Tienes el estómago revuelto de tanta fiesta y decides tomarte una manzanilla. Pero te olvidas de dónde estás: en plena Feria de Abril, en Sevilla. Pides lo que piensas que va a ser una infusión y se te plantan: “¿No es muy temprano para tomar una manzanilla?”.
Y tú que te obcecas en que sí. Se te encogen de hombros y te sirven: copita de vino blanco y seco, de uva palomino, envejecido bajo una capa de velo de flor (levaduras). Pues adentro.
De la ganadería al jolgorio
Surgida como feria ganadera, en 1847, derivada en el jolgorio de alcance global de la actualidad, las celebraciones fueron declaradas de Interés Turístico Internacional en 1980.
El modelo se ha extendido a España y más allá, básicamente debido a dos motivos, a veces combinados: las sucesivas emigraciones andaluzas y el interés por el baile de las sevillanas, que prácticamente nacieron, en su concepción más moderna, en la feria. Es la danza, precisamente, la que instauró la fiesta en Torrevieja.
La fiesta torrevejense nacía oficialmente en 1987
A orillas del Mediterráneo
Como muchas celebraciones más o menos modernas a lo largo del orbe, la Feria de Sevillanas de Torrevieja germinó a partir de un grupo de amigos que seguramente no imaginaban hasta dónde iba a llegar la iniciativa, más cuando a partir de 1987 nace oficialmente la llamada a ser una de las más importantes celebraciones, réplicas de la sevillana, a orillas mediterráneas. Se espeja en las originales, con casetas, gastronomía, cantos y, por supuesto, sevillanas.
Las de Sevilla se celebran al menos una semana después de Semana Santa, a ser posible con días en abril, para darle razón al nombre, aunque este año de retorno se han programado del uno al siete de mayo.
En Torrevieja, siempre después: este año, del once al quince de mayo, con nada menos que veintidós casetas y un gran escenario en el recinto del puerto. Eso sí, no será la única en nuestra provincia, donde disfruta de gran difusión.
También el Elche
La Comunidad Andaluza-Casa de Andalucía de Elche, como ejemplo, generada originalmente desde las barriadas de Carrús y San Antón, aunque ahora -la demografía manda- extendida a toda la ciudad, posee desde 2007 su propia Feria Andaluza, en el aparcamiento de Candalix desde finales de abril a principios de mayo.
Jolgorio, casetas, alegría, más gastronomía típica, cante y baile flamencos y doma de caballos. Una Feria de Abril más pequeña pero no menos nutrida que la sevillana.
También se festeja en Elche, Pilar de la Horadada o Rafal
Tablao de lo más auténtico
En ocasiones, surge la excepción: en el castigado barrio-pedanía aspense de Montesol, literalmente retrepado sobre una ladera, antes de alcanzar la ciudad si venimos desde Elche junto al barranco dels Arcs, la celebración es a principios de octubre (como Torrevieja en 2017).
Una procesión mañanera con convite a mitad de recorrido se añade a lo anterior, en unos festejos que nacieron con la propia urbanización, con medio siglo de vida, escondiendo en sus entrañas un tablao de lo más auténtico.
Participación masiva
Las citas sevillanas no terminan aquí: aparte de Torrevieja, Elche o Aspe, no habrá que olvidarse, por ejemplo, de Pilar de la Horadada, desde el cinco al ocho, que en el prepandémico 2019 alcanzaba ya su octava edición.
La décimo novena el mismo año en Rafal, al que habrá que esperarle una reanudación que en Catral se convertía en estreno los pasados veintidós al veinticuatro de abril, con la primera edición de la Feria de Aires Rocieros de Catral y el grupo flamenco Lolea.
En Torrevieja, los datos oficiales hablan de más de trescientos mil participantes en las últimas Ferias de Mayo. En todo caso, mucha gente hay siempre, y es de esperar que vuelva a haberla en un retorno más que esperado y con todos los honores.
El modelo andaluz aparece bien presente en la inauguración, de noche, con el encendido del alumbrado. En el día a día, casetas para bailar sevillanas y probar la gastronomía típica en tales fiestas, animada por buenos vinos.
La última edición retrasó las fechas hasta casi junio
Presupuestos e invitados
No falta la danza, desde luego, a la que acuden las diferentes escuelas de sevillanas; ni las exhibiciones ecuestres, incluida la de la jornada de clausura. Además, las casetas compiten por cuál está mejor decorada.
Todo ello en un retorno, tras la ausencia pandémica, muy importante para el Ayuntamiento. Lo prueban los 190.592 euros destinados a organización, montaje y logística de la celebración, de programa aún por determinar al escribir este reportaje.
Las de 2019, como referencia y según programación, se celebraron del veintinueve de mayo al dos de junio (originalmente iban a ser del ocho al doce de mayo). En el repertorio, las coplas de la también actriz María Gracia, las sevillanas de Las Carlotas (Carmen y Carlota García), el flamenco de Sonia María Priego Bárbara ‘La Húngara’, las rumbas de Raya Real, y Manu Tenorio.
Faltan muchas cosas por confirmar mientras se elabora este artículo, pero, en todo caso, cuidado al pedir una manzanilla.