargas de trabajo muy elevadas.
En una coyuntura de crisis económica, aunque tan distinta a cuantas se han vivido en el pasado, resulta complicado comprender cómo es posible haber llegado a esta situación. Salinas atribuye a que la hostelería tiene competidores duros en lo que al mercado laboral se refiere.
La paquetería, dura competencia
“Históricamente ha habido diferentes fases. En su día, hubo mucha competencia con la construcción y ahora también con la paquetería, que asume parte de esa bolsa laboral y también se contó con la inmigración, que fue muy permeable a la hostelería”, explica Salinas.
Ahora que parece que el contador se ha puesto a cero y el sector está esperando que el semáforo se ponga en verde para reiniciar la carrera, “no sabemos dónde va a estar esa línea. La hostelería tirará de demanda y, dependiendo de los salarios que podamos barajar, así tendremos el tejido profesional. De momento, lo que estamos haciendo es un llamamiento a los profesionales de toda España para que sepan que en Benidorm no van a pagar en el alquiler todo lo que pueden ganar”.
El sector está apostando por mejorar la formación y, así, aumentar la calidad y ofrecer mejores condiciones laborales
Atraer y fidelizar
Una estrategia que no sólo se ciñe al corto plazo, sino que tiene las miras puestas más allá. Como explica Salinas, “si somos capaces de traer un mâitre de Valladolid que luego se quede a trabajar y a vivir aquí, estaremos subiendo la calidad del servicio en Benidorm”.
Una cuestión, la de la calidad, que hibrida directamente con la cada vez mayor exigencia en términos formativos lo que, a su vez, provoca una gran rotación de profesionales, algo que redunda en una buena remuneración. “Existe una gran concentración de demanda en muy poco espacio. Los buenos profesionales cambian mucho de empresa buscando mejores sueldos y eso hace, a su vez, que los mismos sean altos en Benidorm”.
Amplia oferta formativa
Como cabe esperar, esa apuesta por la calidad y la excelencia genera, a su vez, una alta demanda en el ámbito de la formación, una variable de la complicada ecuación de la que se encarga, en buena medida, el CdT Domingo Devesa, cuyo director, Francisco Juan Martínez, explica que su catálogo abarca desde los cursos más básicos hasta propuestas muy específicas y enfocadas a la excelencia como “un curso que acabamos de cerrar junto a Grandes Pagos de España. Una jornada con unos contenidos fantásticos que nos permitirán formar a los profesionales de sala y sumilleres en el ámbito de esos grandes vinos”.
Por lo tanto, según subraya Martínez, el problema no es “la falta de formación, sino la capacidad de atracción de personas a este sector” sobre el que pesa la losa de las largas jornadas, los horarios sacrificados y la difícil compatibilidad con la vida familiar. Algo que, explica el director del CdT, ha cambiado mucho. ”La hostelería ha cambiado mucho. No sólo en términos de formación, sino también en la remuneración y la consideración de la profesión. Y aunque sigue siendo un sector muy sacrificado, las jornadas y los salarios son ahora mucho mejores”.
Los hoteles estudian recuperar la perdida costumbre de reservar habitaciones para sus propios empleados
Falta capacidad de formación
Francisco Juan Martínez reconoce que la capacidad formativa actual no es suficiente para dar respuesta a la demanda laboral existente, por lo que ya en el primer estadio de esta compleja situación, se produce un importante cuello de botella. “Ahora que se está reactivando la actividad, pese a contar con una importante bolsa de profesionales formados, no damos abasto para atender toda la demanda”.
¿Existe capacidad de reacción? Dicho de otro modo, con la temporada alta llamando ya a la puerta, ¿hay tiempo para formar profesionales que puedan incorporarse al mercado laboral a partir de Semana Santa? Desde el CdT se asegura que sí. Martínez explica que “nosotros impartimos el Certificado de Profesionalidad básicos en cuestión de tres meses, un tiempo en el que se han realizado, incluso, las prácticas en empresas”.
Altísimo nivel de colocación
Francisco Juan Martínez, además, subraya que “como los alumnos realizan prácticas en las empresas en la parte final de la formación, los datos nos indican que el nivel de colocación en el mercado laboral es de un 96%”.
Una realidad que, si bien no con la misma intensidad, también se deja notar en otros sectores turísticos como el hotelero. Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, explica que “a nosotros nos afecta un poco menos que a la restauración porque la mayoría de los hoteles tienen plantillas de más de diez trabajadores y, por lo tanto, tienen la obligación, por convenio, de contar con un 70% del personal con contratos fijos”.
El nivel de colocación de los alumnos salidos de los cursos del CdT supera el 95%
Más de cinco mil vacantes en hoteles
Por lo tanto, es en ese otro 30% donde comparten desvelos con sus compañeros de la restauración. Montes explica que “en la Comunitat Valenciana, estaríamos hablando de que para la próxima temporada alta tendremos que cubrir entre cinco mil y seis mil puestos de trabajo”.
Otra de las grandes ventajas con las que parte el sector hotelero es su gran capacidad de respuesta al principal problema que señalan los restauradores: la falta de alojamiento a precio razonable.
Vivir y trabajar en el hotel
Aunque casi habían desaparecido en los últimos años, Montes explica que los hoteles han vuelto a apostar por las habitaciones de personal. “Además, habilitamos programas para que vengan jóvenes en formación y que quieran aprender español haciendo una estancia de tres o cuatro meses trabajando en un hotel”.
Un problema, como ya apuntaba Nuria Montes, que va mucho más allá de la capital turística de la Costa Blanca, tal y como confirma el empresario de la cadena MR Hotels de Dénia, Pepe Martín, es que ya el año pasado fue complicado encontrar personal y prevé que también será difícil ahora, de cara a Fallas y Semana Santa.
Según ha comentado, “falta de todo, desde camareros a cocineros”. No obstante, ha matizado que todavía es pronto, ya que será a principios de marzo cuando empezará a buscar personal.