Entrevista > Mercedes Peris Minguet / Deportista (Paiporta, 5-enero-1985)
Hace cuatro años que la valenciana Mercedes Peris, nadadora olímpica y campeona de Europa en 2012, se retiró del mundo del deporte. Desde entonces ha estado buscando un proyecto que le permitiese transmitir toda la experiencia adquirida durante veinticuatro años en las piscinas de todo el mundo.
¿Tuviste siempre clara tu pasión por la natación?
No, empecé en la natación como una actividad extraescolar del colegio Salesianos San Juan Bosco de Valencia. El centro escolar tenía piscina en sus instalaciones y decidí apuntarme simplemente para practicar deporte, relacionarme con otras personas y pasármelo bien, pero en ningún momento me planteé nada. No me imaginé que llegaría donde he llegado, ya que todo fue algo muy gradual.
¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?
Fueron muy bonitos y en los que disfruté muchísimo. Con apenas quince años me trasladé a Madrid porque en aquella época la situación para entrenar en Valencia era bastante complicada, teniéndolo que hacer en unos horarios que me complicaban mi vida diaria.
Desde entonces, he vivido en ciudades como Madrid, Barcelona y Tenerife con el objetivo de buscar siempre unas óptimas condiciones de entrenamiento que me ayudasen a cumplir mis objetivos deportivos.
«No me imaginé que llegaría donde he llegado con la natación»
Fuiste convocada por la Selección Española muy joven.
La progresión hasta llegar a la Selección Española fue un proceso muy natural. Pasé de competir en campeonatos provinciales a competir en autonómicos, y de competir en autonómicos a superar a las deportistas absolutas y, luego, de pasar de una mínima autonómica a una mínima nacional.
Con quince años la Selección Española me llevó a mi primer campeonato de Europa absoluto, que se celebró en el Velódromo Luis Puig de Valencia.
¿Cómo viviste esta primera toma de contacto?
Fue un punto de inflexión porque a partir de ese momento me empezaron a ofrecer la posibilidad de irme a la Blume de Madrid con el objetivo de llevar a cabo un entrenamiento más estricto.
Tras mi paso por el Europeo de Valencia, quedé campeona de España absoluta ese mismo año, un hecho que no era para nada lo más frecuente en aquella época. Esto hizo que despertase la atención de algunos profesionales del sector.
¿Qué destacarías de estos entrenamientos con la Selección?
Yo siempre he sido velocista y la verdad es que en la Selección Española estaban acostumbrados a meter mucha caña. Fue duro pero me curtió para poder seguir mi camino y saber lo que quería y lo que no.
Mi paso por la Selección Española en la categoría absoluta fue toda una experiencia para mí, porque realmente en aquella época los absolutos eran veteranos y yo llegué siendo una novata.
Con quince años participó en su primer Europeo absoluto
¿Cómo llegas con poco más de veinte años a participar en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008?
Me surgió la posibilidad de entrenar con Carlos Carnero en 2004. Esto fue un cambio radical en mi carrera deportiva porque era un entrenamiento mucho más serio y enfocado a preparar unos Juegos Olímpicos.
Fueron cuatro años de trabajo súper duro e intenso, de estar lejos de la familia, de llegar a los límites y superarme a mí misma cada día. Me costó bastante pero lo volvería a repetir millones de veces.
¿El año previo a los JJ.OO. fue difícil?
Fue uno de los mejores años de mi vida. Ese año me fui a vivir a Tenerife con rutinas de entrenamiento de hasta nueve horas diarias. Tenía tal fortaleza mental y tan claros cuáles eran mis objetivos que me daba igual que estuviese enferma o cuáles fuesen las condiciones meteorológicas, no había obstáculo que se pusiera en mi camino. Ya cuando conseguí la marca mínima para participar en los Juegos Olímpicos sentí una felicidad plena.
¿Qué recuerdas de tu paso por Pekín?
Significó todo para mí, era hacer un sueño realidad. Han pasado un montón de años desde entonces pero jamás olvidaré esta experiencia en la que pude compartir vivencias con deportistas de la talla de Rafael Nadal o Pau Gasol, así como conocer en persona al jugador de baloncesto Kobe Bryant o comer al lado del nadador Michael Phelps.
«En 2004 decidí prepararme para las Olimpiadas de Pekín»
Competiste en la prueba de 100 metros espalda, ¿te quedaste satisfecha con el resultado?
Satisfecha como tal no porque podría haber obtenido un mejor resultado si hubiese llegado bien físicamente, pero no había descansado lo suficiente y la compensación del trabajo no estaba como tenía que estar. Yo lo sabía antes de competir pero decidí darlo todo y disfrutar de cada momento. Al final me quedé a las puertas de la semifinal.
Una vez finalizados los JJ.OO. tocó volver a Valencia, ¿cómo viviste ese regreso?
Los Juegos Olímpicos te cambian, hacen que te sientas diferente porque has ganado una experiencia que muy pocas personas pueden lograr.
A todo deportista, después de una cita de semejante envergadura, le entra un pequeño bajón anímico, por ello, es fundamental seguir buscando nuevos objetivos y luchar por ellos. En mi caso fue ir a los campeonatos de Europa, del Mundo y, por supuesto, intentar repetir en unas Olimpiadas.
