Hay devociones que van más allá del aspa habitual en el calendario. La celebración de Nuestra Señora del Rosario tiene marcado el siete de octubre gracias a la Batalla de Lepanto (la ciudad griega de Naupacto), que aconteció ese día pero en 1571, con el triunfo de la Liga Santa (que incluía a España) frente al imperio otomano. Así, la Virgen del Rosario es honrada en medio planeta, como en Salinas, que la tiene como patrona.
Pero el municipio del Alto Vinalopó, casi asomado a un saladar que lo nutrió y una vez casi lo ahoga, añade otra cita en la agenda tan importante para los salinenses como la oficial.
En los últimos días de mayo, la Virgen del Rosario vuelve a ser agasajada por toda la población, 1.642 habitantes registrados en 2021, al celebrarse las fiestas de Moros y Cristianos, dispuestas a insuflar jolgorio y colorido a las calles de Salinas. Algo que viene aconteciendo desde 1972.
Pioneros tras los alardes
Como muchos festejos semejantes (los vikingos en Centro y Noreuropa, por ejemplo, u otras celebraciones conmemorativas en el continente, o en las islas británicas, que sembraron en el genoma artístico fiestas posteriores como las réplicas de batallas de la Guerra Civil estadounidense), los Moros y Cristianos proceden creativamente de los alardes de la soldadesca, composiciones musicales militares. Un alarde era, en el fondo, un pase de revista de armas y soldados ante el rey o un noble de alta alcurnia.
En cuanto a estas conmemoraciones de la Reconquista cristiana de la Península, se supone que comenzaron a efectuarse incluso antes de que finalizase la última de las batallas en el fondo reconstruidas (se habla de unas primeras celebraciones murcianas y jienenses en el siglo XV).
Pero los Moros y Cristianos, tal y como los conocemos, surgirán hacia 1496 en el municipio conquense de Valverde de Júcar, a principios de enero. Aunque cobrarán fuerza, luego, en la hoy Comunitat Valenciana.
Valverde de Júcar fue posiblemente la localidad pionera
Comparsas en toda la provincia
Según legajos y documentos, las primeras de la Comunitat serían en Orihuela (1579, en julio, aunque han aparecido registros últimamente de sus Fiestas de la Reconquista que las ubicarían en el 1400); Valencia (1586, en octubre); la manchega Caudete (1588, en septiembre) y Alicante ciudad (1599, aunque en realidad hoy se extienden por varias fechas en diferentes barrios, como las de San Blas en junio, las más antiguas, de 1943, y en pedanías, desligadas en el fondo las actuales de las originales).
Le seguirían las murcianas Calasparra (1600, ya no se celebran) y Jumilla (1614, desaparecieron pero se recuperaban en 1987 para agosto), más las muy mediáticas de Petrer (1614, en mayo), Villena (1638, en septiembre), Alcoy (1668, en abril, ligadas a la Semana Santa, aunque varios historiadores señalan 1883 como la fecha de arranque de los actuales desfiles, declarados de Interés Turístico en 1965 y de Interés Turístico Internacional en 1980) y Elda (1754, en junio).
Las comitivas salinenses arrancaron en febrero de 1972
Recuperando un municipio
En este contexto, la población salinense decide dedicarle a su patrona una renovación de la cada vez más languideciente fiesta de Las Mozas en algo con más boato. En unas fechas, eso sí, que no eran las actuales: el primer desfile tendrá lugar un frío siete de febrero, con siete personas decididas a hacer historia local, según recogen las crónicas. Después de todo, se trataba de insuflarle vida a un municipio, el de Salinas, que padecía una brutal caída demográfica.
La emigración y el consiguiente estancamiento económico presentaba datos como el paso de los 1.112 habitantes en 1960 a los 918 de 1970. Algo debieron lograr tales iniciativas en una población que ya había salido de situaciones no menos complicadas, como las inundaciones del 30 de octubre de 1751, que obligaron a trasladar la pequeña villa hasta su emplazamiento actual.
El caso es que poco a poco fue recuperándose demográficamente y estas fiestas asentándose en el alma de los habitantes de Salinas.
La Generalitat Valenciana los ha declarado de Interés Turístico Local
Retorno con reconocimiento oficial
Con las citas de calendario ya asentadas en las que parecen sus fechas definitivas, tres comparsas: Contrabandistas (que enlaza con el pasado ‘trabucaire’ de las vegas alicantinas), Moros Laguneros (nos encontramos al lado de una salina) y Piratas, se convierten en los protagonistas de un desfile que llega a sumar sobre el medio millar de festeros. En principio, del 26 al 30 de este mes, tras el paréntesis pandémico, toca que retorne la fiesta a las calles.
El pasado nueve de abril ya hubo ‘precalentamiento’, y el 14 de febrero de 2020 los Moros y Cristianos de Salinas eran declarados de Interés Turístico Local por la Generalitat Valenciana (en concreto, a las ‘Fiestas de Mayo’ incluida la ‘Romería de San Isidro’), lo que de paso supone el reconocimiento institucional a la singularidad de los festejos, con todo lo que ello supone en los ámbitos histórico y antropológico. Después de todo, es mucho lo que puede dar de sí una devoción.