Sabemos hasta ahora que a Pedro Zaragoza Orts (1922-2008) le debemos, a partir de sus sucesivas alcaldías (1950-1966), la creación podríamos decir que, del turismo moderno, y en cierta manera, con ello, del origen de la imagen del Benidorm actual, por mucho que se haya apartado un tanto del proyecto de Zaragoza.
Pero, ¿hubo turismo antes?, ¿o simplemente surgió todo con él? La respuesta viene dada por otro mito confirmado: aquel que marca el arranque ‘oficial’ del turismo benidormense. Un folleto, el primero.
El balneario
El pasquín en cuestión es de 1893, y anuncia nada menos que un centro turístico, en concreto el “Grande Establecimiento de Baños de Mar de la Virgen del Sufragio en el pueblo de Benidorm”, que además era “propiedad de Don Francisco Ronda y Galindo”, hoy de ignota biografía.
Este señala en el texto que, ante las familias visitantes “de Madrid, Alcoy y otras poblaciones del interior de España”, ha construido “un balneario que reuniese condiciones de comodidad y recreo, al par que economía”.
El establecimiento abría sus puertas hacia 1870
Impresión con solera
El anuncio estaba editado en 1893 en Alicante ciudad, en la desaparecida imprenta de Juan Esplá, de la que conocemos importantes publicaciones para la época, como los libros ‘Relación de los sucesos ocurridos en Alicante desde enero de 1844, en que tuvo lugar la rebelión del coronel Boné, hasta la entrega de la plaza’ (1887) o ‘La naturaleza al alcance de los niños. Tratado de lectura’ (1890), de José A. Hernández Molina, “profesor normal e inspector de primera enseñanza”.
Al pasquín, un folleto a una página, sin ilustraciones, negro sobre papel hoy amarillento, aunque restaurado, le faltan algunos cachos, al menos en la copia conservada (nos perdemos un horario de mañana de los “coches-diligencia diarios”). Y abunda en las bondades que ofrece el municipio: “en ninguna otra parte encontrarán clima más benigno, playas más deliciosas, alimentación más sana y barata y establecimiento balneario que reúna mejores condiciones”, por supuesto que “en el pueblo de BENIDORM (provincia de Alicante)”.
Menos veraneantes
El establecimiento, al principio de la playa de Levante, había comenzado su historia, en realidad, en 1870 según unas fuentes, e incluso a mediados del siglo según otras, pese a lo reciente de su construcción según el folleto. Aunque en documentos oficiales actuales, como por ejemplo el ‘Estudio previo de afección patrimonial’ del polémico ‘Plan parcial 1/1 Armanello’, adjudicado a principios de este siglo al empresario Enrique Ortiz (y denominado desde 2018 ‘Ensanche Levante’), se nos asegura esto: “inaugurado en 1893”.
Pero quizá la fecha de arranque no sea la del impreso. Francisco Amillo Alegre, en su blog ‘Histobenidorm’, ofrece una explicación muy atinada: al detectarse un descenso de veraneantes, Ronda tuvo que hacer “publicidad de su establecimiento”. Según dicha publicidad: “No dudamos, pues, que muchas de las familias que desde hace algunos años han dejado de favorecernos con su visita veraniega, acudirán otra vez a este hermoso pueblo, cuyas playas es sabido de todos, rivalizan con las mejores de España”.
La publicidad está motivada por el descenso de visitantes
Un municipio agrícola
Por entonces, hay olivos casi a la misma vera del mar, pero la playa es mayormente tierra baldía, que heredaban sobre todo las mujeres, aunque ya comienzan a salpimentar, aseguran las crónicas, los ‘xalets de la platja’, villas vacacionales en la playa de Levante (entonces de la Xanca). Y hasta se da, al margen del balneario para “aguas saladas”, alguna aventura hostelera, como La Mayora, desde 1865, en plena parada de diligencias.
Porque Benidorm (3.417 habitantes en 1887), a vista de daguerrotipo, se presenta fundamentalmente pesquera y agrícola. Incluso desde 1912 el tren de la Marina cruzará l’Horta, la huerta, donde además se observa, en apuntes fotográficos de fines del XIX, una abundancia de vides, en su mayor parte agostadas tras las epidemias de filoxera de principios del XX (hasta 1914). Al interior abundan las fincas, alguna abrazada a una torre de la huerta, aquellos intercomunicadores de amenazas posibles y hasta reales que lleguen del mar.
La Mayora, en 1865, es un primer apunte hostelero
Otras aportaciones
Así que 1893 quedaba ya inscrito como año fundacional. La propaganda del establecimiento de Francisco Ronda se reproducía en otro folleto, este ilustrado, ‘100 años de turismo, Benidorm’, comparando el municipio de 1893 con el de 1993. Cuatro páginas que noticiaban el establecimiento del ‘tren botijo’ (por el adminículo que calmaba la sed en aquellos interminables viajes) Madrid-Alicante (1858), aunque no se hable de la construcción de la carretera Alicante-Silla (1868) o la apertura de túneles y puentes del Mascarat, en 1885.
Obviamente, quedan fuera otras aportaciones al posterior desarrollo turístico benidormense. Como la posible propaganda por parte de aquellas familias autóctonas residentes en Cataluña y adscritas a un pionero ‘El Canfali’ (1883-1893), o las que marcharon a Argelia a principios del XX para traer en el alma otras costumbres con que enriquecer las propias, y también las ‘baguettes’ bajo el brazo (aquel pan francés, de origen vienés, estará llamado a triunfar por estos lares). En fin, como pedía el folleto: “Con que, a veranear, a veranear”.