Precisamente, un par de años después, te hiciste con importantes medallas en campeonatos europeos y mundiales, ¿cuál era tu preparación diaria para seguir manteniendo ese alto nivel deportivo?
Tras mi paso por Pekín decidí cambiar de entrenador, poniéndome bajo las enseñanzas de Jordi Murio, ya que necesitaba un cambio de aires. Mantuve mis rutinas de entrenamiento de unas ocho horas diarias.
Por la mañana hacíamos dos o tres horas de entrenamiento en agua, una hora de entrenamiento físico y un circuito de core. Por la tarde podíamos volver a meter otras dos horas de agua y dos horas de gimnasio. Eran jornadas muy duras pero las suficientes y necesarias para tener un rendimiento alto.
«A todo deportista, después de los JJ.OO., le entra un bajón anímico»
¿Volviste a repetir experiencia olímpica?
Podría haberlo hecho pero justo una semana antes del campeonato de España, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, cogí una gastroenteritis aguda muy fuerte que me hizo perder cinco kilos.
El día de la competición sólo pude comer arroz blanco y, por desgracia, me quedé a siete centésimas de la mínima para participar en dichos Juegos. Fue muy duro pero continué luchando para volver a participar en la siguiente edición.
¿Y lo conseguiste?
No. Aunque todo lo que hago como deportista lo he hecho dando el cien por cien de mí, como los ciclos olímpicos son periodos de cuatro años, la motivación empezó a disminuir un poco. A la hora de participar en algunas competiciones me pesaba más y, aunque no bajé el rendimiento, no conseguí la marca mínima para las Olimpiadas de Río de Janeiro de 2016.
Por unas circunstancias o por otras, hay veces que se consiguen las cosas y otras que no, así es la vida y el deporte.
Hace cuatro años anunciaste tu retirada del mundo del deporte, ¿qué te motivó a ello?
Fue realmente por la falta de motivación de la que estamos hablando. Personalmente me entusiasmaba la idea de participar en los campeonatos de Europa, en los campeonatos del Mundo y en los Juegos Olímpicos, pero el día a día me pesaba bastante, especialmente con las competiciones preparatorias.
¿Fue difícil tomar dicha decisión?
Un poco, pero creo que hay un momento en el que tu cabeza y tu cuerpo te dicen que hasta aquí has llegado y así fue. Podría haber continuado más tiempo porque me retiré siendo campeona de España, podría haber participado en el Europeo, pero la motivación ya no era la misma, quería cambiar de aires y compartir lo que había aprendido durante tantos años.
Me retiré a la misma vez que mi marido y la verdad es que tener su apoyo fue muy importante para mí.
«Hay un momento en el que tu cabeza y cuerpo te piden parar»
¿Lo echas de menos a día de hoy?
Echo de menos competir en las competiciones importantes, el poder viajar a otros países y el disfrutar de los compañeros. Eso es lo que me falta. Cuando veo las retransmisiones de los Juegos Olímpicos siento una envidia inmensa, porque lo viví con tanta intensidad que me encantaría poder volver a repetir la experiencia.
Analizando tu trayectoria, ¿estás satisfecha con tu carrera?
Por supuesto, muy satisfecha. Sí que es verdad que tengo la espinita de no haber ganado una medalla en el Mundial de Barcelona de 2013. Trabajé mucho para conseguir una medalla pero finalmente quedé en quinta posición, eso todavía me pesa a día de hoy.
Pero bueno, satisfecha en definitiva porque he disfrutado mucho y siento que he podido decidir lo que quería y lo que no.
¿A qué te dedicas desde entonces?
Desde que me retiré he intentado buscar algo que me llenara de la misma manera. Así descubrí la importancia que tienen los niños para mí y que quería poder compartir, especialmente con ellos, todos los valores que me ha proporcionado la natación.
En una sociedad como la actual, marcada por la pandemia y la guerra, me parece algo esencial y eso me ha llevado a crear la Asociación Merche Peris (AMERIS).
«Desde que me retiré he intentado buscar algo que me llenara tanto como la natación»
¿Cuáles son sus objetivos?
Es una asociación sin ánimo de lucro que he creado recientemente con el objetivo de luchar contra las desigualdades sociales a través del deporte. Aquí lo importante no será tanto el rendimiento deportivo, sino que cada una de las personas que formen parte de la asociación puedan vivir en su propia piel todos estos valores que me han hecho crecer como persona.
¿A quiénes está dirigida?
A toda aquella persona que necesite un ambiente en el que se sienta protegida y empoderada. Me gustaría poder llegar a muchísimas personas, por ejemplo a niños con cáncer, a niños que sus padres no tengan recursos para hacer actividades extraescolares, a la gente mayor que lo ha perdido todo, a mujeres maltratadas…
Realizaremos diferentes proyectos porque no solo será deporte. Lo importante es que ayude a crear una sociedad mejor. Por ahora estamos en contacto con diferentes ayuntamientos y de momento hay mucho interés.
Palmarés internacional
Tras su paso por los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, en los que ocupó la vigesimoctava posición, ganó una medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Natación y otra medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Natación en Piscina Corta, ambas en 2010. Dos años más tarde ganó una medalla de oro en el Campeonato Europeo de Natación.